Prologo

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[Victoria]

La luz del sol entra por las puertas cristalinas de mi balcón mientras los pájaros cantan una típica melodía mañanera; Al estar en tal situación llegan a mi mente recuerdos de mi infancia. 

Si es que la tuve.

Desde muy pequeña me enseñaron las cosas que se supone que debería hacer por ser una mujer y más aun siendo una princesa, cómo comer, cómo hablar, cómo vestir, cómo sentarme, cómo pararme, todo siempre fue según las ordenes de mi madre, la reina, Anabed Sallow.

Tal vez por eso no me gusta la idea de ser una "señorita de sociedad".

Mi madre me ha presionado tanto con ese tema que llegó un punto en que me fastidié; Lo formal no va conmigo, admito que me gustan las galas en el palacio, pero es por la música que ponen, la buena comida que sirven y el hecho de poder mantener una conversación con otros seres humanos, pero fuera de eso prefiero evitar todo lo que tenga que ver con la realeza.

Yo no soy así, no va conmigo, mi esencia es diferente, a mí me gusta la naturaleza, las dagas, me encanta el arco y flecha, disfruto ir a los bosques, me gusta convivir con los animales, las estrellas, leer, escribir, ese tipo de cosas es lo que a mí me gusta; No estúpidos vestidos y coronas voluminosas.

Mi madre no sabe que hago todas esas cosas claro, ella cree que solo voy al bosque para despejar un poco mi mente y para que alguno de mis caballos salga un rato de aquella prisión a la que llaman palacio o en mi caso hogar.

Siempre quise explorar noruega y las cosas que dirigen mis padres, socializar un poco, pero con las únicas personas con las que convivo a parte del personal del palacio y mis padres son algunos pretendientes que vienen a las galas.

Pero me di cuenta de que me llevo mucho mejor con los animales y con mis amigas de la cocina, que, por cierto, mi madre no sabe que hablo con ellas.

Cuando tengo tiempo libre voy con ellas a platicar y a ayudarles un poco con sus deberes, si mi madre se entera de eso me mataría.

Ella dice que "esas no son actividades para una princesa".

Pero, ¿Qué se supone que haga cuando no estoy en lecciones, en el bosque o leyendo? En ocasiones los días me parecen eternos.

Muchas niñas pequeñas dicen que sueñan con ser princesas, pero la verdad es que no saben lo que dicen, no es tan fácil como se percibe en las películas o en los cuentos, sería fácil para alguien a quien no le molesta que crean que eres solo un objeto, que tu único objetivo en esta vida es poner una cara bonita junto con una boca cerrada y hacer todo lo que los demás te digan.

Lo cual no va conmigo e incluso me molesta mucho que crean eso.

-¿Me está escuchando princesa? - una voz me distrae de mis pensamientos y vuelvo a mi realidad.

- Perdón, ¿Qué decías? - le contesté a Lilith, una de las empleadas del castillo, es quien me cuida, me ayuda para saber que ponerme, a veces me peina, me trae el desayuno y ese tipo de cosas

-Le decía que su madre quiere verla para tomar el té- Habló mientras me ayuda a colocar mi corset

-iré en cuanto termine de...- dejé de hablar y me queje por la falta de aire causado por el jalón que dio en el corset -lo lamento mi lady- dijo asustada por mi reacción mientras aflojaba su agarre -no te preocupes solo no jales tan fuerte- le pedí mientras reía un poco, pero ella seguía con una expresión de preocupación.

-De verdad lo lamento majestad- su voz sonó temblorosa

-Tranquila, ¿Cuántas veces tengo que decirte que no me digas majestad o mi lady?, las etiquetas no son necesarias cuando mi madre no está, por algo tengo un nombre, dime Victoria- le comenté para que se tranquilizara un poco

Corona Sangrienta ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora