Capítulo 6

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Lexie pov

Quería decirle que se quedara, que no quería que se fuera otra vez, pero no podía hacerle eso a Mark, así que no dije nada, en vez de eso, me aferré al frasco que me había entregado mientras veía como cada una de ellas sacaba uno igual, bebían su contenido y un humo morado las envolvía, de un momento a otro ya no estaban, mi corazón dolía, pero no podía dejar que se quedara si no iba a estar con ella, solo la haría sufrir y luego de todo lo que me contó anoche antes de que nos durmiéramos no podría vivir con la culpa de hacerla sufrir más, puede que ella no lo vea, pero merece más de lo que cree.

Estaba sentada en la isla de la cocina de la casa de Regina, el desayuno seguía en la mesa, intente comer algo pero sentía que cualquier cosa que entrara en mi boca encontraría la salida antes de llegar a mi estomago, levanté todo, lavé los platos que Regina y Emma habían dejado aquí, dejé todo en su lugar y tomé las llaves de la casa, deje el frasco que Regina me entrego en la isla de la cocina, me cambié de ropa y me coloque un suéter que encontré en su armario, olía a ella y mi mente viajo a como me miraría con sus ojos castaños si me viera con su suéter, siempre haciéndome sentir la mujer más hermosa en la tierra.

Con mucho pesar abandoné la casa de Regina y me dirigí a ver como seguía Mark.

Mark me abrió la puerta para que pudiera entrar en su apartamento, un lugar que muchas veces me había recibido pero que por primera vez sentía frío, lejano, como si no fuera bien recibida, como si hubiese cambiado, aunque sabía que la que había cambiado era yo, que ya no sentía lo que sentía cada vez que entraba a este lugar, que ya no veía en los ojos de Mark mi futuro.

-yo - tomé una bocanada de aire - yo venía a- él me cortó en seco

-vienes a decirme que la eliges a ella- dijo rápido, como si quisiera zanjar el tema lo mas rápido posible

-no, Regina se fue-

-¿entonces no vienes a terminar conmigo? -

-no es eso -

-eso es un si-

-si, pero no porque voy a estar con ella Mark, no se lo que quiero - el asintió - ¿no vas a decir nada?-

-no tiene caso que diga nada- la verdad no se que esperaba, tal vez que le doliera un poco mas, después de todo, el decía amarme, cuando Regina se fue yo quede devastada, desde el segundo uno, no quiero ni imaginar cómo estaría si me hubiese dejado, tal vez esperaba una reacción distinta, una reacción que por lo visto no existirá ahora o en un futuro cercano al menos.

-bien- dije camino a la puerta, caminé lento, dándole todo el tiempo que pude para que me dijera algo si eso era lo que quería, pero no fue así y sin darme cuenta ya me encontraba fuera de su departamento. Caminando a casa fue cuando me di cuenta del grave error que estaba cometiendo.

Así pasaron los días, no tenia apetito, de noche no podía dormir y de día me la pasaba bostezando, la gente a mi alrededor lo notaba, ¿Cómo era posible que no lo notaran? si había perdido 3 kilos en una semana, mis ojos estaban siempre hinchados y las ojeras no desaparecían de mi rostro, pero nadie decía una sola palabra con respecto a lo que había pasado, ni Meredith, que sabía la historia a pedazos, ni Derek, que trabajaba conmigo a diario, ni Mark, que me miraba a la distancia sin la intención de acercarse, ni siquiera Arizona, que sabía todo, nadie era capaz de decir algo, de hacer algo y yo no me quedaba atrás, yo tampoco hacia nada, me mantenía a flote en el trabajo, o eso al menos hasta ahora, que estoy esperando a la doctora Bailey en su oficina, porque mi falta de sueño casi acaba con la vida de un paciente, si no fuera por la enfermera que estaba ahí para corregir la dosis que le dije que administrara, estaría totalmente acabada, en estos momentos lo único que me queda es mi trabajo y no podría perdonarme nunca si el desenlace hubiese sido otro.

-Lexie- Miranda entró a su oficina y se sentó en su escritorio frente a mí, por un momento pienso que esto debía sentirse cuando te llamaban a la oficina del director, las palmas sudorosas, el escalofrío que recorre mi espalda y el nudo en mi garganta - no se que es lo que esta pasando contigo, pero esta comenzando a afectar tu trabajo, quiero que te tomes unos días, descansa, soluciona lo que tengas que solucionar y luego vuelvas, en condiciones de atender a alguien- no sabía que decir, solo asentí y salí de ahí, caminaba pero no sabía hacia donde.

-¿Lexie, estas bien? - la voz de Arizona parecía distante, como si me hablara con un cristal grueso entre nosotras, quería decirle que no, pero no pude, solo seguí caminando.

Estaba acostada en la cama con los ojos cerrados, estiré mi mano y no encontré la suya fue cuando me di cuenta donde estaba, abrí mis ojos para encontrar una rubia apoyada en el marco de la puerta, Arizona entro a la habitación y se acercó a la cama, estaba a punto de sentarse

-¡no!- mi voz sonó rasposa y mi garganta dolió al emitir el sonido, no quería gritarle, pero no quería que nadie profanara su recuerdo, estaba tan claro, tan reciente que podría estirar mi mano y sentir la suya, aun podía sentir el calor de su cuerpo, no quería que nadie me quitara eso

-Lexie, necesito saber si estás bien- negué con la cabeza ¿Cómo podría estarlo? -¿que necesitas?-

-no lo sé

-¿como te puedo ayudar?-

-no lo sé -

-¿que quieres?-

-no lo sé- en este punto, lo único que sabia era que todo dolía, desde la punta de mis pies hasta mi cabeza, todo dolía, pero nada dolía, no había dolor físico, sin embargo lo sentía, lo sentía como si quebraran cada uno de mis huesos.

-yo creo que si lo sabes, solo no te atreves- tenia razón, solo tenía miedo, me levante de la cama y fui directo a buscar la única oportunidad que tenía, podía sentir sus pasos tras de mi, pero no me importaba, ya nada importaba, solo quería que dejara de doler.

Final Feliz (Regina Mills X Lexie Grey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora