Buenos días, buenas noches.

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Había una vez una niña que no sabía sumar y fue al parque con el señor hipopótamo para que le mostrara como hacerlo pero la pequeña niña se cayó en la alcantarilla y apareció en un mundo paralelo en donde ella si sabía sumar, así que con engaños logró convencer a su otra yo de que la acompañara, y así se fueron las dos. Cuando regresaron al mundo real se dio cuenta de que todos, incluidos el señor hipopótamo, preferían a la niña del mundo paralelo, y eso no le gustó nada, tenía que hacer algo para arreglarlo. Mientras su otra yo dormía una siesta, entró a la cocina y tomó el cuchillo con  el que su mamá corta las verduras y sin pensarlo dos veces lo clavó en el estómago de su reflejo.  Se despertó al instante y se llevó las manos al estómago de donde provenía un líquido espeso y de color rojo.

Sus padres la encontraron en la cama manchada de sangre abrazando al señor hipopótamo, parecía feliz.

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