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Día 7 Cita de noche || Date Night

HOY ERA EL DÍA.

Nunca hubiese creído que me levantaría tan temprano un fin de semana, emotiva, feliz, la verdad es que sentía que tenía música en mi interior. Me levante de mi cama con energía, saltando, girándome apoyada en mis talones para estirar la cama inmediatamente, el calor de las sabanas me llamaba a volver, pero las ignore. Hoy tenía el concierto de mi vida con Blake.

Yo particularmente lo había esperado desde hace meses, y no podía creer que Blake logrará quedarse unas semanas en Patch para vivir esta experiencia conmigo, ella también amaba a las bandas que se iban a presentar, pero estoy segura de que su emoción no se expresaba con tanto movimiento como la mía.

Tenía una sonrisa que no me podía quitar de la cara, me puse con cole en el cabello, haciéndome una cola de caballo y comencé a tirar la ropa de la cama hacia atrás.

Al terminar de hacerla fui a los pies de esta, mi ropa del día anterior tirada en el suelo, reí con diversión mientras me agachaba para tomarla y subirla, una vez encima de mi cubrecama, comencé a revisarla en busca del scroll. Tenía energía, ¿por qué no poner música para terminar de ordenar?

Al encontrarlo, abrí la app y la música comenzó a sonar, mi cabeza moviéndose al compás del sonido mientras doblaba mi ropa limpia, la sucia la tiraba al lado de la puerta como si de un balón se tratase, ordenaba encima de mi mueble, guardaba la ropa en los cajones y todo lo sucio lo tiraba al suelo. A veces moviéndome de un lado a otro con un baile de pies.

Ya todo en el suelo, las superficies limpias y la ropa sucia en una esquina mientras la limpia guardada, salí del cuarto.

Tai encontrándome a mitad del pasillo con una canasta llena de ropa en sus brazos.

–Wow —dijo riendo— Que anímica mañana tenemos hoy.

Me giré un segundo mientras me encogía de hombros y levantaba los brazos con diversión– Hoy tengo el concierto con Blake –le dije mientras volvía a mirar adelante y entraba al cuarto del aseo y sacaba la escoba.

–Ahh~ Ya pensaba yo que había sido demasiado madrugo para ser hoy.

Escuché que decía Tai entre risas, al salir del cuarto, ya no estaba ahí, pero me dejo un canasto libre frente a mi puerta.

Volví a sonreír.

Tomando el canasto con la mano desocupada mientras volvía a entrar a mi cuarto.

Al salir, estaba vestida con unos jeans, una chaqueta negra y una polera blanca con diseño debajo, mis guantes sin dedos de siempre, mi prótesis viéndose divertida debajo de los guantes. Comencé a bajar las escaleras con rapidez, viendo a Ruby en la mesa sentada comiendo panqueques con jarabe encima, moviendo sus piernas en felicidad mientras papá le seguía preparando más.

A un lado de Ruby, había un plato servido para mí.

–¡Hola a todos! ¡excelentes días! —les dije con alegría mientras me sentaba.

Ruby riendo con la boca llena, yo me había sentado relajadamente en la silla, pero al ver como mi hermanita se atoraba con la comida, me incline hacia adelante, dándole fuertes palmadas en la espalda, mi angelito inicialmente agradeciendo la ayuda hasta que me alejo con una de sus manos, negando con la cabeza mientras se levantaba y estiraba su brazo para alcanzar la caja de leche abierta, comenzando a tragar como si su garganta se tratase de un desierto.

–Haaaaa~ —dijo al volver a sentarse, dejando la caja en la mesa— Creí que moriría.

–No creo que Yang lo hubiese permitido —se rio Tai.

–¡Ella hubiese sido mi segunda causa de muerte! —yo moví mis manos, inclinando la cabeza, Ruby volviéndose hacia mi y lanzándose a mi brazo— Pero te amo por ser tan buena hermana. Ou —olfateo, alejándose con una sonrisa— Blake, ¿verdad?