⌦ 08 - 𝓨𝓸𝓾'𝓵𝓵 𝓪𝓵𝔀𝓪𝔂𝓼 𝓫𝓮 𝓶𝔂 𝓬𝓾𝓽𝓮 𝓫𝓪𝓫𝔂

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— ¡Tae! — lloriqueó Shotaro levantando el envase de helado vacío.

Shotaro estaba tan deprimido que Taeyong le ofreció ir a su casa. Sus padres no estaban y podría llorar, gritar, golpear y maldecir a gusto, porque muy bien sabía Shotaro que si en su casa llegaba en estas fachas harían preguntas.

Preguntas que no quería responder.

— ¿Más helado? — preguntó Taeyong desde la cocina. Shotaro asintió haciendo un puchero — ¡Ya voy!

Shotaro se sentía mal, horrible, pésimo. Había estado equivocado con Sungchan, ¿cómo podía ser heterosexual? ¿En qué momento salió con YuJin? ¿Por qué carajos no le dijo? ¿Acaso no eran mejores amigos?

Shotaro gruñó enojado tomando el cojín del sofá para ayudarlo a amortiguar sus gritos.

— Si quieres insultarla, adelante, estamos solo nosotros. — dijo Taeyong acercándose a Shotaro con su helado.

— Ese es el problema, no puedo insultarla. — habló Shotaro frustrado.

YuJin era una buena chica.

— ¿Por qué no? Te robó a tu hombre, eso debe ser suficiente para que quieras arrancarle la cabeza, Taro. — habló Taeyong palmeando la cabeza de Shotaro.

— La odio por quitarme a Sungchan, pero... — Shotaro volvió a gruñir en el cojín — es agradable.

— Entonces tendrás que comenzar a odiarla, Taro. — aconsejó Taeyong.

— Porque será incomodo.

— No, porque te robó a tu hombre y eso es inaceptable. — Shotaro rió, pero a los segundos volvió a sentirse triste.

Taeyong le pidió a Shotaro que se quedara la noche, verían películas, comerían dulces y también hablarían de chicos, quizás eso haría que Shotaro dejara de pensar tanto en Sungchan.

[...]

— Hola Shotaro, ¿puedo sentarme? — la linda chica estaba frente a Shotaro esperando a que este aceptara ser su compañero de banca.

Shotaro la miró y sonrió, aunque en sus ojos se podía ver la tristeza que estaba sintiendo.

— Claro, siéntate. — YuJin le devolvió la sonrisa y acomodó sus cosas en la mesa. Cuando se sentó miró a Shotaro.

— Sungchan me habla mucho de ti. — dijo YuJin apoyando su rostro en su mano. Esta chica inspiraba dulzura e inocencia.

— ¿Te puedo preguntar algo? — la chica asintió, ella quería ser cercana a Shotaro, el mejor amigo de su novio — ¿Desde cuando sales con Sungchan? Es decir, él nunca me dijo... ya sabes.

YuJin rió. Su sonrisa era dulce como ella.

— Desde hace poco en realidad, estamos en la misma clase de álgebra. Su amigo Renjun y yo nos llevamos muy bien, él nos presentó,

Jodido seas, Renjun.

— Salimos desde entonces, eran salidas de amigos. Todo pasó tan rápido. — dijo YuJin con una sonrisa tonta en sus labios.

— Creí que Sungchan era homosexual. — Shotaro cerró su boca tan pronto dijo eso. ¿¡Cómo se le ocurre decirle eso a YuJin!?

— Renjun me había dicho algo similar. — admitió YuJin.

— Y... ¿lo amas? — preguntó Shotaro. Le dolió hacer la pregunta, pero tenía que saber si esta chica amaba a su Sungchan.

— Amar es una palabra muy fuerte.

Ajá, así te quería agarrar puerca.

— Pero si lo quiero mucho y creo que con el tiempo podremos llegar a amarnos.

Un sabor amargo pasó por la garganta de Shotaro. Sungchan amando a YuJin. No, definitivamente no.

— ¿Te trata bien? — volvió a preguntar Shotaro desviando su mirada de la chica.

— Me trata como a una princesa, es muy atento...

Shotaro se perdió en sus pensamientos, era un masoquista por preguntar esas cosas y más aún escuchando las respuestas que le daba la enamorada YuJin.

Un golpe en el rostro dolería menos.

— Y cuéntame de ti Taro, ¿puedo llamarte así?

Shotaro asintió y comenzó una pequeña conversación con la chica.

YuJin era una chica dulce, de baja estatura con una personalidad adorable, era imposible no quererla y eso era lo que más odiaba Shotaro.

Odiaba no poder odiar a YuJin.

— Eres muy divertido, Taro. — dijo la chica.

Los ojos de YuJin se dirigieron afuera del salón, Shotaro sintió una punzada de dolor en el corazón. Sungchan estaba acercándose con una hermosa sonrisa que paralizaría a cualquiera que lo viera.

— Hola Taro. — lo miró sin borrar su sonrisa para luego acercarse a YuJin y saludarla con un pequeño beso en sus labios.

Shotaro tuvo que mirar a otro lado para evitar mirarlos y llorar.

— Creo que Taro y yo seremos muy buenos amigos. — YuJin sonrió.

— Eso es genial. Taro, ¿quieres acompañarnos más tarde a la nueva heladería que abrió aquí enfrente?

— No, gracias hyung. — negó Shotaro con la garganta apretada — Taeyong y yo tenemos planes.

— Está bien.

— Olvidé que mi libro de literatura lo tiene WonYoung, iré a buscarlo. — YuJin se levantó y salió del salón dejando a Shotaro y Sungchan solos.

Para Shotaro era incómodo, para Sungchan era el mismo ambiente de siempre.

— ¿Por qué no me dijiste sobre tú y YuJin? — preguntó Shotaro sin mirar a Sungchan.

— Fue muy rápido, Taro. Es que te sentías muy triste por la fiesta que no quise molestarte bebé. — Sungchan tomó la mano de Shotaro para después besarla.

— Sungchan hyung, prométame que no me va a abandonar por YuJin. — Sungchan sonrió y unió su frente con la de Shotaro dulcemente.

— Por supuesto que no te voy a abandonar, bebé. — Sungchan besó la frente de Shotaro antes de levantarse y decir; — Tú siempre serás lo más tierno y adorable para mí, mi lindo bebé.

Shotaro no sabía si sonreír o llorar.

Por un lado, saber que Sungchan no lo haría a un lado por su "relación" lo hacía sentir feliz, pero por el otro, se sentía triste porque sabía que Sungchan, al tener novia sería muy complicado enamorarlo.

¿Por qué siempre tenía que haber algo?

¿Por qué las cosas no podían ser más fáciles?

Dolía, enserio dolía, tanto que al salir de la clase se dirigió al baño, de encerró en uno de los cubículos y lloró. Agradeció que nadie usara los baños en el tiempo que él estuvo allí. Se vio al espejo y su reflejo se veía horrible, lavó su rostro y salió de allí, iría a la enfermería y le diría a la enfermera que se sentía mal. Estaba seguro que la señora Kim no preguntaría más y lo dejaría salir temprano de la universidad.

— Solo quiero que me ames Jung Sungchan, como yo te amo a ti. — musitó para sí mismo mientras caminaba rumbo a su casa.











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𝘴𝘰 𝘧𝘶𝘤𝘬𝘪𝘯' 𝘤𝘶𝘵𝘦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora