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– ¡Contesta! – gruñó al escuchar los desesperantes tonos de la llamada. Habían pasado 5 días y Sparta no se dignaba a contestar. – lo perdí...

Se sentó en su sofá. Decidió llamar a su hermana.

– Hola Raptor. – contestó Cache con una voz alegre. – ¿Cómo vas con el chico?

– ... Lo perdí.

– Serás tonto, ¿Qué le hiciste?

– Él sabía que yo tenía una lista y ya sabía que yo había buscado chicas antes. Pero él creía que en la lista había algo que él tenía, por lo menos una cosa. Pero ya sabes, él no tiene nada, ¡es lo opuesto! ¡totalmente opuesto!

– Y adivino, vio la lista.

– ¡Claro que vio la lista!

– ¿Y qué te dijo?

– Que el amor verdadero no se busca siguiendo cosas como una lista o algo pre establecido. Debe ser más sincero que eso.

– ¡Pues yo no te mandé a seguir ninguna lista, se te ocurrió solo!

– Creí que sería más veloz y eficiente.

– Serás tonto.

– ¿Qué hago ahora? no quiero separarme de él, no por algo así.

– Debes... hablar con él. Es tan simple como eso.

– No contesta su celular.

– Agh, ve a su casa y pídele hablar.

– Su padre me asesinará, me dijo que no le hiciera daño a su hijo y mira ahora. Apenas me vea me atará una cuerda al tobillo y me arrastrará con el auto por toda la ciudad.

– ¿Lo amas?

– Mucho

– Entonces creo que podrás soportarlo con tal de recuperarlo.

– Tienes razón.

   

 ❀ ✿ ღღ ❀ ✿

     
Dudaba si era buena idea tocar la puerta. Terminó haciéndolo de todas formas

– Hola Timba.

– ... – se quedó paralizado por un momento. – ¿Cómo te atreves... a acercarte a esta casa? – se crispó. – vete, no tienes nada que hacer aquí.

– Necesito hablar con Sparta.

– A él ya no le importas, así que piérdete. Sabía que serías mala compañía para Sparta.

– Por favor, solo quiero hablar con él.

– ... – suspiró pesadamente. Cuando iba a volver a hablar para repelerlo su segundo hijo apareció a su lado.

– Hijo de puta... – le maldijo Víctor. Salió de la casa como si el mismísimo diablo lo persiguiera. 

Raptor pareció asustarse pero no se movió.

– Eh, jeje... ¿¡podemos estar tranquilos?!

– ¡Imbécil, le hiciste daño! – le acumuló un gran rencor, y lo liberó todo con un buen golpe en la mejilla.

– ¡Mierda! – por un momento se asustó al pensar que había perdido un diente o algo se había quebrado. – dios... 

Timba ni se inmutó al ver como le daba ese puñetazo.

– Ya Víctor, ven acá, yo me ocupo de esto. – dijo aburrido por la situación.

– Ok... – se estiró. – serías un buen saco de boxeo. – rio.

– Cállate. No te devolví el golpe porque sé que estuvo mal lo que hice, pero para la próxima que me golpees no será tan lindo para ti.

– Wow, no eres tan gallina. – le aplaudió. – eso me gusta. – entró a la casa y desapareció.

– Creo que tuviste suerte de que Víctor no te siguiera golpeando, estaba muy enojado contigo. 

– ... Le entiendo. Si mi hermana sufriera por un estúpido me sentiría igual.

– Bueno. Adiós. – cerró la puerta sin más.

– ¿¡Qué?! ¡Timba! – reclamó. – uff⁓ – entonces se le ocurrió una idea. Fue al costado de la casa, más específicamente donde estaba la ventana de Sparta. Sonrió al verla entreabierta. Vio unas enredaderas, una tubería, y un pequeño voladizo que sobresalía de la pared, éste era perfecto para poner el pie.

Como si de una película se tratara, se arremangó y se puso a escalar. 
Al llegar la deslizó hacia un lado y entró de un brinco.

– ¿¡Pero qué...?! – de inmediato fue silenciado.

– Ssh, solo soy yo. – le había tapado la boca con la mano. – por favor no grites, solo quiero hablar contigo. – le dejó hablar.

– ¿Qué haces aquí?

– Quiero disculparme. Pero también quiero que entiendas algo.

– Te escucho.

– Bueno, primero, perdón. Perdón por lastimarte, aunque no quisiera hacerlo.

– ... Te perdono Raptorcito.

– Gracias – sintió un alivio enorme. – ¿¡Por qué no respondiste a mis llamadas?!

– Estaba enojado y... me dolió u-un poco eso de no tener nada que te guste a ti. 

– ¿Pero no pensabas en volver a hablarme si no venía?

– No tenía ganas, así que probablemente no.

– Bueno, está bien... Quería que entendieras que pese a que no tienes ningún aspecto de la lista, te amo. Me equivoqué, no debería haber hecho la lista. Debería haber dejado que todo fluyera, debería haber sido más abierto en cuanto al amor y no haber dado por hecho que una relación no funcionaría si mi pareja no tenía eso.

– Pensé que nunca oiría ese "te amo". – se emocionó y dejó caer una lágrima.

– No quería decírtelo hasta asegurarme. – se acercó y le besó justo abajo del ojo.

– Y-yo también te amo. – lo abrazó fuertemente. 

Cómo Encontrar a tu Verdadero Amor con Raptorgamer | 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora