Ateez: Yunsang

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Después de una vida tan larga para ser precisos 200 años Yunho nunca creyó caer tan bajo, nunca pensó que encontraría a alguien que lo volviera loco, que lograra que su sed de sangre lo dominara totalmente, intento mantener distancia prudente la primera vez que lo sintio, ese olor tenue pero poderoso, el sonido de su sangre atreves de sus venas era como música.

Yunho se prometió no dejarse caer, pero no se pudo alejar de el, lo necesitaba, era tan necesario como el oxigeno para los humanos, era como esa droga que sabes que no tienes que probar, ese pecado que vale la pena caer.

¿Saben que es aguantar un impulso? un impulso tan básico como por ejemplo respirar, es como cuando sientes picazón y necesitas hacer algo para que pare. Eso es el mismo impulso que tiene Yunho en este instante, Yeosang esta tan cerca de su rostro que puede sentir su respiración, puede ver sus ojos dilatarse, su pulso ir mas rápido a cada segundo, como su piel es decorado por un sutil tono rosa, recordándole que el chico que tiene enfrente y que esta apunto de besar esta vivo y el no, que con solo un pestañeo podría acabar con ese latido que lo vuelve loco, el cual quita sus horas de tranquilidad.

Es una pena que Yeosang no pueda leer los pensamientos, que no tenga su sexto sentido encendido, que no sienta que todo lo que Yunho trasmite es peligro, quizás lo sabe pero no le importa, lo peor que podría pasar es que después de esto no verlo mas cierto?

El beso comenzó lento, Yunho estaba conteniendo todos sus instintos de asesino para no perder el control, quiere disfrutarlo de apoco, sin apuros recorrer todo su cuerpo y consumirlo lentamente, tal vez podría perdonarle la vida si Yeosang sabe tan bien como se ve, si su sangre es tan única como debería.

En ese pequeño apartamento, donde se podía solo escuchar los bajos chasquidos de los labios al darse lentos y tímidos besos, el calor subía de poco y la distancia se acordaba a cada segundo, Yunho no era una persona paciente pero si era demasiado brusco con Yeosang se alejaría de el, invertío demasiado tiempo para arruinarlo ahora, por muy tonto que sonara el no quería obligarlo, quería que aquel chico de pelo rubio le diera el permiso de corromper su cuerpo y lo dejara tomar su alma. Claro esta no era una tarea fácil cualquiera se espantaría si supiera que el chico con el cual le estas comiendo la boca podría matarte con solo desearlo. 

Que es un bestia, que es esclavo de sus instintos mas básico.

Yeosang tomo un poco la iniciativa aventurando sus manos por debajo de la gran camisa de Yunho, pudo sentir su piel helada contra sus palmas, lentamente recorrió de abajo hacia arriba, sus inseguridad se fue esfumando de apoco cuando vio que Yunho se dejaba tocar. El mas alto llevo sus manos a la pequeña cintura de Yeosang, acercándolo a su cuerpo los besos poco a poco subían de intensidad, al igual que el deseo y las ganas de probar al fin a su pequeña presa. 

Lentamente fueron avanzando hasta la orilla de la cama, sin mucho cuidado Yunho empujo al contrario, este cayo en la cama soltando un jadeo. Que no les engañe la apariencia de Yeosang, no sean tan ingenuos como Yunho que cree que el pequeño chico enfrente de el no mata ni una mosca, Kang Yeosang es una caja de pandoras, tienes que saber mover bien las piezas para que saque todo lo oculto que tiene dentro.

Yunho le regalo una media sonrisa, logrando calentar mas a Yeosang que se estaba aguantando las ganas de tirarse nuevamente encima del guapo y sexy hombre frente de el, Yunho comenzó a desabrochar su camisa lentamente bajo la atenta y lujuriosa mirada del mas bajo, pero no todo podía ser tan fácil, comenzó a jugar con la paciencia de Yeosang dejando ver un poco su pecho y luego cubriéndolo.

-Quítatela- Dijo Yeosang sin vergüenza, decir que Yunho quedo un poco sorprendido es poco, aunque porque resistirse a ese demandante hombre.

-Tu también deberías- Dijo Yunho terminando de quitarse la prenda y acercándose a yeosang para besarlo, antes de cumplir su cometido el rubio puso su dedo en los pomposos labios de Yunho.

Tentácion "Ateez"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora