Línea 4: Deidades

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La luz lo absorbió todo, quizá a eso se refería la gente que había tenido experiencias cercanas a la muerte, aunque no tenía ni idea de que sucedería después, dado al trato que había hecho con la Catrina hace ya tanto tiempo, solo era su conciencia flotando en la inmensidad de la nada. No sabía que esperar hasta que simplemente cayó.

Podía sentir cada parte de su cuerpo otra ves, quedó de rodillas en una habitación completamente negra, sin el más mínimo foco de luz por lo que no podía verse a si mismo. De pronto se escuchó un sonido peculiar seguido de una luz, era como una pequeña televisión vieja, de esas que hacían estática al encender y apaga, podía ver a su yo del pasado, su vida entera se proyectaba frente a él, luego otra pantalla encendió, dos más tras esa, después tres, cuatro, cinco y así hasta formar una pared de estas televisiones que mostraban diferentes momentos de su vida, muchas mostraban los intentos fallidos de salvar a Miguel, luego de terminar la escena se repetía una vez más, pero otras se guían de larco con cosas que él no recordaba, se atrevería a decir que no las vivió él pero ahí estaba como actor principal, algunas memorias de agolpaban o distorsionaba en su cabeza pero seguía sin estar seguro de nada.
Marco veía con atención esas memorias tratando de aclararse.

–Es impresionante¿Verdad?– Cuestionó la Catrina detrás de él.

Marco dio un respingo por el susto. Ahora la deidad no emanaba su característico aura de calma, lo que era raro. El mexicano recobró la compostura para luego acercarse a la mujer.

–¿Que es todo esto?– Cuestionó.

–Son tus memorias. Las de las personas normales son seriadas, tienen orden y secuencias exactas pero las tuyas tienen intervención divina.– Explico ella. Él no estaba ni cerca de entenderlo todo pero se conformaba con la explicación de la muerte. –No es solo la mía, también hubo un niño travieso al que le gusta interferir donde no lo llaman– dijo.

Marco volteo al escuchas el caminar de alguien dando pasos en su dirección, vio una luz tenue que  mientras más se aproximaba las luminoso se le veía. Un joven de piel blanquecina, con el marfil, adornado de un resplandor azul celeste similar a la luz que emergía de los portales que Kyle hacía. Él mexicano sintió una presión inmediata gracias a la presencia del príncipe pues este le consideraba un inferior a pesar de todo.

–Las cosas no son así, es solo que tú eres injusta con los vivos– alegó el recién llegado –Ellos querían ayuda, ¿Cómo podría haberlos dejado?, ¿No es ese nuestro trabajo?– increpó hacía la Catrina que lo miraba si expresión.

–El mío sin duda no lo es– habló finalmente   –Marco– lo llamo con vos apacible –Es es La deidad lunar menor de los japoneses, le conocen como "El príncipe luna" aunque algunos lo llamamos simplemente Kubo.– lo presentó.

Para el De La Cruz era algo nuevo, increíble, sabía que en el mundo, las distintas culturas creen en distintos dioses pero los humanos creen que existe un "camino correcto" o un Dios único que, por consecuencia, desestima a los demás. Ver a esos seres divinos tan distintos juntos era, cuando menos, extraño.

–Yo... ¿Yo que tengo que ver en todo esto?– Cuestionó Marco.

Ambas deidades intercambiaron miradas.

Resulta que, por azares inexplicables del destino, el príncipe se enamoró de un humano y le prometío su mano luego de que esté le ayudara a volver a su reino, cuando el humano murió el príncipe lo buscó entre los muertos pero la Catrina lo había reclamado ya que  aquel poseía un poder muy grande que no podía dejar lo correr libre por ahí, mucho menos de la mano de una deidad tan joven e imprudente como lo era Kubo. Razón por la que el nieto de Reider y Shange optó por entrometerse cada ves que la Muerte separara a un par de amantes. Algunas veces salía bien, otras no.

Llegando al caso actual, Marco mato a Miguel quien tenía una relación Hiro, este decidió mover cielo y tierra en busca de recuperar a su amado, ahí la Catrina y el Príncipe chocaron nuevamente, hicieron un pacto para en conjunto darle el poder de viajar en el tiempo al Hamada y cada uno escogió a un campeón para interferir en aquello, tomando a Kyle y Marco, respectivamente. La Catrina esperaba que los cuatro murieran mientras que Kubo esperaba a que no solo sobrevivieran sino que lograrán quedarse juntos como debía de ser según su criterio.

De cualquier modo ahora marco se encontraba perdido en ese andén de la muerte frente a las deidades que discutían los hechos del pasado y el presente ante un muy confuso Marco.

Seguían en su discusión hasta que el tintinear de unas campanillas los sacó de tal discusión.

–Bien, es hora de que te vallas, cumpliste tu parte, ahora yo cumpliré la mía– dijo la Catrina al mecánico abriendo un portal para él con los pétalos y el resplandor que ya conocía –Tus recuerdos se borrarán en unos días y se remplazará con los nuevos, todo estará bien.

Marco la miró temeroso, no sabía que lo aguardaba del otro lado pero quería confiar en las palabras de la muerte. Cruzó.

El sol quemaba sus párpados y el despertador a su lado anunciaba el nuevo día, abrió los ojos y se incorporó en un movimiento por la sorpresa, estaba en una cama confortable en una habitación que parecía ser suya, creyó que iba a reencarnar  pero no. Podía encontrar sus pertenencias con la mira al igual que fotos y otros artículos que no reconocía.

La puerta se abrió lentamente dándole un sobresalto.

–Ya despertaste, buenos días, debes alistarte para salir.– Saludó aquel hombre en la puerta que lo recibió con una sonrisa, se trataba de Kyle. El De la Cruz estaba más que confundido –Te explicaré luego– agregó como despedida.

Intrigado el mexicano se vistió y salió del cuarto. Se montaron en un auto viejo y salieron del lugar, Kyle conducía por calles que Marco no terminaba de reconocer hasta llegar una gran casa de que brotaba música y risas.

–¡Cariño, ya llegaron!– dijo un mujer muy entusiasmada recibiendo a la pareja y dándole un abrazo al castaño tan pronto bajo del vehículo. Él permaneció inmóvil mientras lo envolvían de amor. Ya dentro de la casa, al no conocer a esas personas y seguir un tanto aturdido miró a Kyle en busca de respuesta pero el simple levantó los hombros.

De pronto vio a Hiro salir de una habitación que distinguió con la cocina, quien inmediatamente corrió a abrazarlo. –Gracias– soltó en vos baja, podía asegurar que Hamada ya no estaba molesto con él a pesar haber perdiendo su conexión empática.

–Hey ustedes dos, me pondré celoso– como una voz tras ellos, ambos se separaron y miraron ahí de pié a Miguel, vivo y sonriente en una sala pieza. –¿Que tal hermano - agregó rodeándole con el brazo.

–Todo... genial– respondió tratando de sonar convencido.

–¿Por qué no terminas de pasar las cosas para que podamos comer?– indicó Hiro a su prometido para distraerlo un momento y Miguel así lo hizo.

–Entonces...

–Lo arreglamos todo, ahora somos parte de esta familia y todo estará bien.

Años atrás Marco huyó junto con su madre dejando a su marido atrás, los Rivera los recibieron con los brazos abiertos, la madre de Marco falleció por las conclusiones en las que vivió por tanto tiempo pero los zapateros no dejaron loso  a Marco, lo hicieron parte de su familia. El resto no importaba ya, el pasado pasado quedó y ahora tenía la oportunidad de vivir de nuevo sin culpa.

26/03/2023

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