Comprender tu abandono,comprender el porqué.
¿Fue mía la única culpa? ¿o fue consecuencia de tu cobardía, tu inmadurez y tu poco corazón?No lo sé, y quizá jamás lo sabré, lo único que sé es que esta fue mi realidad: crecer sin un hombre a quién llamarle "papá."
No guardo rencor, no es odio, ni dolor ¡no hay que confundirnos! Lo que si yo siento, es una
enorme e inmutable decepción. Decepción de ti, como persona y como padre.No tengo mucho que decirte, y no pretendo que mis palabras lleguen a herirte...
Muy dentro de mi siento que ya te perdoné, pero los recuerdos de esos días de amargura y de dolor, esos momentos de quebranto y desolación en los que necesité de ti, siguen presentes en mi, y he llegado a pensar que hasta cierto punto, jamás dejaré de recordarte como "traidor" ...
traicionaste a tu hija, traicionaste a tu sangre ¿y así te llamas siervo del señor?En Dios se encuentra el perdón, MUY CIERTO, pero para mi no bastará una disculpa, aunque venga del corazón. No dudo de tu arrepentimiento, y no es que te guarde rencor, pero jamás comprenderé el porque de tu traición.
¿Nunca me pensaste? ¿nunca me extrañaste? ¿porqué no me buscaste? ¿cómo se puede vivir tantos años sin escuchar el llamado de la sangre? ¿CÓMO?
Probablemente no conozca al 100% tus razones, y aún no sé lo mucho que implica convertirse en padre ...
Lo que sí sé es que un hijo es bendición, regalo divino de Dios, un hijo es sangre y carne propia, a un hijo se le ama desde el primer instante, y se le protege con la vida ... un hijo no se niega, un hijo no se abandona, sin importar la amplitud de razones que se crea tener para hacerlo."Tirar la piedra y esconder la mano" ¿no te parece algo de poco hombre?
Probablemente el destino, el propio Dios ya comenzó a cobrarte con creces tus cobardías del pasado, y lo lamento por ti, más no has llegado a conmoverme.
¿Esperas mi perdón? Lo tienes. Tienes el perdón de la mujer que soy ahora, la mujer que se ha dado cuenta que no te necesita, y jamás te necesitó. Pero el perdón de aquella niña que lloraba y anhelaba un padre a quién amar, aquella niña que creció confundida, sin comprender la razón de tu ausencia ... EL PERDÓN DE ESA NIÑA JAMÁS LO PODRÁS GANAR.
Lo hecho esta hecho, y te acepto en mi vida ... te acepto como un individuo que está arrepentido, y que pretende que el hablar de Dios le hará ganar el perdón del mundo (con todo respeto, lo único que ganas es que se te vea como hipócrita.)
Te acepto como un ser humano, que se equivoca, un hombre cobarde, que no supo cómo actuar, aquél destinado a ser mi padre, pero que no supo tomar dicho lugar.
Solo quiero saber ¿qué pretendes con buscarme ahora? Ahora que ya tengo la edad de valerme por mi misma, ahora que he encontrado amores verdaderos que llenaron tu vacio.
¿Será que puedes responder a mi pregunta? ¿O nuevamente volverás a demostrar tu cobardía, y como una tortuga esconderás tu cabeza dentro de una coraza de indiferencia y arrogancia?
Sé hombre ante mis ojos, aunque sea por una vez en tu vida.