𝒸𝒶𝓅𝒾𝓉𝓊𝓁𝑜 𝓊𝓃𝒾𝒸𝑜

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El era tan hermoso que podría llorar horas y horas al respecto; pero Oikawa no lo sabia.

Lamentablemente Hajime carecía de valentía suficiente como para decirle lo hermosa que era su piel bajo el sol, sus ojos brillantes de anhelo y esa sonrisa infantil que le robaba suspiros sin cuidado. Oh, Iwaizumi estaba tan enamorado de Oikawa.


Soñaba con ser su único ser amado, su canción favorita; pero la realidad lo golpeaba sabiendo las preciosas letras que hay en otras personas, y que la melodía de su corazón no era tan especial. Era un tesoro, cada palpitar de su corazón se dirigía a la voz de Oikawa, pero era una melodía tan rota, sensible y triste; así que Iwaizumi se preguntaba "¿Seré capaz de regalarle una balada para disfrutar, bailar y llorar toda una eternidad? Y aun si lo consigo, ¿Sera eso suficiente para el?". A veces deseaba ser una chica linda, para así ganarse el amor de ese precioso ser al que llamaba amigo.

Pisaba los pétalos de cerezo dejando únicamente sus restos, los nervios viajaban por su cuerpo como la sangre, ayudándole a agarrar coraje y aire.

—¿Iwa-chan?—Oikawa lo miro confundido siguiendo su paso, y sus fans no hicieron mas que verlos partir tomados de las manos. Había algo en el misterioso silencio de su amigo que invitaba a Oikawa a callar y caminar.

Llegaron a las bancas traseras, un lugar poco concurrido de la escuela. Perfecto para su improvisada confesión. Poco le importaban los años de amistad y confianza entre ellos, ahora mismo estaba decidido a abrir su alma.

—Iwa-chan, ¿Qué hacemos aquí?

—Escúchame bien, Tooru. Estoy enamorado de ti y ya no pienso ocultarlo— Oh, que sutil pero hermoso, como el violín en una orquesta, la cereza en el pastel. Primero Oikawa se emociono al escucharlo pronunciar su nombre, y luego su cerebro se detuvo momentáneamente.

¿Escuchó bien? Si, ¿Verdad?.

El, Hajime Iwaizumi, estaba enamorado de Oikawa. Ese era el mejor dia de su vida. Estuvo esperando por oír esas palabras tanto tiempo que incluso comenzaba a perder la esperanza, pero ahora hasta el cielo se veía mas brillante que antes. Sus rostros eran un poema, uno digno de leer toda la vida. 

—Iwa-chan, te tardaste tanto— Burlesco, Oikawa toma entre sus manos las de Hajime, acunando su cara ahí.

—Entonces...

Tooru rio— Si, también estoy enamorado de ti.

Figurada y emocionalmente, Oikawa tomo la melodía rota por alma que Iwaizumi cargaba y la convirtió en una sinfonía con la que sus labios bailaron gustosos en un cálido beso. Lo tenia claro, Iwaizumi era la canción favorita de Oikawa.



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𝓢𝔂𝓶𝓹𝓱𝓸𝓷𝔂-- Iwaoi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora