I.

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"Solo somos dos renegados amándose bajo
la luz de la luna"

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~Pueblo en Texas, Verano

Elizabeth Cooper~

—Amén—murmuramos cuando el padre terminó de predicar la palabra de señor. Las personas lentamente se levantaron del recinclinatorio para dirigirse en silencio hacia la nave central y comenzar a hacer fila para recibir la hostia.

Me levante del recinclinatorio para poder sentarme en las bancas de madera a esperar que la fila se fuera haciendo más pequeña y poder recibir el pequeño pan sin sabor.

La verdad, las misas me estaban pareciendo un poco aburridas luego de pasar dieciocho años viniendo a diario. Por lo menos agradezco que solo me hagan venir los domingo y no los miércoles, sábados, domingo y lunes.

Aún sigo sin entender cual es el afán de mis padres de venir casi la semana completa, supongo que el señor nos ha ayudado mucho para que nosotros no le vengamos a rezar.

—Elizabeth—me volteé para mirar a mi madre quien se sentó nuevamente a mi lado. Su mira de desaprobación hizo que me levantara de mi asiento para así hacer la fila.

Cuando estuve a una persona del padre hice mi mejor sonrisa para cuando me tocara. Me agache levemente viendo cómo él alzaba un poco la hostia.

—El cuerpo de Cristo—habló acercando la hostia a mi boca por lo que abrí los labios un poco.

—Amén—murmure para luego irme sin antes darle una sonrisa mientras sentía la harina del delgado pan desasearse en mi boca.

Al paso de unos cinco minutos, las personas en la iglesia fueron desapareciendo por las dos grandes puertas, tal y como nosotros lo haríamos en este momento.

—Gracias señor—habló mi madre cuando nos subíamos a nuestro auto. Yo en los asientos traseros y mis padres en los de adelante.

Al llegar a casa, nos bajamos en silencio del auto para caminar hasta la casa. Ellos iban unos pasos más adelante que yo hablando sobre... no estoy muy segura.

Cuando levante la cabeza, puede visualizar como la cortina en la casa de los vecinos en el piso de arriba se movía dejando verlo con una sonrisa divertida mientras alzaba un poco su teléfono. Intente ocultar mi sonrisa y seguir mi camino mirando hacia el frente hasta entrar a mi casa.

—Vete a lavarte las manos para que podamos almorzar—soltó mi padre quien caminó hasta el sillón y así quedarse sentado.

Aún me tratan como si fuera una niña de seis años.

Asentí comenzando a subir las escaleras a paso lento hasta llegar al piso de arriba y así perderme en el interior de mi habitación. Solté un suspiro mientras dejaba mis hombros caer para prácticamente lanzarme sobre mi cama y tomar mi celular.

Nunca íbamos con ningún tipo de aparato eléctrico a misa para evitar que estos sonaran e interrumpieran la misa, era algo que teníamos prohibido.

Al desbloquearlo vi como tenía un mensaje de F.P.J, rápidamente entre al chat.

"¿Qué tal la misa, Cooper?"

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⏰ Última actualización: Jan 26, 2022 ⏰

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