Mía despertó dentro de un coche. Mía había pasado una noche movidita por eso casi no podía ni moverse. Mía comenzó a mirar alrededor buscando alguna evidencia de que todo lo ocurrido la noche anterior no era más que un sueño. Pero esa ilusión desapareció cuando consiguió abrir totalmente los ojos. Dilan conducía por eso no se dio cuenta de que Mía ya se había despertado. Mía sin saber donde estaba abrió una puerta del coche cuando estaba en marcha. Dilan enterado de lo ocurrido rápidamente cerró la puerta del coche y le gritó.
-¡Qué haces!
Mía comenzó a llorar de una forma exagerada. Dilan arrepentido del grito que había pegado paro el coche salió y comenzó a buscar algo en el maletero. Mía aprovechó para comenzar a mover sus huesos para poder salir corriendo del coche. Mía sabía que Dilan era un monstruo. Cuando Mía terminó de estirarse rápidamente abrió la puerta y de un salto salió del coche. Pero Dilan apareció de repente y le agarró por la espalda. Mía siguió corriendo intentando escapar pero Dilan era mucho más fuerte que ella.
-¿Se puede saber que estás haciendo?
Mía paro de intentar escapar. Aprovechando Dilan la cogió y la metió en el coche. Cuando los dos estaban sentados Dilan sacó un peluche de su bolsillo y se lo dio a Mía. Mía mirando con alucine el peluche le preguntó.
-¿Qué es esto?
Esa pregunta le extrañó mucho a Dilan.
-Es un peluche- Dilan arranco el coche.
-Pues se parece más a un juguete- le respondió mientras lo abrazaba con todas sus fuerzas.
Después de un buen rato Mía no soportaba más seguir en silencio por eso le pregunto a Dilan.
-¿A dónde vamos?- Mía preguntó con impaciencia.
-A la ciudad
Mía no tenía ni pajarera idea de lo que quería decir Dilan con "Ciudad". Después de quedarse mirando fijamente a Dilan, Dilan se dio cuenta de que Mía no había entendido lo que quería decir con Ciudad.
-Una ciudad es una zona llena de gente y de casas.
A Mía se le aclararon las dudas y comenzó a visualizar como era una ciudad. Después de pasarse un rato con los ojos cerrados le preguntó.
-¿Hay viven malos?
Dilan se quedó pensando. Después de unos segundos no tuvo más remedio que preguntarle a Mía quienes eran los malos.
-¿A qué te refieres con malo?
Mía se acercó al oído de Dilan.
-Mamá dice que viven en casas y que entran a otras casas para matar.
Dilan sin entender nada respondió con lo primero que le vino a la cabeza.
-¿Ocupas asesinos?
El coche dio el aviso de que no quedaba gasolina. Dilan se enfada tanto que casi saco el volante de su sitio. Paro el coche y se desbarató el cinturón. Salió del coche y volvió al maletero. "¡Una segunda oportunidad!" Pensó Mía mientras se desabrochaba el cinturón. Rápidamente salió del coche pero algo la atrapó otra vez por la espalda. Mía siguió intentando correr pero no pudo.
-Vale me rindo- Mía puso una cara de enfadada mientras cruzaba los brazos.
-¡Pero qué dices niña!- Dilan le gritó desde el maletero del coche.
Mía no tardó en darse cuenta de que Dilan no era el que la estaba agarrando. Giro la cabeza y vio a Dilan.
-¡Suéltame que ya me he rendido!- Mía pensaba que así conseguiría escapar.
-¡Que no te estoy agarrando!- Dilan siguió hablando desde el maletero.
De repente Dilan comenzó a agarrarla con mas y mas fuerza mientras extendía una escalofriante sonrisa por toda su cara hasta que solo quedo quedo una enorme boca lleno de dientes. Mía comenzó a gritar mientras intentaba escapar. Dilan al darse cuenta de que Mía estaba gritando rápidamente la busco hasta encontrarse con un enorme monstruo que agarraba a Mía. Dilan cogió una roca y se la tiró a la cabeza del monstruo. El monstruo enfadado giró la cabeza hacia la dirección de Dilan y comenzó a dar pasos lentos mientras arrastraba a Mía con él. Dilan asustado vusco mas rocas por el alrededor. Cada piedra que encontraba, roca que lanzaba, pero con eso no servía. El monstruo iba acercándose lentamente a Dilan. El monstruo subió los brazos de una forma ofensiva para asustar a Dilan. Y a unos centímetros de Dilan Mía recién soltada por el monstruo con un palo le dio en la cabeza del monstruo así molestándolo. El monstruo se giró y comenzó a andar lentamente hacia Mía. Dilan aprovechó ese momento para acercarse maletero y seguir buscando el bidón de gasolina que tenía ahí guardado. Cuando lo encontró le tiró otra roca a la cabeza al monstruo captando su atención. Pero esta vez fue Dilan el que se acercó al monstruo. Le cogió con una mano un extremo de la boca y con la otra mano el lado opuesto de la boca.
-¡Mía metele el bidón por la boca!
Mía corriendo se acercó a Dilan y cogió el bidón que le había dejado al lado de sus piernas y la lanzó a la boca del monstruo. Rápidamente Dilan cogió un mechero que tenía en uno de sus bolsillos y se lo metió en la boca encendido. Rápidamente Dilan cogió a Mía y se la llevó corriendo lejos del monstruo. Pero el monstruo no explotó. A Dilan se le olvidó quitarle la tapa al bidón.
Dilan y Mía corrieron por la carretera sin parar sin mirar atrás. Dilan sabía que antes o después el monstruo le pillaría, pero en ese momento prefería correr y correr. Mia se quedó asombrada cuando vio lo que tenía delante.
-¡Si, la ciudad!- grito Dilan de felicidad
Mía y Dilan comenzaron a correr más rápidamente . Mía comenzó a cansarse. Comenzaron a frenar el paso hasta un punto que ya hasta el monstruo les pillaría andando. Dilan también comenzó a frenar porque veía que Mía ya no podía más. Entonces Mía cayó al suelo. Dilan freno y retrocedo hasta llegar a Mía. Pero entonces el monstruo apareció. Corría como un loco más rápido que un coche deportivo. El monstruo saltó hacia Mía pero de repente un coche que apareció de la nada y lo atropelló.
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Locura final
HorrorDespues de unos sucesos extrallos la polizia comienza a investigar lo que pareze ser un atentado interdimensional.