Prólogo

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-¡NO! -chillé lo más fuerte que pude.

Creí que me dejaba el cuello. No podía respirar con claridad. Entonces, todo sucedió muy rápido. Cerré los ojos con fuerza deseando que lo que estaba sucediendo me sucediera a mí. Oí un fuerte golpe. Abrí los ojos con miedo, no quería ver el desastre. Supe el gran significado de dolor nada más tuve los ojos abiertos. Las lágrimas caían por las mejillas a toda velocidad. Me acerqué corriendo al lado de mi amigo atropellado. No podía detener los chorros de lágrimas saladas que caían de mis ojos. No lograba ver con claridad. Llegué a duras penas a su lado y me dejé caer de rodillas. La sangre del suelo manchó mi ropa y le tomé el rostro con las manos.

-¡HARRY! -chillé en un intento vano para hacer que reaccionara.

No obtuve respuesta de su parte. Miré a todos lados intentando buscar algo de ayuda. Sólo veía sangre por todos lados. 

-¡Ayuda por favor! -chillé con desesperación.

Acaricié consecutivamente el rostro de Harry. ¿Por qué no había nadie para ayudarme? Sollocé con fuerza. Entonces oí unos pasos que se acercaban a mí. Era el tipo del accidente. Lo miré atemorizada. Abracé a Harry como si quisiera protegerlo y miré al extraño. Parecía que los ojos se le iban a salir de las órbitas.

-¿Estáis bien? -¿qué clase de pregunta estúpida era esa?

Lo miré a los ojos. Reflejaban pánico y angustia, mientras que los míos reflejaban dolor, mucho dolor.

-Me llamo Corey. Acabo de llamar a una ambulancia -anunció.

El chico se retiró hacia atrás su pelo negro y nos miraba con preocupación cada equis tiempo. Me daba igual todo. Sólo tenía ojos para Harry. Un grave dolor inundó mi pecho y solté un gran sollozo. A Harry le dio un escalofrío y sacudió todo el cuerpo. Le acaricié el pelo como si quisiera calmarlo. Apoyé su cabeza en mi regazo y mis lágrimas mancharon su rostro.

Un molesto y agudo pitido penetró en mi cabeza como si de una metralleta se tratara. Era la ambulancia. Después de lo que me parecieron horas, vino por fin. Entonces unos paramédicos vinieron corriendo hacia nosotros y me apartaron de Harry. "¡No!" fue lo primero que pensé. Lloré más fuerte que nunca. Mientras unos paramédicos atendían a Harry uno de ellos se acercó a mí. Me pidió que me calmara. No podía. Era imposible. Era como decirle al Sol que dejara de brillar. Me giré y vi que estaban estirando a Harry en una camilla. Me puse a hiperventilar. Esto no podía estar pasándome. "Tranquila, todo saldrá bien" es lo que ese señor tan amable no paraba de repetirme. Yo negaba repetidamente con la cabeza. Metieron a Harry en la camilla y me derrumbé. Me derrumbé como nunca antes lo había hecho. Lloré desconsoladamente mientras mis manos se aferraban a mi pelo. Me caí al suelo y me abracé a mi misma. Sentí como unas manos me elevaban y me tumbaban en una camilla. Me metieron dentro de la ambulancia y al voltear la cabeza vi a Harry. Llevaba una mascarilla de oxígeno y unos médicos le hacían muchas pruebas. Ahogué un grito y alguien me estiró de nuevo. Sin darme cuenta, me levanté y antes de que volviera a hacerlo, me inyectaron un calmante. Noté como la ambulancia corría por las carreteras en plena noche mientras ese frustrante pitido se volvía cada vez más y más lejano. Entonces, lo vi todo negro.

n/a: ¡Hola! ¡Es mi primera novela y espero que os guste!

¡Besos! xx. 

Vuelve a levantar - Harry Styles (#Wattys2015)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora