Tu loca enamorada, A.

Dos.

Primero te voy a felicitar por tu tercer puesto en esa carrera de motocross. Sabía que ibas a lograrlo, eres muy bueno en eso.

Prometo que intentaré ir a alguna de esas carreras, quiero verte. Ya te he visto andar en moto y cabe destacar que sabes muy bien lo que haces, pero verte en una carrera sería genial.

Por si te lo preguntas, sí, te extraño. Sé que solo hace cuatro días que no te veo, pero aún así te extraño.

Cuatro días atrás, justo en el momento en el que te hice masajes, sentí que estaba en el cielo. Había un raro silencio, pero estaba tan concentrada en tu espalda que no fui capaz de notarlo. ¿Ves que me pongo idiota cuando estoy contigo?

También quiero que sepas que cuando te hice escuchar esos audios, me acerqué a ti apropósito. Bien podrías haberlos escuchado con los dos metros que nos separaban, pero no iba a perder la oportunidad de estar cerca tuyo.

¿Sabes? Me gusta mucho tu perfume. A pesar de haber transpirado por el esfuerzo de andar en moto, aún así olías a perfume, ¿cómo es eso posible?

Esta vez fui algo más valiente y te sostuve la mirada mientras nos contabas una anecdota que, obviamente, no recuerdo. Tú hiciste lo mismo, ambos nos miramos a los ojos por varios segundos, los segundos más largos de mi vida y en los cuales no pude reparar de nada que no fuera nosotros dos. La que corrió la mirada fui yo, claro.

Debo confesar que te metes en mi vida cada vez más. Invades mis pensamientos desde que despierto hasta que me duermo.

Me gusta imaginar cómo será nuestro próximo encuentro, pero nuevamente aparece esa amarga sensación al recordar que no sé cuándo ocurrirá eso.

Te quiero D, y felicitaciones por el tercer puesto, estoy segura de que la próxima vez terminarás en el primer lugar.

Tu loca enamorada, A.