»siete

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Miércoles solía ser su día favorito de la semana. La mitad de todo en su mente. Le gustaban las mitades.

Pero ese miércoles en particular no desea nada.

La adrenalina que conllevaba todo lo extraño y nuevo sucedido la tarde anterior se había esfumado y Taehyung solo podía pensar en lo incorrecto que había sido todo. Él era un ayudante, Jungkook un estudiante. Estaban dentro de la escuela.

No necesitaba más problemas en su vida, no estaba acostumbrado a ellos.

Estaba decidido de que lo que fuera que sucedía entre el y Jungkook debía parar, mientras caminaba por la mañana al despacho de Namjoon.

Y por segundo día, Jungkook estaba ahí, pero el aire se sentía distinto, había algo distinto.

Supo qué en cuanto estuvo del lado de Namjoon en el escritorio y observó claramente el rostro medio morado del menor. El estaba intentando ocultarlo con sus lentes obscuros, pero el color morado verdoso llegaba a la mitad de su mejilla derecha.

—Taehyung, necesito un momento, por favor.

Namjoon sonaba muy afectado, y tratando fallidamente de no hacerlo.

No tenía ganas de pasear pero sus pies lo llevaron al patio.

Agachó la mirada y por alguna razón, le parecieron un chiste sus perfectamente lustrados zapatos negros de vestir. Sus jeans claros, su suéter negro, su camisa blanca abotonada hasta el cuello y para rematar su corbata negra.

¿Qué estaba fingiendo ser?

Vale, reconocía ser una persona formal, que no hablaba mucho y algo introvertido, pero eso no lo hacía un niño rico pretencioso.

Taehyung pateó una envoltura de chocolate a sus pies. Agachándose inmediatamente a recogerla y ponerla en un basurero.

Comenzaba a aburrirse por lo que volvió por donde vino, quizás podría ir a ayudar a las cocineras pero mientras iba por el pasillo, la puerta a lo lejos del despacho de Namjoon fue azotada con fuerza.

Jungkook caminaba en su dirección, los lentes ya no los traía y Taehyung se detuvo en seco al ver el hematoma en su pómulo. Su ojo se veía bien, sólo algo rojo.

Ambos se vieron a los ojos cuando Jungkook notó su presencia.

Taehyung no creyó que Jungkook deseara hablar así que caminó intentando no molestarlo, pero fue detenido por un brazo cuando quiso pasar por su lado.

Jungkook tomó sus brazos y lo jaló hasta ponerlos rodeando su torso. Luego le rodeó el cuello.

Después de todo Jeon seguía siendo un humano que de vez en cuando necesitaba un abrazo.

Taehyung lo hizo con cuidado, apoyando su mentón en uno de sus hombros.

—¿Qué pasó? — ningún humano esta libre de curiosidad ni preocupación. Menos Tae.

—Clarence me golpeó. Bueno, nos golpeamos...

—¿Quién es Clarence?

—Es el novio de mi madre. No se llama Clarence, yo llamo así a todos sus novios para molestarla. — Jungkook tenía la voz apagada y cansada.

—¿Y dónde estaba tú madre cuando eso pasó?

—Drogada en el sillón...

Taehyung retuvo el aire. Sus problemas siempre fueron básicamente la falta de tiempo y cariño de sus padres, pero eso era nada frente a lo que vivían otras personas, frente a lo que vivía Jungkook.

EVERLASTING 章 KOOKTAEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora