Narra Temari.
Pensaba que estés lejos de casa iba a ser difícil, no lo es creo que lo más duro siempre será aceptarte a ti mismo, saber que lo que pasa no es tu culpa.
Veo a mis padres salir de la oficina del director.
—No puedes seguir así.
—No es mi culpa.
—¿Entonces de quién es?.
—No lo sé, no lo sé.
—Dejaste de tomar más pastillas.
—No comiences de nuevo.
—Es mi único que debes hacer y no lo haces bien.
No todo siempre es lo que crees o lo que parece pensaba que todo iba bien en mi vida, hasta cierta edad comencé a tener aquello a que los psicólogos pueden llamar como: "Bipolaridad, depresión, agresividad".
Después de mi diagnóstico los médicos me enviaron algunos medicamentos, ellos decían que todo seria por mi bien.
Por mucho tiempo estuve bien como dos quería, fue hasta que cumplí los 16 años que empecé a mejorar y tomar la decisiónes equivocada.
Decidí dejar los medicamentos, crei que si ya me sentía mejor que no me hacían falta.
Todo está a bien, pero volvieron esos episodios si darme cuenta y cada vez más fuerte, trate de ocultarlo de que nadie puediera sospechar pero mis padres se dieron cuenta de lo que ocurría.
Trataron de tener paciencia al comienzo, hacer que tomara las medicinas, pero nada volvió hacer lo mismo.
Un día ataque a una persona inocente, la verdad no lo recuerdo muy bien.
Mis padres buscaron ayuda con los psicólogos, pero necesitaba ellos decían que era necesario internarme, esa idea a mi padre no le parecía, decía que verme en un manicomio, eso jamás pasaría.
Hasta que un día que le recomendaron un instituto o internado se le podría decir, quedaban en España, la información que teníamos de ella era muy puntualizada.
Era un internado que se encargaba de jóvenes con problemas psicólogo para darles una segunda oportunidad de comenzar de nuevo en la sociedad.
A los adolescentes nos dejaban estar ahí, iban a tener sus clases normales, una vida normal, con sus medidas de seguridad, teniendo al psicólogo ahí y claramente siendo vigilada y tener un cuidador.
Mi familia dudo por un tiempo, pero decidieron viajar hasta España para conocer el internado, tenía grandes instalaciones, cuartos hermosos y las aulas de clases se veían bien, los chicos convivían tranquilos en clase, vimos la cafetería, piscina, jardín, biblioteca.
Aparte de las comodidades cada espacio tenía la intención que los estudiante convivieran para poder más adelante volver a la sociedad.
Les advirtieron a mis padres que la regla de no tener contacto con el exterior haría que mi recuperación fuera rápida.
Ellos dudaron un poco pero al final aceptaron.
Era una tarde soleada, mis maletas estaban listas para entrar al internado.
—No debes fingir esa Sonrisa hija— Dice mi madre.
—Si me pongo mal dirán que solo hago mis dramas para llamar la atención.
—No le digas eso a tu mamá, te amamos.
—Claro padre tanto así, que decidieron dejarme acá tirada.
—No estas tirada, necesitas recuperar.
Las directora no tarda en salir, cuando llega la hora de despedirse mis lágrimas no pueden dejar de brotar, el carro se aleja y mi corazón se parte.
—Vamos Temari despierta.
Comienzo a abrir mis ojos, estaba cansada.
—¿Qué quieres,?
—¿Sigues soñando aun con tu llegada acá?
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El Internado
ContoEs una versión de mi historia El internado. los personajes son de Kishimoto, pero la historia es 100% mía