cuentos cortos /Shu x valt/

Moon

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Shu Kurenai, un simple niño quien siempre antes de dormir le hablaba feliz mente a la luna.
Siempre le contaba sus problemas, sus tristezas, sus contiendas.

Todo lo que le sucedía siempre se lo decía a la luna pues está quien siempre brillaba, parecía escucharle y apoyarle la luna es su única amiga y la única ¿Persona? Que lo podía oír sin decirle “lo siento no tengo tiempo para oírte” “no me cuentes tus problemas no soy tu psicólogo” “aja” pues esas respuestas eran las que siempre herían su lindo y sensible corazón.

Y así fue desde niño, por qué pasó los años y ahora es un hombre adulto hecho y derecho (o eso le decían) pero aún así sigue hablándole a la luna cualquier cosa que le suceda.

Un día tranquilo donde el está sentado bajo la sombra de un árbol disfrutando del viento fresco quien movía con delicadeza sus cabellos albinos.
Se sentó a su lado un chico de cabellos azules, y de una hermosa piel morena, también tenía unos bellos ojos color café claro, tan suaves como el café mezclado con leche.

Tenia una marca cerca de su ojo izquierdo era una marca extraña, pero lo que se le hizo más extraño era su peinado ya que sus cabellos estaban levantados por una simple diadema con unas decoraciones doradas.

Este chico le sonrió y parecía que su sonrisa alumbraba todo a su alrededor, ese hermoso hombre lo cautivo con su belleza, pero lo que más le encantó era su hermosa voz alegre.

— ¡Hola! ¡Soy Valt Aoi! Un gusto, perdón si interrumpo tu espacio, pero te vi solo y me entró la tentación de hablar contigo.

— Hola, soy Shu Kurenai, el gusto es mío Valt, y no pasa nada no interrumpes nada.

— Uff gracias al cielo, pensé que te incomodaba mi presencia.— Le sonreía con sierra timidez.

—No pasa nada, me está gustado tu presencia, chicos como tú son muy enérgicos, y se llevan con medio mundo— El albino le sonrió con suma delicadeza.

Valt rápidamente se sonrojo ante lo dicho por Shu quien aún mantenía su hermosa sonrisa.

— En realidad, tú eres la primera persona con la que hablo— empezó a rascarse la nuca con cierto temor a ser cuestionado por el otro chico.

— Vaya, entonces me alegra ser la primera persona con la que hables, me agradas.

— Shu, ¿Como a estado tu día a día?— Pregunto mientras miraba como el sol empezaba a salir en su máximo esplendor.

— Pues siempre estoy sentado aquí en este árbol mientras miro a la gente pasar, pero el día de hoy fui acosado por una chica, y le dije que eso me disgustaba pues no me hiba a quedarme callado— dijo mientras acomodó su cabello.— Cuando dije eso recibí una cachetada y se fue llorando

— Eso no es normal, es incómodo que te andén siguiendo.— Valt volteo a mirarlo con algo de molestia en su cara.— Ten cuidado la próxima vez.

— Si eso haré.

Se la pasaron hablando hasta que empezó a atardecer, eran como las 6:30 pm cuando Valt con una sonrisa se despidió.

Cuando Shu llego a su casa le contó a la luna sobre su nuevo amigo y cuánto le agrado este chico, y esperaba a verlo otra vez.

Su amistad con Valt se reforzó más, pero aún tiene dudas de por qué Valt siempre se va a la misma hora sin darle alguna explicación, eso se le hace muy raro.
Aunque quien es el para pedirle una explicación a su amado.

Un día el estaba tranquilo, pues la noche anterior le había confesado a la luna que le gustaba ese hermoso chico de pelos azules que se hace llamar valt.

Cuando se encontró con el ese día, parecía más raro de lo normal, pues cada vez que esté le hablaba se sonrojaba, bueno para ser verdad desde que Valt lo miro estaba sonrojado y hablaba acortado.

Y antes de que se fuera le dijo algo que se le hizo muy raro.

“Shu no enamores a la luna”.

Pero eso se le hizo muy raro, ¿La luna puede enamorarse? No sabía eso, así que cuando llegó a su casa solo se dedicó a mirar a la luna sin decir nada.

— ¿Enamorar a la luna? ¿Eh?, Eso es prácticamente imposible.

Y aparte, los ojos de shu son solo para Valt.

No es por qué el sea un chismoso, pero le dio muchas dudas de ver a dónde hiba Valt cada vez que eran las 6:30.
Lo que vio lo dejo sorprendido, las ropas que tenía Valt, se volvió en un hermoso traje blanco el cual tenía piedras preciosas incrustadas en su traje, y de su espalda salían unas alas acristaladas, y vio como esa diadema que tenía se volvía en una simple corona de cristal, luego lo vio volar hacia un lugar específico.

“Hacia la luna que está saliendo, para ponerse en su posición de siempre”

A si que Valt era la luna, su bello amado era la luna, el siempre lo ah escuchado ahora entiende con las palabras de aquella vez.

Así que rápido cuando oscureció y miro hacia la ventana, salió a su patio y rápidamente dijo.

— Valt, mi amada luna, mi primer amor, con eso querías decir que no enamorara la luna ¿Así que tú eres mi amada luna?.

Y como si este lo hubiera escuchado, lo que miro fue una luz muy fuerte para luego ver como había un reflejo de Valt quien lo miraba con tristeza.

— Oh mi amado Shu, no puedo amarte, si me acerco a ti podré hacerle daño a la tierra, a los humanos y a ti.—  Posó su mano en la mejilla del albino.

— Lo sé mi querido, espero a que un día pueda acompañarte mi amada  luna, mi vida, la luz de mi vida— dicho eso beso aquel reflejo de Valt.

— “Te amo”— dijeron al unísono

Dicho eso Shu nunca más volvió a ver a Valt, a su amado, a su único y último amor.

Hola cuánto tiempo, solo vengo a subir este cuento, pues ya han pasado dos años desde que escribí este pequeño libro de cuentos cortos y este es solo un especial, espero y les haya gustado.

Esperen uno más dentro de poco.

Chao.