Tal vez todo pueda cambiar.

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Iba sin rumbo fijo, caminando adolorida, encontrándome con gente, que al verme me preguntaban si estaba bien, les respondía que si, que no me pasaba nada.

Y me odiaba, odiaba todo por eso, odiaba porque en mi vida nada estaba bien, por más que quisiera aparentar todo estaba hecho un desastre.

Me preguntaba por qué siempre a las personas buenas le pasaban cosas malas.
Existe gente personas que le hacen daña a otras o quizás las matan. Y a ellas nunca les pasa nada, están feliz de la vida disfrutando de todo los que les rodea. Y aquí estamos nosotros que no le hacemos daño a nadie, y siempre tratamos de ser mejor persona y siempre somos quienes salen lastimados.
¿Si Dios existe porque permite todo esto?

Cuando vivía con mi padre, todas las noches le pedía a Dios que quería que parara todo esto, ya no quería sufrir, ya no quería llorar sin Consuelo alguno. Duraba no se cuanto tiempo Llorando hasta quedarme dormida y al siguiente día seguía con mi tormento y volvía a la misma rutina de siempre.

Estudiaba en una Universidad, de 7 a 3 de la tarde aveces ni siquiera podía ni desayunar, casi nunca me daba tiempo para mi. Todo me estaba consumiendo. Estudia psicología, ya casi estaba por el último semestres, que irónico podía ayudar a muchos con Dolores en la vida diferentes al mío, pero nunca nadie me ayudaba a mi.

¿Tenia amigos?. Claro que si tenía, pero entre todos los amigos era yo la que buscaban cuando necesitaban algo. Y yo, yo siempre los ayudaba.

Poco a poco me fui cansando de todo eso, poco a poco me fui alejando de todos.
Poco a poco me fui quedando sin nada.
Poco a poco perdí lo único que me quedaba...

***
La única opción donde podía ir era a la casa donde vivía con mi madre, pero volver allí me llenaba de recuerdos, volver allí me hacía sentir culpable.

Flashback

Iba llegando de la universidad, saqué las llaves y abrí la puerta.

-Mamá, ya llegué. -Grite-
-Que bueno mi vida, en el comedor esta tu almuerzo!!!. Ahorita bajo. Respondió.
-Gracias!!! Te amo...
-Tambien te amo...

Sonreí como tonta a su respuesta. Mi madre y yo siempre fuimos muy unidas. En nuestro mundo solo eramos ella y yo.

Diez minutos después ella bajó, me saludó con un beso en la cabeza y se sentó conmigo a almorzar.

Después de todo, subí a mi cuarto hacer tareas. Me desocupe como a las ocho de la noche. Decidí bajar para ver que había de comer. Al no ver nada subí de nuevo al cuarto de mamá.

-Mami, tengo hambre y no hay nada.
-bebé yo te avise ahorita y no me escuchaste. Si quiere podemos pedir una pizza.
-ok, dale puedes pedirla por mi?
-bueno.

Treinta minutos después llamaron a recepción que había llegado la pizza. Mi madre decidió bajar.

Desde mi cuarto se veía hacia fuera de la calle, pude ver a mamá llegar al portón.
Baje la vista a mi teléfono y de repente se escucharon tres disparos.
Me levanté alarmada y vi el cuerpo de una mujer en el suelo.

Una mujer sin vida...

-No, mamá... -grite con toda la fuerza que tenía. Salí corriendo dejando todo tirado, ya no me importaba nada.

Cuando llegué abajo, ella estaba allí con un tiro en su costado, desangrándose, sufriendo del dolor que sentia.

Cai de rodillas, manchando me con toda la sangre que había. Tome su cabeza y la descanse en mi regazo.

-mami, por favor aguanta un poquito. -Las palabras se me contaban a medida que iba hablando.

-mi amor, ya no hay tiempo. -tenia lo ojos cerrados, hablando con las pocas fuerzas que le quedaban. La abracé contra mi, hasta que llegaron los paramédicos.
Ya en el hospital, estaba en la sala de espera desecha en un llanto.

-Familiares de la señora Sinu Estrabao?. _el doctor llamó.
-Es mi mamá. Respondí.
-Lo siento mucho señorita, su mamá a muerto..

No, no, no. No era posible, no... se había ido, se había ido para siempre, ya no estaba conmigo, ya no estaria conmigo.

Fin del flashback

Desecha en pedazos, en un llanto imparable, en un camino directo hacia el dolor.

Cerca de un puente más o menos 10 metros de altura, estaba yo.

Deje todo lo que traia en el suelo, me acerque a la orilla del puente. Todo estaba decidido, todo acabaría.

No estaba consciente de lo que hacía, solo me dejé llevar por el dolor que sentia. Antes de que hiciera el último movimiento escuche una voz.

-No lo hagas, tal vez todo pueda cambiar...
Cerré mis ojos Llorando con más fuerza, sintiendo mis lágrimas recorrer con más intensidad por mis mejilla.

Me dejé llevar y todo se volvió negro.
Se acabó...

COINCIDIR (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora