El amo de la muerte

Capítulo único

Harry tenía a Mors inclinado sobre la mesa, sonrojado y jadeando mientras lo masturbaba lentamente con una mano y acariciaba su torso con la otra, presionando su erección contra su espalda y besando su cuello.

Continuó burlándose de la deidad hasta que estuvo a punto de correrse, gimiendo fuerte y deliciosamente, con los ojos blancos y lagrimeantes de placer y desesperación. Cuando sintió cómo se tensaba, alejó su mano de la verga del dios, para luego inclinarlo aún más en la mesa y penetrarlo en una dura, lenta y profunda embestida.

Mors sentía que podía, irónicamente, morir en cualquier momento. Joder! Su amo le estaba haciendo sufrir de formas indescriptibles, haciéndolo sentir ese placer turtuoso del juego constante al que lo había sometido.

Harry continuó embistiendo lenta y turtuosamente a Mors hasta que  este estuvo literalmente rogándole, con profundos y graves "por... Favor..." Siseantes y entrecortados por pequeños gemidos. Emocionado por los ruegos del mismo, empezó a embestirlo con más dureza, moliendo su próstata y llevando a ambos a la locura.

Mors se corrió sobre la mesa, sintiéndose en las nubes. Harry se corrió unas cuántas embestidas más tarde, quedándose adentro por un momento para poder calmarse nuevamente.

La deidad se movió hacia adelante sacando la verga ya blanda de su cuerpo, dejando el rastro de semen deslizarse por sus piernas. Se volteó y vio a los ojos a su Amo, sonriendole con algo parecido al cansancio.

Harry le devolvió la sonrisa y se pegó a su cuerpo en un abrazo que tenía un poco más cariño de lo que cualquiera pensaría que tendría un abrazo con la muerte. Beso lenta y sensualmente los labios de la deidad a modo de despido.

Sabía que tenía que irse nuevamente, y así fue; la muerte se vistió rápidamente y desapareció de su vista, hasta que lo llamara de nuevo o éste decidiera visitarle.

Es chistoso cómo comenzó todo

-Flashback-

Harry acababa de matar a Voldemort. La guerra había terminado y él estaba jodidamente feliz... Y cansado.

Todo el mundo comenzó a celebrar y honraron brevemente la pérdida de sus amigos y familiares, pero eso no impidió que hicieran pequeñas fiestas para celebrar haberse librado de Voldy. Mientras tanto, Harry buscaba las reliquias, ya tenía la varita y la capa en sus manos, y estaba buscando en el suelo del bosque aquella piedra. Cualquiera pensaría que lo buscaba porque quería el poder, pero no era así.
Harry buscaba la última reliquia porque se sentía bien hacerlo, cuándo la tomó en su mano, antes de girarla, se había calentado por un momento y juró que intentaba reconfortarlo, por eso decidió que quería tener las tres.

Buscó por varios minutos, casi una hora, hasta que consiguió la piedra y la metió en su bolsillo. Ya podía irse a casa, iba a ir a Grimould place mientras una de las mansiones Potter era acomodada por los elfos.

-- Esa misma noche-

Harry se encontraba en su cama, masturbándose tranquilamente, la guerra había terminado y por fin se dió cuenta de lo frustrado sexual e incluso socialmente que estaba. Sinceramente, tener a Voldy detrás de él no lo dejó tener una adolescencia normal.

Continuó moviendo su mano rápida y placenteramente por su verga, y de la nada sintió un frío extraño en la habitación. Parecido al de los dementores, pero era reconfortante de alguna forma.

Miró hacia arriba y vio a una figura esbelta, pálida y con ojos negros suaves y profundos que lo cautivó totalmente... Y después la figura le sonrió pícaramente - Veo que estás ocupado, amo.-

Harry se sonrojó levemente pero luego sonrió de forma pervertida y que dejaba muy en claro que la muerte no iba a salir caminando bien de ahí - Así es, y sólo tú puedes ayudarme, Mors.-

-Fin de la historia-

N/A: Es la primera historia que escribo, es el primer R18 que escribo y es la primera vez que me atrevo siquiera a subir algo a Wattpad, y el Ship es rarísimo.
Foto de Harrysin y el sepsy Mors en multimedia.