Primera impresión

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-Recuerdo que cuando llegaste todos nos callamos, tenías una expresión muy seria, como si te molestara todo- Rosé hablaba mientras doblaba su ropa.

-No lo voy a negar, estaba muy nerviosa- me tiré en su cama.

-Aunque siempre tienes esa cara- me señaló riendo.

-Es la única que tengo ¿Qué hacemos con eso?- se rió y siguió guardando.

-¿Vamos a comer?- Rosé se tiró encima de mí.

-Tengo ganas de una hamburguesa- la abracé.

-Perfecto, toma mi cartera, yo pago- se levantó y acomodó su cabello hacia atrás.

-Dios mío, que belleza- simule tomarle fotos y ella posaba- Ya vámonos, tengo hambre- me levanté después de cinco segundos.

-Oye, era mi momento- me empujó.

-Era- remarqué.

-Grosera- salimos de la habitación- ¿Vamos a la esquina o prefieres caminar más?- empezamos a ponernos zapatos.

-Creo que a la esquina- sonreí  y abrí la puerta, Rosé salió riendo.

Llegamos y pedimos dos hamburguesas sencillas, era la mejor en ese lugar.

-¿En serio siempre parezco amargada?- la pregunta rondaba en mi cabeza.

-No siempre, sé que es cuando te sientes incómoda pero como tienes esa facilidad de  expresarte muy bien con el rostro parece que estás muy molesta o harta de algo- asentí pensando que era cierto, fue una de las razones por las que soy modelo, rostro serio.

-De acuerdo, suena lógico- me alcé de hombros- Igual no iba a cambiar ¿Estamos de acuerdo?- la señale con una papa.

Ella asintió mientras comía otra, le tomé una foto, era hermosa y muy adorable.

-Sinceramente a veces quisiera ser como tú- comentó mientras daba un mordisco, dejé el bocado para después y hablé.

-¿Cómo por?- rió un poco.

-Eres preciosa y haces lo que tú quieres cuando quieres, no de una mala forma, sino que no te importan las críticas ni tienes que estar "siempre linda"- hizo comillas- No lo sé, el hecho de que impongas solo con tu presencia es algo que siempre me ha encantado de ti- comenzó a llorar y no me lo esperaba, fue muy repentino.

-Rosé- me pare y me senté a su lado mientras limpiaba sus lágrimas- Yo también quisiera ser tú, eres una reina, en verdad- ella sonrió y se limpió- Tienes elegancia y te ves cálida, dan ganas de abrazarte siempre, eres la chica perfecta- la abracé y acaricié su cabello.

-Debemos continuar comiendo, si no, se enfriará- comentó y reímos.

-Tienes razón- me separé y seguimos comiendo mientras me hablaba de anécdotas con Lisa antes del debut, cuando dudaban si hablarme o no.

THE COLDEST QUEEN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora