Capítulo 40

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Mimi se encuentra subiendo las escaleras del edificio de la casa de Miriam, después de que un vecino la deje pasar al portal porque él salía, así que no tuvo que llamar al telefonillo.

Antes de tocar el timbre de la casa piensa fríamente como va llevar la conversación, pero no sabe cómo hacerlo sin enloquecerse.

Toca el timbre, cierra los ojos a la vez que coge aire fuertemente, lo mantiene en sus pulmones y lo va soltando lentamente a la vez que abre los ojos e intenta mantener la calma.

La puerta se abre y ante ella aparece Míriam, pero está vez es diferente, no se abalanza hacia ella, se queda quieta, seria frente a la cantante. La gallega, en ese momento borra su sonrisa al darse cuenta de ello.

—Hola, ¿Podemos hablar? — dice Mimi.

— Pasa.— llegan al salón y las dos se quedan sin saber qué hacer.

— ¿Lo has visto verdad? — pregunta la menor tras unos segundos en silencio. La granadina en ese momento se deja caer en el sofá  sentándose cansada de siempre el mismo tema.

—Sí. — responde sin mirar a la chica y con el semblante triste.

—Mimi, te puedo explicar lo del tuit...— intenta explicar pero es interrumpida por la mayor.

— Miriam ¿Tú me quieres? — Miriam pestañea varias veces al no esperar esa pregunta.

—Claro Mimi ¿Qué pregunta es esa?

— No sé, es que a veces tengo la sensación de que no. — se queda unos segundos pensando en cómo explicar lo que tiene en la cabeza sin atacar, ya que esa no es su forma de ser — Miriam, vi las fotos y los comentarios de la gente... La mayoría eran fans tuyos que nos les parecía mal. ¿Qué pasó para que pusieras eso?— Mimi quiere entender sus motivos y poder ponerse en su situación.

—No sé Mimi, ver los malos comentarios me hizo pensar que alomejor mis padres podían pensar igual y me entró miedo, mucho miedo. Con los comentarios de mis seguidores que querían que estuviéramos juntas entre en pánico y si mi familia veía eso no quiero que se enteren, y mucho menos así. — a Mimi esa respuesta la hunde.

— Entonces quieres que nuestra relación sea dentro de estas cuatro paredes, fuera de ellas solo temas profesionales, ¿no? — pregunta aguantando la rabia y las ganas de llorar.

— Sí... — dice después de pensarlo unos segundos y doliéndole la respuesta, no puede ofrecerle más en este momento. — Mimi yo ahora no puedo más que esto, es que no sé cómo contárselo a mis padres, me da mucho miedo. No me veo capaz de contárselo ahora.

— Miriam yo lo siento, pero yo no puedo aguantar esto más, esque me voy a volver loca. Cada desplante que me haces es peor al anterior y me dejan más hundida. — resopla y  levanta la mirada, conectandola al instante con la gallega. La menor al ver la mirada triste que tiene Mimi, que no brilla como le gusta, sino que brilla porque está aguantando las lágrimas, le duele; es como si mil cuchillos se le clavan en el corazón, cómo aquella vez que la alejó en medio de la calle cuando dos chicas se le acercaron para que no las vean juntas, o cuando rechazó andar de  mano con Mimi por las calles de Madrid. Le esta destrozando ver a la andaluza así, le encantaría decirle que todo está bien, pero sabe que no es así y que no la puede mentir así.

—¿Qué puedo hacer Mimi? ¿Cómo me quito el miedo?— pregunta la gallega desesperada notando como está perdiendo a la granadina por segundos, lo está viendo en sus ojos, pero desearía no verlo.

— No sé Miriam, eso es algo tuyo yo no te puedo decir lo que hacer o no hacer. Yo no quiero que tus padres se enteren, eso es  lo que menos me importa, yo quiero que no te den estos arranques de hacer como que te importo una mierda. Quiero no darte miedo. — Mimi agacha la mirada otra vez e intenta pensar en frío, intentado quitarse el deseo de esconderse en su piso para siempre.

Tu Música Nos SalvóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora