La ciudad de Mondstadt romroneaba bulliciosa debido al anormal flujo de gente recorriendo sus calles. Tras el festival de Liyue, muchos turistas aprovechaban su estancia allí para esperar, pacientemente, a los días grandes de la nación del viento.
Las calles estaban esquisitamente decoradas con flores frescas, colocadas con verdadera habilidad y delicadeza de formas diversas como formando guirnaldas, y molinetes de diversos colores que referenciaban al Arconte protector de aquella ciudad: Barbatos. Xiao nunca antes había visitado la capital de la región vecina pese a ser un viaje relativamente corto para un Yashka, su compromiso con la notable misión de proteger a Liyue de entes demoníacas absorbían la totalidad de su tiempo y, pese a ser animado inocentemente por la misma Ganyu a tratar de visitarlos para tratar de comprender mejor a los humanos, no se sentía atraído por estas celebraciones humanas carentes de sentido lógico para él. Quizás el que su tiempo no fuera limitado le impedía meterse con totalidad en la mentalidad de esos seres y el disfrute de esta clase de celebraciones.
-¿Estas bien Xiao? - la voz femenina que lo había sacado del trance tenía tintes de preocupación notables.
Lumine le miraba con sus ojos redondos y brillantes esperando una respuesta que aliviase la inquietud que sentía, sabía de sobra que el joven de cabello oscuro no era santo de devoción de las multitudes. Ya había sido suficientemente extraño que hubiera abandonado su posición por un día, seguramente temía que este sintiera que había sido en vano al final de la jornada.
-No deberías preocuparte por mi, deberías vigilar a la pequeña que has traído- le respondió de forma directa mientras hacía un movimiento firme con su cabeza para señalar a la pequeña Qiqi, quien ahora estaba poniendo contra las cuerdas a Flora con su decisión por tocar las flores que exponía en su puesto.
Lumine suspiro resignada, y le miró con una molestia cómica reflejada en el rostro.
-Podrías disimular un poquito que no te gusta tener que cuidarla
-Es que para empezar yo no le comprometí a ello, solo dije que vendría al festival.
La chica inflo algo los mofletes en muestra de desagrado por la actitud fría del adeptus. Encontraba divertida las expresiones de la chica, aunque no lo dijese en alto, y verdaderamente estaba disfrutando de su compañía a pesar de las molestas voces que se arremolinaban a su alrededor.
-¿Qiqi acaso quieres algo del puesto? - dijo poniéndose a la altura de la pequeña zombie, para alivio de la encargada de la floristería ya que ahora le prestaba atención a ella y no amenazaba con atentar contar ala vida de las flores.
-Qiqi... Quiere cecilias... - respondió ella con tono inocente mientras miraba con interés las flores que respondían al nombre, esta palabra clave hizo que Xiao se interesase por el repentino capricho de la pequeña.
Este no pudo evitar disimular su curiosidad y simplemente arqueo una ceja en forma de pregunta silenciosa para la joven viajera.
-Verás... Le conté a Qiqi que la gente suele ir a la estatua del Arconte Anemo, la que está justo a los pies de la catedral, a ofrecer flores frescas- respondió con naturalidad mientras tomaba a la niña en brazos y dejaba que la chica del puesto preparase un ramo fresco-. Se ve que le emociona la idea... Lleva todo el camino diciendo eso... Supongo que podemos ir antes de asistir a los juegos del festival...¿Te gustaría acompañarnos Xiao?
Él simplemente se quedó pensando, era demasiada, de nuevo, la casualidad de que esa flor se cruzase en su camino. Casi parecía que el destino estaba haciendo esfuerzos exagerados por señalar a Lumine y que su atención recallese en la chica una y otra vez. Suspiro resignado, tomando una de las flores del ramo que estaba siendo preparado con mimo y esmero, y se la puso en el cabello ante la mirada sorprendida de la joven.
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Sine die
Fanfiction¿La inmortalidad ha de verse como una bendición o una maldición? La oportunidad de poder ver como el mundo avanza, muta, cambia a tus ojos ¿Cuál es el precio de esto? ¿El sufrimiento eterno? ¿O ver cómo todo lo que amas se convierte en polvo ante tu...