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"Dos meses es poco tiempo aunque no lo creas, intenta llenar tu portafolio incluso antes del tiempo en el que te quedas" dijo mamá

"Claro que lo haré, no tendré nada más que hacer" dije sosteniendo el celular con mi hombro y mi cara mientras me concentraba para guardar las cosas que necesitaría en mi bolso "tengo que irme, prometo llamarte luego"

"Esta bien" dijo ella "No te metas en problemas"

"Claro, te amo pero me tengo que ir"

"Adiós Max" dijo y colgó el teléfono

Despues de checar dos veces que llevaba todo lo que necesitaba en mi bolso sabia que estaba lista y baje por las escaleras. Había llegado a Londres apenas ayer por la noche y a pesar del cambio de horario mi cuerpo no pudo dormir mas de 6 horas. Y mientras luche contra mi cuerpo por querer quedarme más tiempo entre las cálidas sábanas, fallé en el intento.
Las ventanas del departamento tenían una vista muy clara y hermosa del centro de Londres, hoy todo el día estaría nublado y aunque Jess me había advertido de lo nublado que podía ser la ciudad y que probablemente no tendría amaneceres o atardeceres hermosos para mi portafolio, no me importo.

Estaría en la ciudad dos meses y después regresaría a casa, había terminado la universidad el verano pasado y aun no tenía claro cómo empezar mi carrera en el mundo del arte, Jess se ofreció a darme estadía en Londres para tomarme mi tiempo y llenar lentamente mi portfolio de bocetos, dibujos y pinturas y no me resistí en aceptar la invitación.

Estar en una ciudad donde nadie te conoce es muy buena idea para un nuevo comienzo, quizá incluso tendré alguna oportunidad de trabajo o podré hacerme un nombre para mi carrera por mi sola, cualquier cosa podía pasar.

Jess ya estaba despierta, sentada en la barra de la cocina, con su taza de café y con la cabeza bien metida en su laptop, siempre lista por si tenía alguna idea para su novela. Jess es escritora, escribe novelas las cuales yo creo que son fantásticas, pero para ella eran una basura, después de pasar meses escribiendo al final decidía no publicarlas, ella siempre decía que podían ser mejor, que podía escribir mejor. Después de haber escrito uno hace un par de años y haber sido un éxito total ella sentía la presión de tener que escribir algo perfecto, algo mejor de lo que ya había hecho.

"¿Despierta temprano?" me preguntó sin dejar de escribir rápidamente en su laptop "Creí que por el jet-lag estarías agotada"

"¿Tu apenas irás a dormir?" dije señalando su pijama y a su cara que irradiaba cansancio por no haber dormido probablemente ni siquiera un minuto anoche.

"Bueno, tu mejor amiga tiene que escribir como loca para sobrevivir"

Sonreí

"¿Alguna nueva idea?" le pregunté recargándome en la barra frente a ella y robándole un trago a su café.

"Un poco, pero mi cabeza sigue en blanco, no se que escribir"

"¿Por que no usas alguno de tus antiguos borradores?"

"No estoy lista" dijo seriamente "esos son... privados"

Decidí no tocar el tema, ni siquiera por la superficie.
"Quiero salir a caminar un poco, si voy a estar aquí durante dos meses necesito conocer más la ciudad"

"¿Quieres que te acompañe? Puedo darme una ducha rápida" dijo pero en el fondo yo sabía que no quería quería acompañarme, la conocía.

"No te preocupes, tomare un taxi y te llamare si necesito algo"

"Esta bien, cuídate y toma muchas fotos"

Salí del departamento caminando un par de calles alejándome del departamento, el clima frío cada vez me sumergía más y claro que me arrepentí de no ponerme un abrigo más caliente, pero ya estaba afuera y solo quedaba esperar a no congelarme.

Enganchada al príncipeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora