Asesino

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Dedicado a mumycatt


El olor a sangre era tan fuerte que haría vomitar a cualquiera que no estuviera acostumbra a tal cantidad. El aroma a pólvora que recordaba a los campos de batalla que hacía mucho habían sido olvidados por las personas normales pero para ellos era tan normal que ya era incapaces de notar su presencia.

Dazai se levantó con cuidado de no lastimar a su esposo mientras veía a los encargados de salvarles la vida, sus sucesores, el Shin Soukoku. El auto era conducido por Atsushi que se preparaba para salir del vehículo si alguien seguía vivo. Nakajima tenía una velocidad como ninguna, se decía que tenía alguna clase de bestia dentro suyo que le permitiría matar a hombres más fuertes que él, en combate cuerpo a cuerpo por otro lado el arma era sostenida por Akutagawa, posiblemente no había mejor tirador que Ryunosuke en todo el mundo, su arma era conocida como «Rashomon» y se decía que cuando está estuviera fuera de su funda era mejor rezar porque no te encontrará.

Listos para matar a todo lo que se opusiera a su objetivo,— Dazai-san — llamo Ryunosuke antes de abrir la puerta del auto y bajar junto con Nakajima,— ¿Están bien? — pregunto Atsushi con ese tono amable que servía muy bien para olvidar que con sus manos podría romperle el cuello a alguien sin que éste se diera cuenta,— Buenas noches — dijo Osamu listo para levantarse del suelo y tal vez hablar con Akutagawa pero ya tenía el cañón de Rashomon en la cara, — Que recuerdos ¿no? — susurro Dazai mientras recordaba como él mismo le había hecho eso cientos de veces a Akutagawa. Sostenía el arma con una sola bala, le apuntaba y disparaba en alguna ocasión no llego a salir nada, a veces la bala salía disparada a la pierna de Ryunosuke o algún punto en donde el muchacho quedará casi sordo momentáneamente. ¿Era cruel? Por supuesto que lo era pero Akutagawa haría eso en contra de su antiguo mentor, posiblemente prefería terminar todo rápidamente, simplemente disparar y matarlo, dejar a Chuya en manos de Atsushi qué en la condición actual de Nakahara sería una muerte rápida, nada de torturas, simplemente terminar el trabajo con las órdenes que se les dieron, ellos dos eran lo más cercano a una máquina que solo sabe matar que podrías encontrar ya que habían sido criados de esa forma, sus emociones debían ser tan nulas que podrían ser capaces de matar a su propia madre (si la hubieran conocido) sin sentir el más mínimo sentimiento.

Akutagawa jalo el gatillo de una forma tan automática que parecía una máquina, en sus ojos no había emoción alguna, solo un trabajo en donde podría usar ese dinero para lo que quisiera mientras que Atsushi tomo a Chuya, lo mejor era darle fin a su trabajo de la forma más rápida para llevar a Ryunosuke a casa debía descansar.

En otro lugar un hombre de cabello negro y aspecto enfermizo se movía con tranquilidad por los pasillos de una elegante casa que parecía casi un castillo, — Buenas noches — llamo un hombre de blanco que con una sonrisa retorcida recibía a su invitado que soltó un suspiro ante la teatralidad del hombre con quién haría negocios,— Shibusawa, ¿Qué tal van los experimentos que te pedí? — pregunto el hombre a lo que su compañero llegó con una sonrisa como si alegrará de sobremanera ver a aquel hombre,— Fyodor, pues aún estoy algo lejos de lograr lo que me pediste — contesto como si no acabará de decir que estaba muy lejos de la meta por la que recibía ayuda de « La decadencia», Dostoievsky se estaba cansando mucho de apoyar a ese idiota que parecía que no podía repetir el experimento de «Byakko» o que mínimo los niños no murieran durante el proceso o durarán casi nada.

— ¿Y a que se debe tu alegría? No creo que ser incompetente sea razón de estar contento — alegó el hombre a lo que su compañero avanzó lentamente por el pasillo derecho de su casa,— Tengo algo que enseñarte — expreso a lo que su compañero lo siguió, sus pasos eran lentos aparte del que tacón de sus zapatos resonaba como un martillo contra clavos mientras los hombres hablaban de cualquier cosa que era incomprensible para los sirvientes de la casa pero estaban seguros que si el diablo quisiera tener una conversación podría fácilmente ir con ellos.

Familia SoukokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora