𝕮𝖆𝖕 10

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Los días pasaban, la fiesta para celebrar el Embarazo de Rashta se canceló por el escándalo que estaba protagonizando. Ella estaba muy callada y tranquila pues estaba pensando en como dar el siguiente paso pero ya no tenía la ayuda de sus aliados como el Duque Ergi y El Vizconde Lotteshu pues el Emperador había prohibido que ellos pudieran visitarla para evitar alguna situación desagradable.

Rashta:
Me habían prohibido salir de mi habitación y también que entrará alguien que no fuera Deliz sin la autorización del Emperador.

—¿Ahora cómo puedo deshacerme de ese niño? Si no fuera por él estoy segura que el Emperador no hubiera querido volver a querer estar con la Emperatriz.—pensé en voz alta puesto que no había nadie dentro de mis aposentos.

—Lady Rashta su almuerzo.—dijo Deliz entrando con un carrito lleno de comida.

—Gracias Deliz—respondí con una sonrisa.

—No tiene porque agradecerme, yo haría cualquier cosa por usted. Disculpe por hacerla enojar el otro día.—Dijo mientras ponía la comida en la mesa.

—¿De verdad harías cualquier cosa por mí?—pregunte mirándola fijamente.

—Si Lady Rashta.—dijo bastante segura de si misma.

—Entonces, quiero que le digas esto al Duque Ergi.—dije y ella asintió.— Verás...

Navier:
Lo que había pasado con Rashta era lamentable pues no tenía permitido ver a nadie y pasaba el día sola lo cuál no era lo adecuado para una mujer embarazada. Pero si bien era cierto para mí todo marchaba bien ya que Sovieshu volvió a pasar tiempo con nosotros.

—Papá mira lo que dibuje ayer.— Decía mi niño muy emocionado corriendo hacia su padre.

—Dejame ver.—dijo tomando a Doyun en sus brazos.

—Somos tú, yo, mamá y mi hermana.—sonrio mostrándole el dibujo.

Sovieshu se quedó callado y le dió un beso en la frente, lo miraba con felicidad y orgullo.

—Es muy lindo. ¿Quieres jugar?—lo bajo y Doyun dejo el dibujo en la mesa.

—Sí, quiero jugar con mis espadas.—corrio hacía el estante, las agarro y las llevo hasta Sovieshu.

—Esta bien.— Sonrió, volvió a cargar a Doyun para llevarlo al jardín.—Navier ven con nosotros.— se acercó a mí y me tomó de la mano.

Yo asentí y me levanté. Cuando llegamos al jardín bajo a Doyun y este le dió su espada. Empezaron a jugar y ambos sonrían.

— Mejoraste bastante, ¿estuviste practicando?—pregunto Sovieshu cuando terminaron de jugar.

—Si, estuve jugando con el Príncipe Heinrey.—dijo Doyun y sonrió.

—Que bueno, pero ahora de que yo volví jugaras conmigo y no con él.—dijo, parecía que iba a perder el control cuando lo escucho pero decidió calmarse.

—Esta bien papá.—Doyun abrazo a Sovieshu y este lo cargo.

La tarde siguió alegre, llegó la noche y nos trajeron la cena.

—Aqui está su cena, su majestad. —dijo la Condesa Eliza sirviendo la mesa para luego salir de la habitación.

—¿Papá, mañana también vendrás a verme?—decia Doyun mientras Sovieshu  lo sentaba en su silla.

—Sí, mañana también vendré después de terminar el trabajo.—dijo Sovieshu dándole un beso en la frente.

—Entonces te mostraré todo lo que he aprendido con mi tía.—declaró Doyun muy emocionado.

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⏰ Última actualización: Mar 29 ⏰

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