Necesidad

1.4K 159 394
                                    

Jadeo cuando me corro de nuevo sintiendo los dedos expertos de Urahara presionar ese punto tan placentero en mi interior. Contemplo mi mano, llena de mi propia semilla mientras siento que el calor mengua un poco a la vez que intento tranquilizar mi respiración.

-¿Mejor?- Dice mirándome con ojos brillantes y lascivos. Joder, jamás había visto en Urahara un posible amante con tanta atracción como lo hago hoy y eso, solo me indica que realmente estoy entrando en mi calor.

-Un poco.- Le digo sonriendo ligeramente.- Siento haber tenido que recurrir a ti, Urahara, pero...

-No te preocupes. No solo estoy para atender partos o ayudar en las iniciaciones, Soujun. Son muchos miembros los que acuden a mi para aliviar sus inicios del calor mientras llega la luna de la caza.

-¿Tantos hay como yo?- Cuando su mirada se oscurece un poco, sé que no los hay.

-Deberías tomar las hierbas que te di hace tres días. Suelen ayudar con el calor, pero dudo mucho que lo retrasen más de una luna más.

-La siguiente cacería no será hasta dentro de tres lunas.- Digo con angustia.

-Tal vez deberías hablar con Inari. Seguro que él podría intervenir para una inseminación fuera de temporada y...

-No. No quiero tener nada que ver con él.- Gruño anudándome el taparrabos, ahora que al menos contiene mi sexo menos hinchado.- Prefiero intentar lo de las hiervas. Gracias Urahara.

-Si me necesitas, mi puerta siempre está abierta.

No me pasa desapercibida la mirada que me da justo antes de sonreir como si no hubiera pasado nada las ultimas dos horas. Sí, sé que él me ayudaría con mi calor, pero lo que yo necesito no son sus dedos, lengua o incluso su polla. Lo que yo necesito es un alfa que sea capaz de satisfacer esta ardiente necesidad que siento disparada en mi cuerpo.

-¿Soujun?- La voz de Inari me hace jadear sorprendido al verlo salir de entre las sombras.

-Inari sama. No lo esperaba tan tarde aquí fuera.- Le digo haciendo una ligera reverencia.

-Estaba comprobando como va la noche con los guardias.- Dice mirando hacia el bosque.

-¿Ha pillado a alguien intentando escapar de nuevo?- Le digo de forma plana, pero con toda la intención.

Hace dos noches, tres omegas de nuestra aldea desaparecieron junto con sus hijos. Inari ha removido cielo y tierra para encontrarlos, incluso mandando a exploradores y cazadores con la esperanza de localizarlos con vida. Estoy seguro de que son los primeros de muchos que van a ir yéndose poco a poco, ya que las leyes estrictas y abusivas de nuestros ancianos estan haciendo que el malestar en la aldea crezca. Incluso yo y mi hermano Byakuya hemos pensado irnos con nuestros pequeños, huir a la aldea del fuego donde estamos seguros de que nos acogerían con los brazos abiertos. Su clima es parecido al nuestro, aunque viven un poco más alejados del lago de lo que nos gustaría. Las otras opciones serían los omegas de la nieve o los de la pradera. No nos convencen ninguna de las dos aldeas por la distancia y climas extremos.

-No. La noche está tranquila y he reforzado la guardia, pero quería asegurarme. ¿Vienes de la tienda de Urahara?¿Estas enfermo?- Yo niego intentando disimular, pero en cuanto se acerca y absorbe mi aroma, me mira con los ojos abiertos hasta que sonríe, sorprendiéndome.- Estas entrando en calor.

-Lo tengo bajo control. Urahara me ha dado unas hiervas y me está ayudando a sobrellevarlo.

-Está bien. Si te es muy duro, puedo buscar un alfa de fuerte genética para tu siguiente camada.

-No hará falta, Inari sama.- Digo odiando como ha dicho "camada".

Es más que obvio que, a pesar de que el ochenta por ciento de los nacimientos en la aldea han sido de niños alfas desde que comenzó a darnos las hierbas reproductivas, sigue con la idea de que provocar embarazos multiples nos hará ganar numeros.

CAZA AL ALFA (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora