Itami Uchiha Uzumaki y Bakugou Katsuki se encontraban "entrenando" (peleando ) en la U. A. hasta que un mal golpe y por culpa de una extraña particularidad de un villano que había entrado a la escuela, fueron tele transportado a un mundo diferente a...
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Itami despertó repentinamente al sentí como caía sobre algo, parpadeo un poco intentando regular su vista ya que se encontraba borrosa por la fuerza que ejerció al cerrar los ojos, una vez que pudo restablecerse, miro a su alrededor confundida y se ponía de pie.
Una de vez de pie miro al cielo que estaba oscuro como si una tormenta hubiera pasado un momento antes o como si estuviera a punto de pasar, había humo por todos lados, el canto de los buitres y cuervos se empezó a escuchar en todo el lugar.
—¡Bakugou! ¿¡Donde estás?!— grito con todo lo que sus cuerdas vocales le permitían, pero no había señal de que el rubio se encontrara ahí.
Iba a seguir gritando, pero de repente un le llego un olor a sus fosas nasales un terrible olor provocando que frunciera el ceño tapándose nariz y boca con sus manos, era olor a muerte, sangre y putrefacción.
Cuando dio un paso al enfrente lista para comenzar a caminar y averiguar donde se encontraba, se escuchó algo romperse bajo sus pies, miro abajo y su cara de confusión cambio drásticamente a horror, dando un salto y cayendo nuevamente al suelo de sentón.
Lo que había debajo de ella, eran cuerpos de guerreros muertos, completamente destrozados de formas atroces, desde cabezas partidas a la mitad hasta cuerpos enteros, pero completamente quemados, sangre por todos lados junto con órganos de las personas. Aterrada intento retroceder, pero seguía encontrándose con más y más cuerpos destruidos impidiéndole salir de ahí.
—Mierda, mierda, mierda.—repetía sin parar intentando salir de ahí.— (Cálmate Itami ¡Solo cálmate! Maldita sea). —Intento crear clones de sombra, pero cuando dijo las palabras y movimientos de mano no salió absolutamente nada. — P-pero ¿Qué...? —volvió a intentarlo, pero nuevamente no salió nada de ella, intento crear cualquier otro jutsu o llamar a Kurama telepáticamente, pero nada nada funcionaba, el miedo empezó a crecer en ella al darse cuenta que no podía crear nada. Se levantó y empezó a correr. —¡Bakugou! ¡Rubia! ¡Sal de una buena vez!
Seguía corriendo y al mismo tiempo intentando de pisar los menos cadáveres que podía, el cielo empezó a oscurecerse y el mismo rayo que había sido el ocasionan te de que estuviera en ese lugar cayó esta vez sobre ella, su cuerpo tembló y sintió como sus cuerpos empezaban a quebrarse uno por uno, lagrimas empezaron a salir de sus y horribles gritos de su boca salieron acusa del dolor.
Paso un minuto más de dolor hasta que el rayo desapareció, cayo aturdida y de rodillas sobre los cadáveres intentando no cerrar los ojos, su cuerpo ardía y sabía que no podía soportar mucho.
Su cuerpo se quedó paralizado por el dolor, empezó a llorar de la impotencia. Hasta sintió como su cuerpo involuntariamente dio un salto, miro su manos y parpadeo rápidamente al ver lo que sus ojos veían. Estas empezaban a hacer más y más pequeñas junto con todo su cuerpo, los huesos quebrados volvían a quebrase en más partes.
