Abrázame Y No Me Sueltes ✨ [Imagina Con JK]✨

3. Me Agrada

—Tengo unas ganas de ahorcarte ahora mismo

Taehyung soltó una fuerte carcajada, se hubiese caído si no estuviera sentado en el sofá frente a mi cama.

—Así que la chica te gusta de verdad ¿eh?— desvíe mi mirada, estaba avergonzada —está bien, ya no diré que ella es sexy.

—Sí, me gusta, pero es difícil, nisiquiera quizo decirme su nombre.

Taehyung bufó —Por favor, somos los hermanos Jeon, ¿Crees que una chica nos diría que no?.

—Bueno, para ti debe de ser muy fácil, metes tu cabeza de abajo con cada chica que te topas.

—Para ti también lo es hermanito, te puedo dar algunas lecciones si deseas— podría ser buena idea, mi Hyung es asombroso conquistando chicas— pero... ¿La quieres en tu cama o como novia oficial?.

Aguite mi mano es su cara en negación.

—No quiero tu ayuda, lo haré por mi cuenta.

Salí de la camilla mientras mi hermano se paraba a la par, observé una mancha extraña en su camisa.

—Ni me preguntes, una mocosa me tiro su helado encima— dijo algo fastidiado.

—Te iba a pedir tu ropa prestada para andar tranquilamente por el hospital.

—Oye, Jeon Min Chul, dueño del hospital, jefe de este hospital y nuestro padre— empezó a enumerar los con sus dedos —creo que son suficientes razones para hacer lo que quieras aquí.

—Sí, voy a hacer abuso de mi autoridad— dije en broma — bueno me voy.

—Suerte con tu belleza— me guiño un ojo —yo te cubro para que nadie se entere, ¡No tardes!— se arropo en la cama y me hizo una señal para salir de la habitación.

Ahora se me va a hacer más difícil, no sé en dónde estará ella, pero me recorreré cada piso si es necesario.

***

Sentí que alguien me tomaba del brazo, mientras planeaba mi huida a la sala de partos.

—Te encontré— me dijo el castaño que aun tenía puesto el pijama característico del hospital.

—¿Tú de nuevo?, Te dije que te quedaras en tu habitación.

—Y yo te pedí que me dijeras tu nombre— no parecía una orden por el tono que usaba —sólo... Quiero saber eso... Por favor.

—¿Cómo para qué quieres saber eso?

Él se rascó la nuca pensando en lo que iba a decir; me canse de esperarlo y continúe caminando apresuradamente hacia el área de las encubadoras.

Él me pisaba los talones pero no se apagaba mucho, respetaba mi espacio.

—¿Sabes cuanto tiempo me tomo encontrarte?— silencio — cinco horas, estuve buscándote cinco horas, al menos hablame.

!¿Cinco horas?!, no puede ser.

—Quiero estar en paz— me pare en seco, y lo miré —quiero estar sola, pero si vas a seguirme, hazlo en silencio.

Seguí caminando y el no emitió palabra, pero pude sentir los movimientos eufóricos que hacía a mis espaldas.

Al llegar a la sala me quedé pegada al vidrio que dividía la sala de encubadoras, viendo como los bebés dormían tranquilamente y como un bebé llegaba en brazos de una de las enfermeras y lo colocaba en la encubadora. Esto me tranquiliza, de algún modo sus dulces rostros y apariencia delicada me causa ternura.