Secreto de Sangre

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Pasan los minutos, pasan las horas, y el dolor sigue, pero la resignación no llega, Lena intenta regresar a su hija a la vida, pero no puede, no puede jugar a ser "Dios" , Kara no se atreve a acercarse a ella, y no por miedo a ver a su hija, inerte, sino porque siente que ella es la culpable de todo; mientras ella sigue llorando desde el rincón, Lena se acerca y la abraza, empieza a llorar.

L: no quiero perderla.
K: no podemos hacer nada, Lena, nada.
L: ella es kriptoniana, puede hacerse algo.
K: sus poderes fueron reducidos desde que tiene el dispositivo
L: ya se lo quité cuando la trajimos, y nada, no funciona.
K: entonces no hay nada que hacer.
L: no nos podemos resignar tan fácilmente
K: no lo hacemos pero tampoco hay algo que hacer.
Lena enfurece: parece que no quieres que nuestra hija regrese a la vida.
Kara indignada: cómo puedes decir eso, Lena, cómo te atreves?
L: entonces demuéstralo
Kara sale del laboratorio, enfurecida por las palabras de su esposa, mientras Lena se queda, intentando otros medios para regresar a su hija a la vida.

Las semanas pasan, Lori sigue en el laboratorio de Lena, y ella igual, desde que su hija falleció no sale de ahí, ni para comer, Kara le lleva su comida, y principalmente ha intentando sacarla de ahí, hacerle un funeral a su hija, pero ella sigue empeñandose a que debe y puede revivir a Lori, pero entre más pasa el tiempo, menos lo logra, más frustadada se siente, y mas engañada está por sí misma de que lo logrará.

Una tarde, Lena sale del laboratorio, cansada, llorando, y al ver a Kara corre hacia sus brazos, no pude, perdóname, no pude traer a nuestra hija a la vida, perdóname Kara, por favor, perdóname.

Kara llorando y abrazando a su esposa: no tengo nada que perdonarte, mi amor, es mi culpa por no cuidar de ella, por no estar en ese momento.
Lena: perdóname Kara...

Kara besa a Lena y entre besos le dice: no hay nada que perdonarnos, saldremos de esto, no será fácil y tampoco lo vamos a superar, pero el dolor irá disminuyendo.
Lena: quiero a mi Lori.
Kara: lo sé, mi amor.