☆ Escrita por: Sori Moon ☆
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- ¿Quién es él? -
- Él es mi más bonita casualidad -
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☆ Fluff / Romance
☆ +1.3 k y 2.1k palabras
☆ Hecha por el cuarto aniversario que llevo en la plataforma de Wattpad.
▽ Prohibida su copia y adaptaci...
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Durante el último mes, Jun no había respondido las llamadas realizadas por Hào, en parte se preocupaba pero también entendía que su hermano tuviera ocupaciones. Después de muchos intentos decidió rendirse, no molestaría más a su hermano y esperaría su llamada.
Una semana después fue cuando su hermano le habló, haciendo a que esa llamada lo dejara con cierta intriga.
- ¿Hào? -
- Dime Junnie, ¿Todo bien? Te he estado marcando durante el último mes y no respondías, supuse que estarías ocupado -
- Oh...he estado un poco ocupado, pero no te preocupes, te llamo para preguntarte qué día nos puedes recibir -
"Raro" pensó MíngHào, pues su hermano siempre iba a sin avisar.
- Pues no sé, sabes que siempre estoy en casa, pero puedes venir cuando gustes -
- ¿Te parece bien si vamos el sábado? -
- Mmm... sí, no veo el problema, puedes venir, ¿Traerás a los niños? -
- Eh...si algo así, sólo que ellos te tienen una sorpresa -
- Pero aún no es mi cumpleaños, aún estamos a principios de Mayo -
- Lo sé, sólo que ellos me pidieron que fuera -
"Muy extraño"
- Está bien, aquí los espero, por cierto, ¿Ya se arreglaron MinKi y Jonghyun? -
- Algo así, MinKi no tiene mucho que regresó de Japón, pero la tensión aún se siente en el aire -
- Oh bueno...esperemos que se arreglen pronto -
- Lo mismo digo - Se hizo un corto silencio - Entonces...¿Vamos el sábado a tu casa? -
- Claro, aquí los espero -
- Bien Hào, nos vemos -
- Igual tú Junnie, cuídate -
- Lo sé hermanito, lo sé, tu igual cuídate, adiós -
MíngHào colgó el teléfono y suspiró. La llamada lo había dejado un poco consternado, sin embargo, decidió ignorar aquel sentimiento de duda.
El sábado había llegado en un abrir y cerrar de ojos, días antes el peliblanco había limpiado su casa de arriba hacia abajo, pues sabía que los niños jugarían y no quería que su sobrino se enojara porque llegaran a casa todos sucios.
El timbre resonó en toda la estancia, a pasos rápidos se dirigió hacia la puerta para verificar qué quienes habían tocado habían sido Jun y sus nietos, con una sonrisa los dejó entrar.
