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Fue a principios del año 1952 cuando lo vio por primera vez en aquel barrio y fue cuando quedó impresionado por la belleza de aquel chico

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Fue a principios del año 1952 cuando lo vio por primera vez en aquel barrio y fue cuando quedó impresionado por la belleza de aquel chico. Si bien, MíngHào nunca fue de llevarse tan bien con sus vecinos, pues solían ser muy ruidosos y pesados cuando de jugar se trataba, es por eso que todas las tardes prefería irse al campo que se encontraba cerca de su casa para contemplar la linda vista que el lugar ofrecía, lleno de paz y tranquilidad. Y fue en una de esas tardes cuando lo vio, fue aquella tarde de febrero cuando lo observó y quedó sumamente flechado por la belleza de aquel chico cuyo nombre desconocía. Antes, el pequeño iba al campo solamente para admirar la naturaleza y envolverse en aquel silencio cómodo que siempre buscaba, pero una vez que observó a aquel chico de ojos atigrados, sus visitas al campo comenzaron a ser más frecuentes y más duraderas. La primera vez que lo vio y que cruzó palabras con él, fue cuando acompañó a su padre al mercado a comprar cosas para la comida, en ese entonces quedó impresionado por la amabilidad del pelinegro a la hora de atender a los clientes. Pero cuando lo vio por segunda vez, fue cuando en una de las visitas al campo lo observó sumamente concentrado pintando un cuadro, que para los ojos de Hào, era la obra más bella que alguna vez haya observado.

Al principio, las ganas de acercarse al chico eran muy grandes, sin embargo, el miedo por el que el azabache le hablara de forma irrespetuosa lo hacía borrar de manera inmediata aquella idea. Pues dentro de la mente de MíngHào, el que el chico tratara de manera cálida a los clientes no le aseguraba nada que así fuera con los demás, así que por eso se dedicaba a observarlo de lejos.

En una de aquellas tardes, fue pillado por el azabache.

- Hola - Saludó con una sonrisa el chico de mirada atigrada.

- Eh...yo...hola - Respondió el saludo mientras bajaba la mirada y se reprendía a si mismo por no ser muy discreto a la hora de observarlo.

- ¿Cómo te llamas? - Volvió a preguntar aquel desconocido mientras se sentaba a un lado de él.

Y fue en ese momento cuando MíngHào pudo admirar el perfil del chico, nariz respingada, mirada atigrada, mejillas abultadas y labios muy bien cuidados. Dios, el castaño sentía que en cualquier momento se desmayaría por ver tanta belleza ante sus ojos.

-¿Hola? - Aquella voz lo sacó de su trance.

- Eh...ah sí, disculpa, soy MíngHào, MíngHào - Dijo con una sonrisa mientras estiraba su mano - ¿Cuál es el tuyo? -

- Soy Kwon SoonYoung, pero en el barrio suelen conocerme como Hoshi - Respondió mientras sonreía, ocasionando que en sus ojos se formaran 2 medias lunas.

El corazón de MíngHào se estrujó.

- Siempre te veo aquí todas las tardes - Habló Hoshi - ¿Vienes a hacer algo en específico? ¿O solamente vienes a verme? - Murmuró con picardía.

⇻ Mi Más Bonita Casualidad ♡ SoonHao / H8shiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora