Capítulo 5

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Regina pov

Cuando subí nuevamente las escaleras mi corazón latía fuerte, sentía que se me saldría del pecho y podría apostar que Emma podía escucharlo desde el piso de abajo

Lexie seguía de pie en donde la había dejado, me acerqué y tomé su mano, estaba helada, algo poco común en ella, tomé su mano y la guié a mi habitación, no decía nada, solo se limitaba a mirar mis acciones, me adentre en el closet y salí con un pijama para ella, supongo que no querrá dormir con esa ropa, luego la llevé al baño de mi habitación y cerré la puerta para que se vistiera, el hecho de que no diga nada me enerva, no se que hacer o que decir, tal vez ella esta igual, no se que es mucho, no se si quedarme o irme, no se si quiere que me esfuerce por ella, no soy el tipo de persona que pelea por alguien, pero si eso es lo que quiere lo puedo hacer, solo debe decirlo, solo debe decirlo, lo que quiera puede pedirlo y yo se lo daré, siempre.

Entré al closet a cambiarme de ropa y cuando salí Lexie estaba sentada en la cama

-gracias- dijo levantando sus brazos mostrándome el pijama, eso me hizo sonreír, me sonrió de vuelta y por un momento sentí paz, como si solo existiéramos nosotras dos en el mundo, como si la existencia del universo se redujera a este momento, a ella sentada frente a mí en uno de mis pijamas sonriéndome y mirándome directamente a los ojos.

Me senté al otro lado de la cama y me recosté, no creo poder dormir, pero puedo descasar, ella se recostó a mi lado y se volteó para mirarme, acercó su mano a mi y tomo la mía, entrelazando nuestros dedos, cerré los ojos intentando conservar esta sensación para siempre

-Regina- no quería abrir los ojos

-¿si?-

-aún tienes el cabello húmedo, no deberías dormir así- no estoy dormida, pensé, sentí como su mano se separaba de la mía y seguido de esto el peso de su cuerpo abandonar la cama, no quería abrir los ojos, no quiero abandonar este mundo en el que está a mi lado, no quiero que al abrir los ojos me diga que quiere que me vaya o solo no me diga que me quede - Regina siéntate, voy a secarte el cabello, no quiero que te enfermes - y cuando abrí los ojos ella tenia el secador en una mano y mi cepillo en la otra, me senté y me acomode dándole la espalda, lentamente pasó el cepillo por mi cabello y encendió el secador sin detener lo que estaba haciendo.

Cuando mi cabello estaba completamente seco, terminó de cepillarlo y se levanto a dejar las cosas al baño, cuando volvió yo seguía en la misma posición, esperé a que se sentara

-¿no tienes miedo de estar a solas conmigo?- la ida llevaba desde la mañana molestándome, pero no podía preguntárselo mirándola a la cara

-¿por que tendría que tenerte miedo?- pregunto

-porque viste lo que le hice a tu- ¿su que? ¿Qué es él para ella?- a Mark -

-se que no querías hacerlo -

-no, esta vez no, pero he hecho cosas peores -

-Regina mírame - no podía, no podía voltear a verla, se levanto y se sentó frente a mi, con la piernas cruzadas - quiero que me cuentes todo lo que hiciste -

-¿y si después de eso me odias? - ella soltó una pequeña risita

-jamás podría odiarte-

-tengo miedo de que si te cuento cambie todo lo que piensas de mí -

-Regina, no quiero conocer tu pasado para juzgarte por el, quiero conocer tu pasado para conocerte a ti, para entenderte-

Cuando terminé de contarle, omitiendo detalles ella solo me miraba, sentía su mirada en mí, pero no podía mirarla de vuelta, por primera vez estaba realmente avergonzada de todo lo que había hecho en el pasado.

-así que les arrancabas el corazón - asentí - lo siento, suena tan irreal para mi - estiré mi mano y atravesé su pecho, sacando con toda la delicadeza posible su corazón y dejandolo a su vista, su respiración se agitó, pero no se movió ni un segundo, mi mano se encontraba quieta frente a ella, con su corazón en mi palma no quería hacer movimientos bruscos, no quería provocar ningún dolor en ella

-¿y ahora?-

-¿ahora que?- preguntó

-¿ahora me tienes miedo?-

-¿debería?- lentamente puse su corazón de vuelta en su lugar

-no, jamás deberías temerme -

-entonces jamás lo hare- su respiración seguía agitada y poco a poco se normalizaba, el silencio reinaba entre nosotras cuando ella decidió romperlo - Regina - levante la vista, esta vez me permití mirarla a los ojos - mereces tu final feliz, aunque no sea conmigo -

-¿eso crees?-

-si, pudiste hacer con Mark lo mismo que hiciste con todas esas personas antes, pero no lo hiciste, no eres la persona que todos creen, no eres la persona que tú misma crees, creo que lo mereces mas de lo que piensas, espero que lo consigas - sonreí sabiendo que sin ella jamás tendría el final que deseo

-gracias- me abrazó y nuevamente sentí que todo se resumía a nosotras dos.

Ahora estábamos nuevamente recostadas, esta vez, ella mirándome y yo a ella, nuestras manos entrelazadas en el medio y mientras Lexie me contaba sobre ella yo intentaba tatuar en mis recuerdos cada parte de ella, sus ojos oscuros, brillantes y con una mirada dulce, sus pestañas, su piel, tan suave como lo imaginé antes, sus mejillas levemente sonrojadas.

Desperté abrazada a Lexie, el calor que su cuerpo emanaba se me hacia extrañamente familiar, como si hubiese despertado junto a ella mil veces antes. Cuidando de no despertarla fui a ducharme y vestirme, luego de esto me di cuenta que es prácticamente imposible despertarla, aunque había sido cuidadosa, no pude evitar el ruido que venia desde el primer piso, pero a pesar de que Emma era ruidosa no pareció perturbar el sueño de Lexie.

Estaba terminando de desayunar con Emma cuando Lexie bajó las escaleras, un bostezo abandonó su boca, era por lejos la imagen mas tierna que podría ver en mi vida, Emma miro su reloj.

-¿en serio?- pregunté

-si quieres irte hoy, es hora- miré a Lexie

-¿te vas? - sus ojos se llenaron de lagrimas, fui a buscar un par de cosas a la sala y volví a la cocina

-ten- le entregue un pequeño frasco - si algún día me necesitas, para lo que sea, puedes beberlo y te llevara directo a mi - ella lo apretó en su mano, como si quisiera asegurarse que no se iba a ir a ninguna parte, luego tome las llaves y se las entregue - y cuando quieras, puedes venir aquí, yo ya no tengo motivos para volver y por cierto, el desayuno esta en la mesa - dije, la abracé, no quería soltarla pero la voz de Emma nos interrumpió

-Regina-

-si, si, ya voy - solté a Lexie y por un momento pensé que iba a pedirme que me quedara, o tal vez es solo que tengo muchas ganas de que me lo pida, pero no lo hizo, se quedó ahí en silencio.

Final Feliz (Regina Mills X Lexie Grey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora