El olor grasiento de la carne causaba que su estomago gruña. Hizo una mueca mientras continuaba atendiendo a la mujer.
—Hoy me siento diferente —decía observando el menú. Futaba enarcó una ceja mientras mantenía su libreta y su lapicero en su mano—. Mi horóscopo dijo que hoy pasarías cosas inesperadas.
Futaba evitó lanzar un suspiró cansado. Aquella mujer llegaba siempre a la misma hora, todos los lunes. Siempre con la idea de que su horóscopo le predecía que debía comer algo diferente. Aunque siempre pedía lo mismo.
—¿Qué signo es?
Frunció el ceño. El chico nuevo se había acercado inconscientemente con la escoba en mano.
La mujer se sobresaltó y lo observó.
—Piscis —dijo con una sonrisa cuando se le fue el susto.
—Creo que la mejor comida para pedir es Udon —dijo con seriedad. Parpadeó lentamente y Futaba pensó que aquel chico tenia un problema.
—¿Tú crees? —dijo la mujer. Observó el menú con las cejas fruncidas—. Por que creo que piscis debería comer algo mas fresco, ya sabes en estas fechas...
Futaba rodó los ojos. No le interesaban cuales eran las ventajas de comer algo con respecto a tu signo zodiacal. Estaba cansada, anoche no pudo dormir bien, ¡Y que aquel chico asintiera serio como si fuera un tema de suma importancia no ayudaba en nada!
—Disculpe —interrumpió—. Pero otros clientes quieren ordenar.
-Oh —. La mujer observó el menú—. Quiero ordenas Udon.
La observó con frialdad, como si Futaba la hubiese insultado. Inspiró hondo y se fue a trompicones hacia el mostrador.
...
—Fue muy grosera con aquella mujer.
Futaba levantó la cabeza de su almuerzo. El área de descanso estaba repleto del personal del restaurante, la mayoría fumando o quejándose de los clientes.
El chico se sentó frente a ella en la mesa, y sacó su propio almuerzo.
—¿Disculpa? —dijo. Estaba mas sorprendida que el joven se sentara con ella que la estuviera regañando.
—Ella solo quería hablar con alguien —dijo el chico como si nada. Desenvolvió su almuerzo, arroz con carne y salsa.
—Ese no es mi problema —respondió Futaba. A veces se olvidaba que los japoneses solían ser demasiado respetuosos con otras personas. Su madre solía regañarla por eso.
"Oh, cielo"; decía suspirando cuando Futaba le hablaba mal a un adulto que quería pasarse de listo, con ella, "algún día esa fuerza que tienes te meterá en problemas."
Trataba de oír los consejos de su madre, de verdad que si, pero su madre estaba a miles de kilómetros y si la viera ahora solo suspiraría y se preguntara de donde habría sacado ese carácter.
—No es muy habladora. ¿Cómo se supone que me dirá si hago algo incorrecto?
Futaba parpadeó y observó al chico. Se había olvidado de su presencia. Suspiró.
—Escucha, solo has lo que has hecho hasta ahora —dijo mientras guardaba las sobras de su almuerzo—. Suficiente trabajo tengo ya.
Sin despedirse, y pensando en encontrar otro lugar en el que almorzar tranquila, Futaba dejó al chico nuevo.
El día se hizo interminable, el olor a grasa se le impregnó en el cabello. Su cuerpo estaba sudoroso. Quería darse una ducha antes de llegar a su otro trabajo, pero sabía que era imposible. Su departamento quedaba en el lado contrario.
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Luna azul [Kuroko x OC]
Fanfiction"Luna azul", clientes fuera de lo normal, amantes que se conocen en las más raras de las situaciones, horarios inestables y platillos que no ves en ningún sitio.