Siempre tuya

Capítulo 2

Al terminar el almuerzo, María José se percató que nunca se dio el propósito e la comida, y era consciente que el ambiente no fue el adecuado... Ni para Paulina con Kim ni para María José con Alejo. 

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P.O.V MARIA JOSÉ

No puedo dejar las cosas como están, tengo que ir a buscarla y aclararlo... Pero es que sigo sin creerme el pedazo de burla que es ese tal Alejo, por Dios...

K: Linda, tengo una cita con Sandro, hay una revista que está interesada en él y en todas los ingresos que generaría

M: Mm, pero ¿No crees que eso va en contra de nuestro objetivo?

K: Ay, Linda, ustedes ganan su visibilidad y nosotros mayores ganancias ¡todos contentos! Se me hace tarde, me voy por las escaleras, no quiero cruzármelos.

Kim se acercó a darme un beso y la verdad que no tenía ganas de recibirlo luego de todo lo que había dicho, aunque capaz lo malinterpreté o no lo sé... Paulina nunca hubiera dicho algo así...

FIN P.O.V

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Luego de que María José se quedara procesando la situación, se dio cuenta que lo de Kim era lo que menos le afectaba, lo que le importaba en ese momento era solucionar las cosas con Paulina. No perdió más tiempo y se dirigió hacia el ascensor con esperanzas de que aún siga allí y así fue...

M: Eh, Paulina -exclamó con miedo a que ella la ignore-. Perdona que no hayamos podido hablar de tu caso, pero...

P: No, no era el momento, no te preocupes -dijo haciéndose la indiferente.

M: Si quieres podemos preparar otra reunión en otra ocasión, no sé...

Paulina gira bruscamente hacia María José que se notaba avergonzada, pero ella la conocía tan bien que entendió lo que estaba tratando de hacer.

P: ¿Me permites un minuto? Yo te alcanzo -le dijo a Alejo cuando vio al ascensor abrirse.

A: ¿Baja?

X: Sube

A: Me da igual

Al cerrarse el ascensor, ambas se quedan en slencio hasta que María José, nerviosa, decide hablar.

M: Ay, Pau, no sé. Ha sido todo tan, tan raro, tan...

P: ¿Tan qué? -dijo en tono desafiante mientras la miraba directamente a los ojos.

Paulina no resistió más y la besó. La besó con la necesidad que tenía desde el último día en que pudo hacerlo y solo pensaba en disfrutar cada instante, hasta que fueron sorprendidas al ver el ascensor abrirse.

A: Supongo que entonces no te espero ¿no?

P: Uy, perdón -fue lo único que pudo decir luego de no encontrar la manera de explicarse.

Este sabía que estaba sobrando, así que decide marcharse sin decir nada más.

P: Ay, no ¿Por qué tú siempre? -le sujeta la cara a María José para que la mire directamente-. ¿Por qué? Ahh.

Volvió a besarla, pero esta vez María José ya no puso obstáculos y le devolvió el beso aún con más pasión. Cuando ya estaban quedándose sin aire, María José la estampa contra el ascensor para que luego la levante y Paulina, sin despegar sus labios, entrelace sus piernas en el torso de María José. Paulina logró reaccionar al darse cuenta que ya estaban por entrar al departamento.

P: Espérate, aquí no está Kim? -tratando de separarse mientras María José le besaba el cuello.

M: No... Tú no te preocupes, este momento es para ambas -dijo acercándose a su oído..

Entraron al departamento dirigiéndose directamente a la habitación cuando Paulina empezó a levantarle la blusa a María José. Ella quedó anonadada con la iniciativa de Paulina y sin perder un segundo más, fue recostándola en la cama mientras pasaba su mano por el pecho de Pau, escuchándola gemir suavemente. Estuvieron entrando en calor y sin pensarlo, ambas ya se encontraban desnudas y sintiendo cada milímetro de sus cuerpos...

P: Mm-Ma-María José -dijo tratando de recuperar el aliento.

M: ¿Qué pasa, cariño?

P: T-Te extrañé

M: Y yo a ti, mi vida

P: No quiero volver a perderte

M: Sh.. -colocando su dedo sobre el labio de Paulina-. No lo harás

Paulina empezó a gemir más fuerte cuando sintió como la mano de María José bajaba lentamente por su cuerpo llegando a introducir sus dedos para acariciarla delicadamente mientras seguía besando sus senos e intensificando el placer de ambas. Paulina decidió tomar el control sentándose en ella, sabiendo que eso era lo que más le gustaba a su mujer. Ambas quedaron rendidas luego del éxtasis, con el cuerpo húmedo, reviviendo cada segundo juntas.

M: Te amo

P: Y yo, perdóname -dijo apoyándose sobre su brazo para mirarla.

M: Perdóname tú. Fui una tonta, yo no soy de nadie más que no seas tú

P: Ni yo, sigo siendo tuya...

M: Siempre tuya

Paulina se acercó a besarla y luego recostarse sobre su pecho desnudo soñando que ese momento nunca termine...