El Encantus otra vez en la mesa. Miércoles por la madrugada. El insomnio no le fallaba, siempre tras un sueño que era incapaz de recordar. 2 am.
Ya acostumbrado, Edward siempre se levantaba a buscar algo que hacer, y tendría. Tomo en bendito Encantus, que más que seguro había lanzado a la basura, y comenzó a leerlo con más seriedad.
Lo primero eran una serie de ciertas reglas, que no comprendía del todo. Eran algunas reglas básicas, con cosas de los elementos y demás. También había un punto en el cual se le advertía que la magia no debía ser utilizada a la ligera frente a las personas normales, y que no debía excederse y querer sobrepasar ciertas leyes universales, porque si no como él lo interpreto, si rompes una ley universal, el universo te rompe.
Lo siguiente seria sobre la manipulación básica de energía. Era un capitulo que trataba sobre la liberación de la energía y sobre cómo hacerla fluir. Posterior a ello habría una sección de hechizos, eran algo extraños a lo que él pensó, pues como siempre miro en las películas y libros, comenzaban con dominar elementos o crear una bola de mana o cualquier cosa, el caso para él era diferente y eran solo 3. Leería por otro rato en la cama hasta quedar dormido.
2 horas más tarde sonaría la alarma para despertarlo, debía ir al colegio. Su rutina siempre. Lo único cambiado seria que en la hora del receso, al quedarse a comer sobre su pupitre, ya no estaría solo. Alyssa estaba allí sentada en el pupitre de al lado, con sus ojos perdidos a través de la ventana concentrada en su jugo de cartón.
— ¿No te quedaras ahí o sí? – le pregunta Edward.
Ella solo lo mira y asiente.
— Es mejor que tener a toda esa gente fastidiando en el comedor.
Así pasarían todo el rato sin hablarse, finalmente terminaría el recreo, y con las horas el día. Edward regresa casa más intrigado por el libro, comienza a tratar de profundizar más leyendo lo mismo.
Sin detalles a destacar. Sonaría otra vez la alarma a las 6 Am.
La clase de la primera hora estuvo interesante, era literatura, de las materias preferidas de Edward. Posteriormente un tedioso tema de física, a él le gustaba, pero no tanto la teoría que ese día estaría bastante extensa.
Nuevamente llega el receso, la misma escena. Ella mira por la ventana perdida en las nebulosas mientras sorbe su caja de jugo.
— ¿Es en serio? – pregunta Edward.
Ella solo se limita a asentir.
— ¿Y tú solo tomaras ese juguito? –
Nuevamente asiente.
— No es jugo –.
— ¿Qué es entonces? –
— ¿Eso importa? –
— Bueno, bueno perdón – Le responde Edward extrañado.
— No lo digo a mal. –
El solo asiente, decidido a mejor hacer que no está allí.
— Ya te lo dije antes, no te voy a comer, hacer como si no estoy,no significa no lo este. ¿Qué tal te han parecido las clases de hoy? Te vi concentrado en literatura, para mi ambas clases fueron todo un fastidio. –
— Que clase no te resulta fastidiosa a ti. La de literatura sí estuvo interesante, la de física, puff, concuerdo contigo. Y por favor deja de hacer eso, es como si adivinaras mi mente –.
— JAJAJA – La chica libera una carcajada – yo sé lo que hay en tu mente. Y no es como si viniera por gusto, en fin, vengo es porque me obligan, preferiría dormir o hacer otras cosas en este tiempo –
— Resulta algo antagónico, tienes de las mejores notas aunque apenas hemos tenido unas pocas evaluaciones. Apenas me conoces y ya sabes que pienso, no creo que sea tan predecible.
Ella suelta una risilla como escondida, el solo exclama hey.
Pasaría así el día hasta su fin, donde el indeciso de si despedirse, ella se le adelanta y le dice adiós primero.
Pasarían el fin de semana y unos días, con esa nueva rutina, de vez en cuando hablaban una que otra cosa. Hasta que un día Edward, se percata de una rara sensación, alguien le seguía. El chico chiflado fue directo a ver quién era, para su sorpresa era Alyssa.
— ¿Porque me sigues? – le pregunta directo a los ojos.
— Por nada, solo quería saber dónde vivías – Ella sin titubear, responde.
— ¿No hubiera sido más sencillo si solo pedías mi dirección? O me podrías haber dicho que querías acompañarme. –
— Habría sido raro pedirla, y si te pedía acompañarte podrías mal interpretarlo. –
— No más raro que esto, eso es seguro. Y no lo malinterpretaría, pero ¿Por qué el repentino interés? –
— Nada en especial – le sonríe - era por si se me antojaba matarte. –
— ¿Eh? – Responde extrañado – que más andando. –
Alyssa suelta una risa casi de oreja a oreja por la expresión de Edward, y el por un segundo se queda embobado ante su belleza. Tras un rato de un largo camino llegan.
— Aquí es, por favor no quemes mi casa. –
— Calma era broma, está bien, ya se ahora donde es, y sí que es un tanto lejos. –
— Si, aunque me agrada caminar acá. -
— Casi ni me doy cuenta ¿eh? … en fin ya debo marcharme yo igual adiós –
— oh, sí claro, ten cuidado. Adiós. –
En medio de un rápido brinco Alyssa le planta un beso en la mejilla y se marcha corriendo mientras contiene la risa, el pobre chico impactado se queda como en shock por unos segundos ante tan inesperada cosa. Hay que destacar, que ella, en los últimos días había desarrollado cierto gusto por fastidiarlo con su timidez, pues no era una persona acostumbrada a socializar, y a ella le divertía incomodarlo.
Fue allí cuando Edward – mirándola correr lejos con su cabello ondeante cual bandera – que se dio cuenta. Fue como un duro golpe del viento por aletear de un colibrí, directo a su estómago.
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Corazones Latientes:Mas alla del tiempo de la muerte.
General Fiction¿Imaginas lo que sucede cuando lo imposible, deja de serlo? ¿Cuando la fantasia y la ficcion se vuelven mas que palabras, cosas reales? Esta es la historia de un chico incierto, comun, o eso creia.