2. Adiós Yoongi

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El sonido de las olas les embriaga. Aunque era su último fin de semana juntos antes de que Jungkook se marchase, Jimin estaba disfrutando al máximo cada momento junto a su novio. Ya tendría tiempo de llorar cuando él no estuviese. Prepararon una cena improvisada y la tomaron junto a la playa, cerca de una cala pequeña que casi nadie solía frecuentar, ambos disfrutando la comida entre risas y besos, sin despegarse del otro, absorbiendo su esencia, tatuándosela en la piel.

Tras terminar decidieron dar un paseo. Jimin se aferraba a la cintura de Jungkook mientras que el castaño lo acercaba contra sí pasando el brazo por sus hombros. El agua de la orilla bañando sus pies. Llegaron al final de la playa y se sentaron sobre unas rocas a contemplar el cielo. La luna brillaba en todo su esplendor y la luz del gran faro los iluminaba en cada vuelta. Jungkook se giró sobre su asiento mirando a Jimin fijamente. Se aclaró la garganta y comenzó a hablar sosteniendo una pequeña caja que había sacado del bolsillo de su bañador.

- Jimin, quiero darte algo. Sé que en tres días me voy pero quiero que te quede claro que ni estando al otro lado del mundo voy a dejar de amarte - las lágrimas comenzaban a arremolinarse en los ojos de Jimin que escuchaba emocionado - eres el amor de mi vida, aunque tenga dieciocho años todavía sé que jamás voy a amar a nadie como te amo a ti - Jungkook sacó de la caja una gargantilla de plata de la que colgaba una esfera - recuerdo el día que te pedí ser mi novio. Ni siquiera me dijiste que sí, simplemente me miraste a los ojos y susurraste "siempre Jungkook" - Jimin lloraba sosteniendo el colgante en sus manos donde pudo leer esa palabra grabada en el frío metal - esto es una promesa, pase lo que pase, sea donde sea el lugar donde estemos, te amaré SIEMPRE Jimin... SIEMPRE.

Jungkook le colocó el colgante a Jimin y le pidió que éste hiciese lo mismo ya que el castaño compró uno para cada uno. La pareja se fundió en un beso apasionado. Sus mejillas encendidas adornadas por las lágrimas de ambos, sellando así la promesa implícita en esos colgantes. El beso se volvió más intenso y poco a poco abandonaron sus ropas junto a la orilla adentrándose en el mar, dejando que el tibio agua cubriese su desnudez.

Hicieron el amor con pasión y ternura, con tanto amor como lo hacían siempre. Aunque aquella vez les dejó cierto regusto triste al final. Jimin le prometió entre sollozos estar en el aeropuerto para despedirse de él cuando partiera. Volvieron al hotel y se abrazaron durante horas, hasta quedarse dormidos.

Esa fue la primera vez que Jimin mintió a Jungkook porque el jamás apareció.



Jungkook se despertó sobresaltado. Su corazón latía acelerado y le costó unos minutos reconocer dónde estaba y qué día era. Parecía todo tan real como si lo acabase de vivir. Se tocó la cara encontrando lágrimas en sus mejillas. Decidió no pensar en ello. Miró el reloj y corrió a la ducha. Le quedaba media hora para comenzar sus exposiciones. Llegaba tarde.

Estaba jodido. Pero el trabajo era el menor de los motivos.

A unos tres kilómetros de distancia un Jimin ya duchado tomaba su segundo café del día mientras rebuscaba algo decente que ponerse en los cajones de su cómoda. Sin saber muy bien cómo acabó sacando del cajón una pequeña caja metálica que guardaba desde hace años. Estaba llena de notas de amor, fotos, aviones de papel... Recuerdos de lo que fue su vida con Jungkook.

No pudo evitar sacar una foto que llamó su atención entre las demás. En ella, Jungkook le mordía con cariño la mejilla mientras Jimin cerraba sus ojos por el reflejo del sol y sonreía ampliamente. Ambos sentados sobre una toalla gigante con sus pies enterrados en la arena.

En un acto reflejo, Jimin se acarició el colgante del cuello. Recordó a la perfección todo lo que ocurrió ese día y sobre todo, esa noche, la última juntos. Suspiró cansado y dos gotas cayeron sobre la foto que continuaba sujetando.

Habitación al pasado * Kookmin * THREE SHOTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora