Little Though - Snirius

Little Though

El aire era realmente frío en esta época del año, con copos blancos de nieve rodeando la escuela y sus caminos, estaba seguro que si no fuera porque era uno de los únicos días para salir del castillo no se hubiera molestado para levantarse de su cómoda cama, hoy podía ir a comprar algunos dulces en honeydukes y tomar cerveza de mantequilla.

Para su no tan sorpresa una vez que se levantó su querido amigo, hermano, su casi mellizo por sus ideas y pensamientos tan compatibles, no se encontraba en la habitación, esto porqué? Fácil, la chica de cabello de fuego y ojos de esmeralda, Lily Evans, había aceptado finalmente después de muchos intentos, salir con su amigo James Potter, aparentemente la chica también tenía sentimientos por su amigo desde hace un tiempo atras, solo que no le gustaba sus actitudes infantiles hacia otros estudiantes y eso había hecho que su grupo de los merodeadores tuvieran otro tipo de objetivos, las bromas seguían pero ya no eran tan comunes como antes.

Y todo para qué? Para que la chica viera que su amigo había cambiado y era alguien apto para ella; si no hubiera funcionado todo eso para convencerla para que ambos salieran probablemente en este momento estarían haciendo todas las bromas que se aguantaron, pero no fue así, todas sus bromas habían ido a la basura.

Sirius estaba feliz por su amigo no lo negaba, su gran sueño de estar con esa chica se había cumplido, pero a que costo? Los merodeadores habían muerto, las bromas pararon totalmente una vez que la relación de ellos empezó, Remus habia sido escojido para ser prefecto, con eso estaba que tenía que cuidar a grupos más chicos y algunas cosas de la escuela como el "no hacer bromas" y Peter... Peter era Peter no habia mucho que cambiará de él, pero no era una amistad como para planear y realizar bromas, no era tan divertido estar con él.

Con eso en mente finalmente se terminó de vestir con ropa más sencilla, Peter seguía dormido por lo que no lo despertaría, el pobrecito se estaba esforzando para alcanzar buenas notas por lo que se la pasaba desvelandose últimamente, no tenía intensiones de traer consigo a alguien medio muerto.
Remus ya se había marchado y James le habia avisado que tenía una cita con Lily en la tienda de té de madame Tudipie.

Estaba solo este día, otra vez, no estaba seguro ni porque salía si realmente no iba a hacer nada interesante o divertido sin sus queridos amigos a su lado, ni siquiera se asomo al comedor a ver si conocía a alguien o a tomar algún bocado de fruta.
Tal vez si era afortunado encontraría a Rebecca de Ravenclaw o a Leticia de Hufflepuff en el camino.
Chicas muy bonitas y agraciadas con las que compartía algunas clases, a ambas las trataba como a cualquier otra chica de su curso, con amabilidad y quizá un lijero coqueteo, nada fuera de lo normal de su parte, ambas estaban interesadas en él, estaba seguro de eso.

Salió de aquel castillo y con calma se dirigió hacia Hogsmeade, con sus zapatos negros hundiéndose en la nieve a cada paso, ahora se arrepentía de no haber traído consigo su capa.
Esta extraña soledad lo estaba matando lentamente, no se atrevía a molestar a otros sólo, no se atrevía a enfrentarse a otros solo, ni siquiera se atrevía a pelear con ese Slytherin que por alguna razón siempre había odiado desde que lo conoció en el tren, ese grasiento de cabello negro, no había una razón realmente, solo le llenaba de gozo molestarlo y ver sus reacciones siempre que tenía oportunidad, aunque por obvias razones sus bromas y peleas con el de ojos onix habían parado, por petición de Lily...y James, ahora pocas veces veía al Slytherin, sus clases en este último año apenas y coincidían, parecía que la serpiente había tomado clases muy diferentes a las suyas...
No era que lo extrañara y si fuera así solo lo extrañaba para verlo ridiculizado, sí era eso.

Cuando se dio cuenta ya estaba enfrente de Honeydukes, soltó un suspiro frío y entró escuchando la campana de la entrada sonar.
Los olores dulces se mezclaban y el ambiente era cálido por tantos cuerpos reunidos en un solo lugar, frotó sus manos y empezó a escojer algunos de sus dulces favoritos como grajeas y plumas de azúcar, sin olvidar el chocolate favorito de su amigo lobuno.