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Aun recordabas muy bien aquel día.

Donde caminaste con completa determinación a la oficina de tu padre que había en su propio hogar, y dijiste.

-"Tener una hija es un enorme gasto incluso después de que ella se independice!" 

En ese instante él se vio tan confundido. 

Así que tomaste asiento y procediste a explicarle a lo que te referías, todo con palabras justas y necesarias, ni un minuto de tiempo perdido, como así mismo te habían enseñado y obligado a actuar en esa casa.

Él no tardó ni un momento en llegar a una conclusión.

-"Mañana mismo, a las 9:15 am, arreglaremos todo" Extendió su mano hacia ti

Y tu con una sonrisa, la estrechaste orgullosa de haberlo convencido.

Y eso fue a tus 17 años, antes incluso de acabar la escuela. 

Al día siguiente lo que arreglaron fue tu cuenta bancaria, un hogar a tu nombre, firmaron permisos para que pudieras hacer algunas cosas por tu cuenta ya que eras menor de edad, algunas tarjetas y listo, ya podías largarte de esa casa.

Con condición de que no podías volver, ni reclamar nada por el apellido que llevabas. 

La cual aceptaste sin ningún problema.

En ese lugar solo tenias dos opciones por haber nacido como mujer, cuando cumplieras la mayoría de edad o te tenias que casar con alguien de bastante dinero también, o te iban a vender a quien apueste mas por ti. 

Sin estar conforme con ninguna opción, optaste por liberarte de ellos, y lo habías logrado, y te habías arreglado de la mejor manera posible. 

Terminaste la escuela, continuaste estudiando y conseguiste un buen trabajo.

No eras como tu madre que le encantaba gastar dinero a lo loco solo por tenerlo, sabias organizarte. 

Pero tampoco era que te negabas todo, si te dabas tus gustos. 

Fue una vida estable, monótona, aburrida, pero estable.

Hasta tus 26 fue de esa manera.

Hasta que un día...

-"Ouch" te quejaste levemente cuando sentiste alguien chocarte, miraste a tu lado para ver un niño

-"Megumi! Discúlpate con la señorita!" llegó rápido una niña que parecía mayor que él 

-"Lo siento..." dijo en voz baja mirando el suelo 

-"Je no se preocupen" les dijiste con una sonrisa y alborotaste el cabello negro del niño "Donde están sus padres? Es muy tarde para que caminen solos por ahí" 

-"Bueno..." la niña empezó a decir un poco triste 

-"Nos abandonaron" el chico dijo sin siquiera dudarlo 

-"Eh? Y cómo..." ibas a preguntar

-"Nos las arreglamos" el chico volvió a hablar encogiéndose de hombros

Los miraste y suspiraste levemente.

No los conoces.

No sabes si es verdad.

No hagas locuras.

Pensaste para ti misma. 

-"Pueden venir a vivir conmigo si quieren" terminaste diciendo

Te ibas a reprender a ti misma mentalmente por lo que habías dicho, pero el rostro de ilusión que tuvieron ambos cuando dijiste aquellas palabras fue increíble.

En proceso de ser una familia funcional - Toji x LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora