Confesiones

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Nicolás aprovecha el fin de semana para ir a uno de los puntos de venta, donde habla con una de las asistentes de ventas, a la que le pregunta por un modelo de vestido especifico, lo compra y le pide si lo pueden envolver en una caja, ya que es para regalo.

Eran las 3 de la tarde cuando suena el timbre en la casa de Sandra, ella sale a abrir y se encuentra con un hombre que le llevaba un paquete.

H: Buenos días, es usted la señorita Sandra Patiño?

S: Sí, soy yo (un poco confundida, ya que no esperaba ningún paquete)

H: Esto es para usted.

S: Muchas gracias.

Sandra se dirigió rápidamente a su habitación para abrir ese misterioso paquete. Al abrir la caja lo primero que vio fue una carta acompañada de una rosa color blanca.

*Espero que acepte este presente, ya que a mi parecer solo a usted le luce, espero volver a verla usando este vestido, esa noche lucía increíble. Realmente espero le guste este regalo.
                                Atte Nicolás. * 

Sandra no podía creerlo, Nicolás le había regalado el vestido que Inés le presto para usar en su cita, no esperó y lo llamo al celular.

N. Aló? (con voz profunda)

S. Aló… Nicolás?

N. Si con él?

S. Hola, soy Sandra, quería agradecerle por el regalo, esta hermoso, pero no debió molestarse, debe haberle costado muy caro, de verdad que no era necesario.

N. Pero claro que era necesario, verá yo quiero que todo el mundo vea a la mujer hermosa que yo vi en usted.

S. De verdad piensa eso Nicolás?

N. Claro que sí. Es usted muy linda y me alegro que le haya gustado el regalo.

S. Nicolás, yo me preguntaba si usted quiere venir esta noche a cenar a mi casa y así puedo agradecerle personalmente por este regalo tan lindo.

N. Claro, me encantaría… debo llevar algo?

S. mmm… no, tengo de todo aquí… lo espero hoy a las 8 de la noche.

Nicolás no daba más de felicidad, estaba muy nervioso, porque no sabía cómo reaccionaría Sandra ante su obsequio, termino de hacer todo lo que tenía planeado ese día y se fue a su casa para descansar un poco y luego arreglarse para salir donde Sandra.

Al llegar a la panadería su mamá no la reconoció, ya que ahora traía lentes de contacto en lugar de sus típicas gafas y había ido a una peluquería que Doña Catalina le había recomendado para hacerse un cambio de peinado y también estaba caminando más erguido puesto que había comprado una faja que debía utilizar durante un tiempo para corregir su postura. Si bien eran cambios pequeños pero significativos.

Llegó la hora, Nicolás estaba tan ansioso que llegó 10 minutos antes de las 8 por lo que se quedó afuera esperando que pasaran esos eternos 10 minutos para poder golpear. Llegada la hora estipulada golpeó y Sandra rápidamente le abrió la puerta (ella también estaba muy ansiosa).

S. Nicolás? Es usted?

N. Sí sí, soy yo.

S. Déjeme decirle que está muy guapo.

N. No mienta Sandra, aquí la única persona guapa es usted.

Ella ríe tímidamente y lo invita a pasar, le ofrece algo de beber a lo que él acepta una copa de vino.

Cenaron y hablaron durante un largo tiempo, luego se dirigieron al living donde continuaron conversando.

S. Nicolás, yo quería agradecerle por el regalo tan lindo que me dio hoy… yo no me lo esperaba y de verdad que no era necesario que se molestara.

N. Me alegro mucho que le haya gustado, la verdad es que estaba nervioso por su reacción, no sabía si le gustaría o le molestaría mi atrevimiento.

S. Me encantó, le dijo mientras lo miraba fijamente.

Luego de unos segundos en que solo se miraron en silencio, Sandra se armó de valor y se acercó a él para besarlo, Nicolás estaba sorprendido por la reacción de ella, pero solo se dejó llevar por la situación.

Sandra lo besó, pero ambos estaban nerviosos, por lo que el beso fue algo tímido al comienzo, luego ambos fueron cogiendo más confianza, la temperatura comenzó a subir y los besos llevaron a caricias, ambos estaban deseosos de que pasara algo más.

N. Sandra… está segura que quiere hacer esto?

S. Sí… es solo que…

N. Pasa algo? Le dijo acariciándole la mejilla.

S. Verá Nicolás, yo nunca he tenido novio ni nada, le dijo ella mirando al suelo y colorada por la vergüenza que sentía.

N. Eso quiere decir que usted nuca…

S. No, le dijo ella muy apenada.

N. No se preocupe, que yo no la presionare a nada que usted no quiera hacer.

S. El problema es que yo sí quiero, pero no sé si ahora sea el momento, usted realmente me gusta, me gusta cómo me trata, siempre tan respetuoso y atento, yo me muero de ganas de entregarme a usted, pero primero me gustaría descubrirlo y sobre todo descubrirme a mí misma, no sé si me entiende.

N. Claro que la entiendo, lo que usted quiere es que esto se dé poco a poco, no es así?

S. Sí y perdone por ponerlo en esta situación.

N. No se preocupe, usted igual me gusta mucho Sandra y lo que menos quiero es presionarla, le propongo algo, yo seré material dispuesto para usted.

S. Cómo así?

N. Pues dejare que usted descubra su sexualidad conmigo sin presiones, si solo quiere que nos besemos, pues será solo eso, es decir, yo llegaré hasta donde usted me lo permita y así cuando sienta total confianza para dar el siguiente paso yo gustoso lo aceptare… que le parece?

S. Me parece excelente, le da otro beso, gracias por comprender y por respetar mi decisión.

N. Ya es un poco tarde, bueno bastante tarde son casi la 1 de la madrugada mejor me voy, le dijo dándole un tierno beso.

S. Seguro? No prefiere quedarse?... puede dormir conmigo si quiere, pero no le prometo una noche de pasión.

N. de verdad quiere que me quede? Yo encantado.

S. Sí, quiero que duerma conmigo.

Siempre te quise Donde viven las historias. Descúbrelo ahora