𝐇𝐄𝐀𝐋𝐄𝐑

𝐂𝐄𝐋𝐎𝐒

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-¿Entonces ella es su doppelgänger ?- Jasper estaba concentrado viendo la serie mientras acariciaba el cabello de su novia, quien se encontraba recostada en su pecho comiendo palomitas.

-Así es- murmuró la pelirroja.

- Ahora entiendo el porqué de tus preguntas- el rubio podía comprender de donde había sacado todas esas raras teorías acerca de su naturaleza.

-Tienes que darme la razón en que son más geniales los vampiros en la serie que en la vida real- Robin se levantó un poco, recargando su costado en su brazo derecho para mayor estabilidad y poder verlo- ellos pueden dormir, comer, hipnotizar y curar con su sangre, además de que pueden salir al sol con uno de sus anillos- señaló la pelirroja el brillo que surgía de su balcón.

El día estaba demasiado soleado, así que la pelirroja decidió saltarse las clases para pasar tiempo con Jasper. Claramente, su padre pensaba que estaba en la escuela, pero como él iba a llegar al día siguiente ya que hubo otro ataque animal o más bien otro ataque por parte de vampiros, no había ningún problema.

Jasper ya había hablado con la pelirroja sobre aquellos sucesos que eran hechos por su especie.

-Sí, la verdad es que ellos son mejores- el rubio dejó un beso en la mejilla de la pelirroja mientras la hacía recostarse nuevamente.

Robin se movió de su lugar para poder sacar de su buró unas galletas de chocolate con menta.

-No puedo creer que todavía te queden galletas- Jasper pensaba que ya habían desaparecido. Pasaron tres semanas desde la primera vez que había llevado a su casa a la pelirroja, y una semana desde que volvió para que entre Esme y Alice hicieran aquellas galletas que le había prometido.

-Las que hice en tu casa se acabaron en el segundo día, estas me las dio Mike ayer- la cara divertida del rubio se transformó a una mueca con el ceño fruncido.

-Claro, Newton siempre metiéndose donde no lo llaman- Jasper observó con molestia aquel alimento que le encantaba a su chica. Robin soltó una carcajada al escuchar al rubio.

-Cariño, ya hablamos de esto, no tienes por qué estar celoso- la semana anterior Mike había querido pasar más tiempo con Robin, y la pelirroja estaba de acuerdo, hace mucho que no pasaban tiempo juntos, siendo objetivos, desde que Bella y Jasper habían aparecido en su vida. Hubo un día en que Mike la había llevado a su casa y la pelirroja sugirió que deberían comer juntos, la tarde pasó y la pelirroja se despidió del ojiazul, en cuanto entró a su cuarto saltó del susto al encontrar al rubio acostado en su cama con los brazos cruzados y viendo la película de Lilo y Stich, en un volumen tan bajo que solo era percibido por él gracias a sus sentidos sobrenaturales.

-¿Por qué no me dijiste que estabas aquí?- preguntó la pelirroja mientras se acercaba a él.

-Te escuchaba muy entretenida con el niño Newton- la voz del chico la hizo fruncir el ceño.