"•El regalo•"

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-No, yo solo entrego los paquetes más no se de quién son- Olivia rió un segundo, después se despidió cordialmente y se fue. Ya había empezado todo. Ya no había vuelta atrás.

La pelinegra se dispuso a salir rápidamente del establecimiento por si a Louis se le ocurría hacer alguna pregunta. Se metió en el carro de Gabrielle y condujo al apartamento de Harry y Gab con una sonrisa en el rostro. Podría acostumbrarse a aquello.

POV LOUIS

Me encontraba sentado en mi escritorio revisando un contrato que debía de firmar cuando unos golpes en la puerta se llevaron mi atención. Me levanté y abrí la puerta para encontrarme con una chica alta de ojos oscuros y pelo negro. No la había visto en mi vida.

-Buenos días- dijo amablemente la chica. Aún no sabía su nombre.

-Buenos días. Tengo una entrega para el señor Tomlinson- dijo entregándome una caja tamaño mediana envuelta en papel azul.

-Muchas gracias- dije amablemente. Me pregunté de quién sería, no estaba esperando nada hoy -No esperaba nada la verdad. ¿Sabes de parte de quién es?- pregunté riendo.

-No, yo solo entrego los paquetes más no se de quién son- la chica rió y después de despedirse de mi cordialmente salió corriendo de ahí. ¿La habría asustado? Me han dicho que a veces doy miedo pero nunca pensé que fuese verdad.

Me adentré a mi oficina poniendo el paquete sobre el escritorio. Lo estaba abriendo y escuche otros golpes en la puerta. Inconcientemente escondí rápidamente el regalo, no se porque lo hice pero lo hice. La puerta sonó otra vez y suspiré. Solo una persona tocaba la puerta de esa manera.

-¿Que quieres ahora Niall?- dije mientras abría la puerta. Mi amigo rubio con ojos azules se encontraba enfrente mío con un semblante entre preocupado, nervioso y emocionado.

-¿Todo bien?- cuestioné mientras me abría paso entre la puerta para que el rubio pudiese entrar.

-¡No me vas a creer lo que me pasó!- me dijo casi gritando. Niall podía ser muy intenso e irritante cuando quería.

-Entonces si sabes que no te creeré ¿porque me lo vas a decir?- dije amargamente. La curiosidad sobre el regalo me carcomía. Solo quería que mi amigo se fuese para poder abrirlo.

-Eres demasiado amargado- me dijo mientras se sentaba y me miraba con sus ojos azules brillando de... ¿Felicidad?

-Le voy a proponer matrimonio a Camille- soltó sin más. Me le quedé mirando analizando la situación. Camille era la novia de Niall hace cinco años. Es una chica alta con pelo negro rizado hasta los hombros. Tiene los ojos oscuros, casi negros que hacen un buen contraste con su blanca piel y su cuerpo curvilíneo.

-¡Niall eso es genial!- le dije a mi amigo. Sabía que Camille había cambiado a Niall en todos sus aspectos para mejor. La conocía desde hace mucho y sabía que era una buena chica y que cuidaría muy bien de Niall.

-¿Si verdad? Se lo preguntaré está noche- me informo con su ancha e icónica sonrisa.

-Pues te deseo todo el éxito del mundo irlandés- le dije a mi rubio y sonriente amigo quién me sonrió otra vez de oreja a oreja.

-¿Sabes? Me puse a pensar y todavía se me hace difícil enfrentarlo. Parece que apenas ayer estábamos jugando fútbol en el patio de la universidad sin ningún tipo de preocupación- me dijo pensativo. Era verdad. Yo tenía 29 al igual que el y ya era hora de enfrenrarlo, ya no éramos niños.

La mayoría de personas con las que trabajábamos ya estaban casadas y con hijos. Sin duda ya era hora de dar ese "gran paso" para el que creo que nadie está listo. Entregarse por completo a una persona, rezando porque todo salga bien y que sea la indicada no es muy fácil que se diga...

-¡Tommo!- me llamó mi amigo. -¿Me estás escuchando?- me preguntó rodando los ojos.

-La verdad no- dije honestamente

-Da igual- me dijo -me tengo que ir Tommo, cuídate. Te aviso cómo va está noche- me dijo mientras se encaminaba a la puerta y salía. Porfín paz. Ya podría abrir el regalo

Espere a escuchar los pasos de Niall lejos para poder sacar el regalo de su escondite. La curiosidad estaba matándome, nadie nunca me enviaba regalos y menos anónimamente, casi todos mis conocidos sabían que estaba comprometido.

Alejé esas ideas de mi mente y me dediqué a abrir la cajita con sumo cuidado. Encontré algo circular envuelto en un papel azul un tanto más brillante que el de la caja. No lograba distinguir que era hasta que lo desenvolví casi completamente y encontré un bombón, supuse que era de chocolate negro debido al color y olor. Amaba el chocolate negro.

Cuando le quité el papel que se había pegado a una parte del dulce un pequeño papel se escapó de él cayendo al piso. Lo recogí rápidamente y lo desdoblé leyendo las letras en él "intenté que el envoltorio se pareciese a el color de tus ojos. Descubrí que nada se comprada a tu azulada mirada".

Me quedé paralizado leyendo esa frase una y otra vez con cara embobada. Nunca me habían gustado las cosas cursis pero ésta había llamado especialmente mi atención. Alguien me había dicho esta frase antes...

Intenté buscar entre mis recuerdos pero no encontré nada. También intenté reconocer la letra pero no coincidía con ninguna que conociese. Después de analizarlo supuse que la única persona que me lo podría haber obsequiado era Brianna.

No le di más vueltas al asunto y me comí el bombón, disfrutándolo al máximo. Al terminarlo me lave las manos y la boca en un pequeño baño que había en la oficina y cuando salí de éste unos golpes en la puerta hicieron que me apresurada a abrirla.

Brianna estaba al otro lado de la puerta con un vestido azul marino ajustado a su figura. Mi mente entró en pánico al verla así, ¿me estaba olvidando de algo? ¿Un cumpleaños? ¿Una fecha importante?

Ella pareció notar mi conflicto mental y me acarició la mejilla con su mano.

-Lou mis padres tienen una cena importante con unos clientes y me ofrecieron acompañarlos. Te lo dije en la mañana ¿Recuerdas?- me dijo en tono suave mientras su mano bajaba desde mi mejilla hasta el principio de mi pecho.

-Disculpa amor, no lo recordaba- le dije mientras quitaba su mano que ya había llegado hasta mi ombligo. Nunca me gustaron este tipo de toques espontáneos que hacía Brianna y menos si estábamos en un lugar público.

-Te lo dije un poco después de la hora del almuerzo- dijo en un bufido, no le gustaba que le "arruinara sus planes" como a veces decía ella.

En ese momento lo recordé. Ella había dicho muchas cosas cuando estábamos en el carro de regreso a la oficina después del almuerzo. No le había prestado nada de atención gracias a él problema con Harry. Estaba y estoy muy preocupado, nunca le había gritado de esa manera.

-Vine a pasar un rato aquí antes de irme- la voz de Brianna resonó en mis oídos antes de que la dejase pasar y cerrara la puerta. Mis ojos se posaron en la caja azul y mi curiosidad volvió a despertar. Pensé en preguntarle a Brianna si ella me lo había dado pero si ella no me lo había dado se iba a poner histérica, ella era un tanto... Posesiva cuando se trataba de mí.

-Que tienes ahí- dijo mientras me limpiaba una esquina de mi labio -¿Chocolate?- me preguntó después de limpiar su dedo.

-Si, me comí un bombón- le dije esperando alguna señal de que había entendido mi referencia. En vez de eso ella arrugó la expresión.

-¿Quién te lo dio? Sabes que no gusta que aceptes regalos de otras chicas- me dijo mientras se acercaba más a mí.

-Me lo compré yo, llevaba algunos días aquí y al ser la única comida que había a mi alcance me la comí cuando me dió hambre- explique y me sorprendió lo rápido y segura que salió mi mentira. Normalmente era malo mintiendo.

-Bueno- me dijo Brianna un poco desconfiada -Igual ya me tengo que ir, adiós cielo- me dijo y sin más estampó sus labios contra los míos bruscamente y se fue.

No me moví por unos segundos mientras analizaba todo. Si Brianna no me había dado el bombón entonces... ¿Quién me lo había dado?

28 days to fall in loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora