Prometo que será la última vez (ChengZhan)

Capítulo único

— Wanyin, disculpa mi tardanza, tío olvido que día era y me asigno más trabajo de lo usual. — Hablaba el Omega, mientras hacía una reverencia y extraía una tetera junto con dos tazas de la canasta que traía consigo.

— Hermano me ha traído un nuevo té, deberías probarlo, tienen un aroma fragante y relajante, no tanto como tu esencia a lotos y jazmines, pero es agradable. — Decía, mientras tomaba un sorbo de su bebida y dejaba la taza del humeante líquido al frente de su interlocutor.

Cada año Lan Zhan junto a su bebé A-Yuan visitarían Lotus Pier para visitar a su Alpha, aquel hombre que lo conquistó y con el que decidió tener una familia incluso antes de casarse.

Su tío y hermano mayor habían estado un tanto furiosos por aquello, pensando que tal vez el Alpha le había obligado, sin embargo, cuando Jiang Cheng mostró orgulloso las marcas de apareamiento en sus cuellos que reclamaban al joven Omega como su esposo ante todo el mundo de la cultivación, cualquier objeción fue silenciada después de decir aquello, asimismo, Lan Zhan también explicó que el joven Alpha de ropajes púrpuras le había estado cortejando por al menos dos años, y que ese desenlace era el esperado, por lo que los Lan terminaron aceptando aquello como la unión definitiva Alpha-Omega.

Lan Qiren no estaba feliz con aquello, por lo que en ese momento los condujo a su estudio, fungiendo como el maestro de ceremonias, indico que realizaran las tres reverencias, siendo el único testigo de aquel acto el líder de la secta Lan, el joven Lan Xichen, pasando Lan Wangji de ser el Segundo Maestro de la Secta Lan a la nueva Madam Jiang.

Aunque Lan Zhan ostentara ese título, rara vez lo dejaban estar en Yunmeng, había estado viviendo en los Recesos de las Nubes después del asedio a su Secta.

A-Yuan había crecido ahí, oyendo las historias que su madre le contaba sobre el gran Alpha que era su padre. El pequeño Alpha poseía unos ojos grises que a veces se veían purpuras a la luz del Sol, reflejando claramente que era descendiente de ese feroz guerrero de ceño fruncido y mirada dura, pero el pequeño también poseía la belleza de su madre, asemejando a un pequeño inmortal que jugueteaba con conejos en las montañas aledañas a los territorios de la secta Lan cuando su madre se encontraba ahí para meditar.

— A-Yuan es un niño muy inteligente, tío y hermano piensan que será un gran cultivador de adulto, con un gran poder como nosotros, así mismo, tiene un buen corazón, por lo que será un Alpha respetable. Ha progresado mucho en sus estudios con sus escasos 5 años, deberías verlo. Me ha pedido venir a verte para tocar el guqin para ti, sé que no eres gran admirador de la música, pero estoy seguro que te sentirás orgulloso de solo escucharle entonar la canción que ambos escribimos para ti. — Expresaba el Lan con orgullo, su hijo era excepcional, que incluso antes de nacer había demostrado su temple.

Cuando los Recesos de las Nubes fueron atacados, Jiang Wanyin se encontraba ahí, había ido a ver a su pareja ya que después del celo que compartieron este le había marcado, por lo que decidió presentarse formalmente como el Alpha del Omega Lan, y notando ahí que su lindo A-Zhan estaba embarazado de apenas un mes, esto lo supo al detectar el aroma dulce que acompañaba al habitual aroma a Sándalo y hierba fresca que poseía su pareja.

Ambos habían luchado, protegiendo la Secta Lan y el Alpha lo había protegido, incluso cuando los Wen los llevaron a la Ciudad Sin Noche; ese fue el precio a pagar por las vidas de los otros discípulos que se encontraban en el lugar.

Cuando quedó atrapado en la cueva junto con su cuñado, aquel Alpha de ropajes oscuros lo cuido como si fuera un miembro más de su familia, por lo que tenía un gran apego y respeto por él, ambos habían derrotado a la bestia que ahí habitaba, y Lan Zhan pudo respirar tranquilo cuando los brazos de su Alpha lo rodearon al regresar por ellos tan sólo un par de días después, y también ambos chicos recibieron el regaño de aquel joven de mirada violeta al haberle engañado, de que lo seguirían después de que él guiará al resto al exterior.