16; Cachorro desaparecido (3/3)

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Mis mejillas se están enrojeciendo, las olas y el viento no paran de golpear mi corazón y en un hermoso día como este ¿Cómo puede ser todo tan abrumador? No sé qué hacer, no sé qué hacer sin ti. Sabes que no sé qué hacer; tengo miedo de que el espejo refleje mis sentimientos.

Soltando el aire acumulado en sus pulmones procedió a salir de aquellas tranquilas aguas que llegaban a cubrir por arriba de su rodilla, recargando su arco en un tronco comenzó a exprimir su ropa para tratar de retirar la humedad y el agua que hab...

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Soltando el aire acumulado en sus pulmones procedió a salir de aquellas tranquilas aguas que llegaban a cubrir por arriba de su rodilla, recargando su arco en un tronco comenzó a exprimir su ropa para tratar de retirar la humedad y el agua que habían sido absorbidas por las telas de su pantalón. Cuando logró terminar volvió a tomar sus pertenencias y girando sobre sus talones empezó a caminar hacia el oeste por unos quince minutos más.

Al llegar a su destino se quedó parado cerca de un árbol, acomodando la correa de la aljaba* que colgaba de su hombro izquierdo se quedó observando todo a su alrededor por varios segundos, sin embargo, por más que rebuscó con la mirada no logró encontrar absolutamente nada; aquel campo de flores se encontraba totalmente vacío. «Me mintió.» pensó mientras comenzaba a pasar sus manos por toda la extensión de su rostro, inclinando su cabeza hacia atrás dejó escapar un gruñido.

Había dejado sus labores por una simple tontería.

─Si que eres muy ingenuo Park.─Se regañó a sí mismo mientras pasaba su mano por su cabellera.─Dejaste tu entrenamiento para sólo desperdiciar el tiempo.─Volvió a reprenderse, aunque en ese instante una idea llegó a su mente: ¿Por qué no continuar su práctica allí mismo? Después de todo traía su arco y flechas, el lugar era despejado, libre de personas, y, así por lo menos aquel viaje no sería una terrible pérdida de esfuerzo. Asintiendo empezó a formar una sonrisa en su rostro, no obstante, un repentino ruido lo hizo ponerse en total alerta, rápidamente se ocultó detrás del árbol más cercano y tomando una daga comenzó a observar con sigilo.

Se quedó un par de minutos vigilando hacia todos los lugares visibles para su mirada, con todos sus sentidos activados esperó a que algún atacante saliera, sin embargo eso nunca sucedió, en cambio el ruido que anteriormente había escuchado se volvió una mezcla entre balbuceos y risitas, frunciendo el ceño salió de su escondite para comenzar a caminar hacia la dirección en la que venía ese sonido. Al llegar allí se terminó encontrando con una cesta escondida detrás de un arbusto...

─Rey alfa...─Aquel llamado lo hizo salir por completo de sus recuerdos, algo desorientado dirigió su mirada hacia los guardias que lo observaban confundidos. ─¿Se encuentra bien?─Cuestionó un tanto preocupada la alfa. Ella y los demás sabían que no era para nada apropiado que su líder se pusiera enfermo en medio de una búsqueda, en la cual ni siquiera eran respaldados por sus demás compañeros, todo aquello los podría poner en una situación riesgosa y vulnerable, además de que serían un blanco fácil de atacar.

Park por su parte trató de negar ante la pregunta empleada por aquella femenina, sin embargo, un mareo lo hizo detenerse para poder recargarse del tronco de un árbol, sin duda que el no estar durmiendo adecuadamente estaba afectando todo su cuerpo. Y es que no era para menos, pues había estado más de un mes sin poder conciliar el sueño, todo debido al extravío de su hijo, y ahora, cuando pensaba que por fin aquella pesadilla había terminado esta regresa para poder reavivar su miedo.

Trató de tranquilizarse un poco, pero inevitablemente un gruñido se escapó de su garganta al momento de volver a experimentar otro fuerte mareo junto a unas punzadas en su cabeza, inhalando y exhalando colocó su dedo índice y pulgar sobre el puente de su nariz.─Líder, beba un poco de agua.─Asintió para poder tomar entre sus manos la cantimplora* que le había ofrecido uno de los gendarmes. Bebiendo torpemente se quedó observando atentamente como la noche iba desapareciendo para así dejar salir de poco a poco a el sol. Park por un instante comenzó a formar una ligera sonrisa en su rostro en el momento que recuerdos junto a su pequeño cachorrito llegaron a su memoria:

»Papá, ¿Te puedo contar una historia de príncipes?«
»Papá, que bueno que llegaste para ver conmigo como es que el sol va a descansar, y ahoda que lo veo...¡Tú también necesitas eso! Así que vamos a domi.«
»Para que no tengas miedo de los fantasmas te voy a abrazar y también te cantaré una canción que te ayude a tenel dulces sueños de miel.«
»Papá, he visto que cuándo un pollito tiene miedo corre en la búsqueda de la protección de su mamá, ¿Yo cuándo podré hacel eso?«

De inmediato aquel último recuerdo hizo eco innumerables veces en su cabeza y no paró de repetirse hasta el punto en el que logró hacerlo caer en cuenta sobre una pista que podría serle útil para hallar a su cachorro, y la cual había estado todo este tiempo frente a sus narices.─El granero caído.─Habló casi en un susurro, que por suerte lograron escuchar los guardias presentes.─Hwaya puede estar allí...─Y tras aquellas palabras no esperaron más tiempo para dirigirse hasta aquel lugar en el que el menor solía esconderse cuando tenía miedo. No era muy seguro que estuviera en ese sitio, pues él aún no lograba recordar con exactitud el camino y había ocasiones en las que solía extraviarse en el transcurso, sin embargo, a estas alturas ya no se perdía nada revisando los últimos recursos que existían.

─Manténgase atentos.─Habló entre murmullos la guardia encargada de liderar el pequeño escuadrón.─Tratemos de no hacer ruido, no estén confiados ya que hay posibilidades de que alguien que no sea el joven amo este allí, sean precavidos y no bajen la guardia por ningún motivo...─Hizo una pausa para tomar su posición de analizar que el entorno estuviera despejado y libre de anomalías, al comprobar esto soltó un pequeño suspiro.─Mantengan sus instintos en total alertar. Y recuerden, ante todo nuestra prioridad es el rey líder.─Y con ello finalizó para dar la autorización de entrar a aquel granero destruido.

A pasos rápidos se aproximaron a entrar al interior del lugar, y en segundos comenzaron a buscar por todos los rincones, claro que en todo momento intentaron ser cautelosos para no tocar nada que se viera frágil o roto para así tratar de evitar que la vieja construcción terminara colapsando sobre ellos. Permanecieron un gran tiempo buscando a aquel cachorro extraviado, pero cuando estaban a punto de rendirse un suave llanto los hizo sobresaltar, confundidos empezaron a buscar con la mirada el donde es que provenían aquellos sollozos.

Para ese punto Jimin no sólo había comenzado a buscar con la mirada sino también con el olfato, así, en cuestión de minutos por fin logró hallar el olor que tanto caracterizaba a su hijo. Apresurado salió del granero para empezar a seguir el sutil rastro de aroma, y el cual lo terminó llevando hasta un viejo árbol que era cubierto por ramas y madera para trabajar.

En aquel momento sintió que su alma y tranquilidad regresaban a su cuerpo al por fin poder hallar a su amado hijo escondido entre las ramas; tal cual como un conejito asustado.

Tratando de ignorar la humedad y suciedad que rodeaban el cuerpo de su hijo se aproximó hacia él para poder hablarle con suavidad:─Cachorro...─Al instante obtuvo la atención del menor que lo observó con una mirada triste y desilusionada. Park suspiró para así dejar escapar un poco de feromonas que pudieran ayudarlo a tranquilizar a Hwaya, en cuando lo vio relajarse volvió a soltar un corto suspiro.─Ven pequeño, vamos a casa.─Con los ojitos hinchados y cristalizados no dudo en echarse a los brazos de su progenitor para poder ser acurrucado en su pecho. Mientras que lágrimas brillantes se deslizaban con lentitud por sus mofletes fríos no dejó de cuestionarse: ¿Por qué esta vez no había sido encontrado y salvado por su mamá?

 Mientras que lágrimas brillantes se deslizaban con lentitud por sus mofletes fríos no dejó de cuestionarse: ¿Por qué esta vez no había sido encontrado y salvado por su mamá?

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*Aljaba : Bolsa o caja en forma de tubo, generalmente ensanchada en su parte superior, que se empleaba para llevar flechas.
*Cantimplora : Recipiente para llevar agua u otras bebidas en viajes o excursiones que tiene, generalmente, forma de botella aplanada con la boca estrecha para poder beber.

Heart instinct. «Jimsu»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora