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El mar la tranquilizaba.

Le tranquilizaba verlo, ver las olas, ver como estás reventaban contra las rocas de la orilla, como el agua salpicaba hacia todos lados. Simplemente le encantaba.

La luna iluminaba de manera perfecta el mar, añadiéndole un toque precioso.

Se acomodó la manta por sobre sus hombros, buscando evitar sentir más frío. Sus ojos se perdían en cada detalle del mar mientras por sus oídos entraba aquella melodía tan calmada y serena, una ambientación perfecta para el momento.

Habían terminado de jugar hace algunos minutos, y ella decidió salir a respirar aire fresco, alejándose un poco de la tecnología y conectándose con la naturaleza pura. Aquella que le encantaba.

Intentaba, ponía todo su esfuerzo en distraerse y no pensar en Mina, pero le era imposible. Había quedado tan preocupada luego de las palabras de NaYeon, que se arrepintió de preguntar. Pero Mina era una mujer grande, que se podía hacer cargo de sus emociones y acciones.

O eso esperaba.

Porque, aunque ChaeYoung había visto varias veces a Mina triste, nada se comparaba a lo que le relataba NaYeon hace unas horas. Nunca había visto o escuchado que algo así le pasara a la mayor.

Quizás no pudo más y simplemente explotó, y su mente reaccionó de la peor manera.

¿Debía sentirse culpable por eso?

No lo tenía lo suficientemente claro, pero una parte de ella sí se sentía culpable. Después de todo, ella trató mal a Mina cuando se encontraron, por más que este se empeñaran en tratar bien a ChaeYoung.

Entonces tuvo otra pelea mental sobre como debía sentirse o qué debía hacer. A este paso parecía que sus heridas no sanarían nunca, y nunca dejaría atrás su pasado.

Dejar atrás el pasado.

Dejar atrás a Mina.

Dejar atrás esa bonita historia de amor que terminó en sufrimiento.

Entonces, de algo si estaba segura.

Para acabar con todo, y dejar de sufrir, tendría que escuchar la historia de Mina.

Porque ella sólo conocía su propia historia, su propio sufrimiento, su dolor, sus heridas. No las de Mina. Ella no sabía como se sintió Mina, ni tampoco sabía como se sentía ahora, no sabía cuánto había sufrido, cuánto había llorado o cuanto dolor había soportado. No sabía los motivos de sus actos o de sus mentiras.

No sabía nada.

Suspiró, volviendo a colocar la misma canción, buscando relajarse un momento.

Se sabía la letra de memoria, era una de esas canciones que llevaba años escuchando y hasta ahora la sentía verdaderamente, sentía como si aquella canción hubiera sido escrita por ella misma.

Parecía que sus pensamientos se habían mezclado con la canción, creando la letra.

Cuando la escuchó por primera vez, pensó en lo deprimente de la letra y la suerte de nunca haberse sentido cosas así. Pero ahora todo era tan distinto, había experimentado todo el dolor de una infidelidad, el intentar superar a alguien y fracasar en el intento.

Su corazón seguía dolido, en lo más profundo.

Una infidelidad no es un tema sencillo de superar.

Menos cuando fuiste engañado por dos personas que amabas, como lo eran Momo y Mina.

Parecía que caía por un pozo oscuro, y no había escapatoria por ningún lado. Sentía que sus emociones la arrastraban hasta el fondo, impidiéndole salir. Por más que luchara y luchara, no conseguía salir de ahí.

Engaño ➸ MiChaeng Donde viven las historias. Descúbrelo ahora