El bosque estaba demasiado silencioso, tanto que era incómodo.
—Hay mucha calma aquí —susurré.
Un escalofrió recorrió mi espalda de repente. «De nuevo lo siento». Regresó a mi aquella molesta sensación de estar siendo observado, pero esta vez era más intensa que antes. No solo sentía una mirada sobre mí, sino que percibía la presencia de algo o alguien muy cerca de ese lugar. «¡No seas paranoico!», pensé. «Tengo que volver a casa por algo de ropa, aunque eso signifique llegar tarde a la escuela».
Cuando al fin terminé de hacer mis necesidades, estiré la mano hacia el arbusto para alcanzar unas hojas que servirían para limpiarme el culo, de repente un crujido se escuchó que llamó mi atención.
—¡Hola! —exclamó el arbusto que estaba justo frente a mí.
—¡Mierda! —brinqué hacia atrás por el susto cayendo de nalgas sobre el agua. Inmediatamente me levanté para ver de quién se trataba.
—¡¿Quién está ahí?!
Aquel arbusto comenzó a moverse y de él emergió una persona. Estaba envuelta entre hojas y ramas como en una especie de disfraz para camuflajearse entre la vegetación.
—¡Lo siento!, no fue mi intención asustarte —afirmó aquel extraño algo apenado.
Por su tono de voz y estatura supe que se trataba de un chico de mi edad. «¿Quién será?», me pregunté.
Intercambiamos miradas un instante, yo permanecí callado y sin moverme cuidándome de cualquier movimiento sospechoso que pudiera hacer. A esas alturas ya no podía confiar en nadie.
—¿Estás bien? —preguntó el chico—. Eso no se ve nada bien.
Tenía la mirada puesta sobre mi miembro. Aunque ciertamente en ese momento ya no me importaba en absoluto.
—Tu pene está sangrando. —señaló.
—¡Ya lo sé idiota! ¡Puedo sentirlo! ¡¿Alguna vez te has caído de frente con el pito erecto?! —grité furioso.
—¡Lo siento! —contestó él— no quise ofenderte.
El arroyo en esa zona no era muy profundo, el agua me llegaba casi a las rodillas. Retrocedí un poco mientras planeaba la ruta de escape. Admito que en ese momento comencé a sentir un poco de miedo, sobre todo porque recordé aquella macabra historia del fenómeno del bosque.
—Te estaba buscando —afirmó con una voz bastante amigable— cielos, es bueno encontrarte al fin, tengo muchas preguntas.
Aquel chico se acercó a mí, se descubrió la cara y me sonrió.
—Es un honor conocerte —dijo emocionado—. Mi nombre es Oliver y soy tu fan.
«Así que sí tiene nombre después de todo».
—¿Cómo sabes quién soy yo? —le cuestioné—. Jamás te había visto antes.
—No me conoces, pero yo he escuchado mucho sobre ti, ya sabes; chismes, rumores y demás historias bizarras acerca de tu vida salvaje. Eres toda una leyenda.
—¿Eh? ¿Mi vida salvaje?
No tenía la menor idea de que estaba hablando ese tonto, «¿Acaso cree que yo soy el fenómeno del bosque?»... «tal vez ambos pensamos lo mismo del otro, o tal vez es un truco... tal vez quiere engañarme para que baje la guardia y llevarme a su guarida donde me violará y me devorará entero. ¡Mierda!
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Super Wedgie Boy
AdventureConoce el origen del superhéroe con los calzones más bizarros del mundo; Super Wedgie Boy. Esta es la historia de cómo David, un chico nerd de secundaria pasó de ser un perdedor y un fracasado; a convertirse en el súper más grande de todos.