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penúltimo capítulo

Hyunjin estaba murmurando distraído cosas a su celular, parecía estar enojado.

—Jinnie, qué haces. — caturreó Minho abrazandole y restregando su rostro en el hombro de este. Hyunjin ignoró el saludo empujandole simuladamente hacía otro lado.

—Estoy enojado no me hables.— confesó arrugando su frente en vez de causarle temor al pelinaranja le hizo sonreír ante su ternura, en eso ladeó su rostro observando los vértices de las paredes esperando no toparse con alguna cámara.

—¿Qué hice ahora?— besó el puchero de Hyunjin amorosamente.

—Hyung... explícame esto.— extendió la pantalla de su celular mostrando una imagen de Minho viendo a Jisung fijamente.

Hyunjin estaba triste, se había encontrado con el hashtag de aquellas fans locas #minsung en tiktok, mínima interacción que ambos tenían y ya eran considerados pareja, no quería que pensaran eso Minho era suyo, su novio.

Minho bufó burlón. —Te amo mucho, eso que me enseñas no significa nada por dios Hyunie, solo tengo ojos para ti. Ya sabes cómo son de exageradas algunas...— contestó seguro de sus palabras acariciando la delgada mejilla del menor, chocando sus narices lentamente.

—Yo lo lamento Minho hyung, es que...— los labios del contrario no le dejaron proseguir, sabía que el rubio era muy inseguro y pensaba ayudarle con eso de cualquier manera posible. Anticipaba confianza en su relación y eso conseguiría.

Hyunjin gimoteó ante el mordisco en su labio inferior que el pelinaranja estaba dando. —De verdad confía en mí, tú eres único. Agradezco al universo estar contigo y poderte mimar, cocinar, besar, hablar y admirar el montón de virtudes que aún conservas.

El menor se sonrojó ligeramente, aún no se acostumbraba ver a Minho diciendo cursilerías y mucho menos hacía él.

Entrelazó sus manos en la nuca del pelinaranja volviendo a besarle incrementando la intensidad de este, el adverso introducía su lengua a la cavidad bucal encontrándose con la del dueño teniendo una especie de competencia de baile rudo.

En eso, Hyunjin ya se encontraba sentado en los muslos de Minho moviendo sus caderas con intención de despertar al amiguito del mayor, sonrió divertido en medio del beso cuando escuchó al contrario gruñir haciéndole estremecer todo su cuerpo.

—Perdón hyung, ya no más...— aseguró sonriente, no volvería a desconfiar de Minho lo hablaría con él como lo ha hecho hasta ahora.

Minho tomó la cadera del menor posesivamente logrando que la interacción entre ambos crezca, no pudo soportar mucho ya que su bulto estaba tan duro, era una piedra y dolía como el infierno. Tiró a Hyunjin sobre el sofá de piel color café, este gimió en respuesta; le encantaba ver a Minho literalmente urgido.

Vengo a informar que, los dos estaban encerrados en uno de los tantos cuartos que existían en la empresa de mnet, escogieron el pasillo donde menos transcurría gente para que eso hiciera a la adrenalina de la situación estar al límite.

—Shhh, amor. — dijo en un articuló besándole el cuello con tanta pasión, succionando y mordiendo a escasos centímetros de cada huella, el menor era suave, muy suave y eso era algo que le enloquecía al pelinaranja por eso siempre intentaba tratarle cuidadosamente la hora del sexo.

Hyunjin se dejaba hacer, escondía su rostro entre el cuello y hombro de Minho se quería deshacer ahí mismo. Estaba tan distraído en los besos del chico que nunca se percató que su pantalón ya estaba descendido hasta sus piernas delgadas, finas y dulces.

Descontrol, sus ropas bien arregladas ahora estaba arrugadas seguro se meterían en grandes problemas con las estilistas pero eso no les importaba en lo absoluto teniendo la posibilidad de follar ahí mismo, antes de presentar su stage del comeback.

Minho fue muy rápido, de un segundo a otro ya tenía a Hwang semidesnudo con el pecho pegado a la piel del sofá. Llevó sus palmas al trasero del rubio abriendolas ligeramente, el menor se contrajo gracias al aire que chocaba en su entrada húmeda pero no lo suficiente. El pelinaranja sonriente comenzó a lamer la estrecha abertura del foráneo, Hyunjin hacía lo posible por reprimir sus gritos mordiéndose violentamente los labios, también sus manos.

La lengua del mayor estaba tqn concentrada en su trabajo que se sorprendió al escuchar un gritito de Hyunjin, se había venido en un par de minutos manchando aquel mueble. Era magnífico que con solo su lengua ocasionara esas sensaciones en el rubio.

—Amor, debiste de haberme avisado...— comentó el pelinaranja cautivado.

La cavidad de Hwang estaba más que lista para recibirle gustosamente; estaba mojado parecía un charco de agua recién hecho por la madre naturaleza.

Entonces, Minho no esperó más para adentrarse y ser espectador de los gestos eróticos de su novio. Jadeó en respuesta, la estrechez de Hyunjin permanecía ahí a pesar de haber sido profanado cada que tenían tiempo libre por su hyung.

La calidez que este daba rodeando su falo palpitante le hacía maldecir, estaba tan bueno tan precioso. Tener al mismo chico cual todos se derretían por él, por recibir por lo menos un saludo estaba a su lado gimiendo su nombre que debe de admitir sonaba tan excitante.

Eso no ayudaba, las embestidas de Minho se aceleraban con el objetivo de molestar el punto de placer de su pequeño novio. Una, dos, tres veces jodía al menor con una profundidad de por lo menos 90% porciento.

Hyunjin estaba desesperado con los ojos cerrados gritó el nombre de su chico teniendo un segundo orgasmo.
—M-Minho...— las contracciones que Hyunjin estaba teniendo provocaron que apretaran el doble de lo que ya al bailarín.

Tirado sobre él debilitándose, Minho depositó su blanquecina sustancia dentro del rubio, el menor retorciéndose capturando los labios rosados y apetitosos de su novio con los suyos.

Ambos sonrieron pero no duró mucho ya que, se vieron el uno al otro. Uno con su peinado hecho un desastre y otro con el maquillaje sudoroso.

—Oh no. — Minho salió del cuerpo ajeno preocupado aún así se dedicó a limpiar los muslos y glande chorreante de Hwang.

—Digamos que nos tropezamos con stay, es mejor que nos regañen por eso que por esto...— le dedicó una mirada triste, el otro no tuvo más que aceptar aunque su idea fuera tonta era más creíble.

—Claro Jinnie y que te tiraron lechera en la camisa, seguro caen redonditas.

jealous? nah - hyunho [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora