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Sábado, 6:15 de la mañana, la maldita alarma estaba sonando, había olvidado desactivarla, apagué el molestó sonido, decidí bajar a beber un vaso de agua

- hola bebé - dije alzando el minino gris y negro

Bebí mi vaso de agua y salí de la cocina, en la sala me encontré con mis otros dos bebés, los cuales se encontraban parados en la orilla de la ventana

- oh no, ahora? es muy temprano - dije acercándome a ellos, cada vez que hacían eso era por qué querían salir a dar un paseo, y no podía negarme ya que si nos los sacaba me ignoraban o se iban durante días, incluso semanas - ok, me dejan cambiar? - pregunté, ello me miraron como diciendo, "tienes 5 minutos", caminé con pereza hacia mi habitación, debía abrigarme, hacia mucho frío a esa hora, además el sol todavía no tenía planeado salir.

Una vez vestido baje, tome mis llaves, billetera y teléfono, coloque las correas a los gatos y salimos, caminaría hasta un parque, el cual era su favorito, hacia frío, como cualquier otoño, caminábamos tranquilos, ellos olfateaban todo a su alrededor, el sol todavía no salía pero estaba un poco más claro, una seis cuadras caminando, y por fin llegamos al parque, 7:05 de la mañana, no era la primera vez que salía a esta hora con ellos, he salido a la 3 de la mañana a dar un paseo nocturno, a la una de la tarde, en muchos horarios, simplemente a caminar con mis bebés

Llegamos al parque, un lindo lugar verde en el cual ellos podían caminar tranquilos, eran demasiado obedientes, por lo que los solté de sus correas, además, no había nadie en él.

Miraba como caminaban sobre el pasto, se veían tan meticulosos oliendo cada milímetro cerca de su nariz, levanté mi vista, para asegurarme que no halla nadie, y por sorpresa me encontré con alguien sentado en una banca, estaba de espaldas a mi, se me hizo raro, alguien en el parque a las 7:30 de la mañana?, luego me mire a mi y dejé de estar sorprendido, cualquiera que me viera a esta hora sacando a pasear a mis gatos diría que estoy loco, excepto por mi abuela, ella era la única que le encantaba que caminara con ellos, decía que me ayudaba mucho, y que a ellos también les gustaba, muchas veces quiso ir conmigo, pero no podía ya que de su cama no podía levantarse

Después de observar unos segundos esa figura, se me hizo algo familiar, pero no sabía de dónde, despacio y disimuladamente comencé a acercarme mientras mis gatos caminaban a mi lado, cuando estuve a una distancia prudente, pude divisar de dónde lo conocía, de dónde era ese tan llamativo color azul de pelo, sonreí confundido y lento me acerque

- hace frío no? - dije caminando

- si, algo - contesto sin mirarme - que haces aquí? - pregunto

- saque a pasear a mis bebes - conteste tranquilo

- tus bebés? ellos? - pregunto al ver como los gatos subían con él a la banca para ser acariciados

- si ellos - dije mirando como se acomodaban en sus piernas

- son muy lindos - dijo acariciándolos - pero, les pones correa? - pregunto mirando el arnés que traían puesto

- si, tengo miedo que se escapen - dije

- sacas a pasear a tres gatos, con correa? - dijo, parecía confundido

- claro, algún problema? - conteste

- oh, ninguno, me parece genial, siempre quise tener un gato - dijo, me sorprendí al escuchar su respuesta

- y por qué no lo tienes? eres alérgico? - pregunté, lento caminaba para poder sentarme en la banca

- no, solo, a mis padres no les agradan para nada - dijo sin levantar la vista del minino

𝐃𝐞𝐦𝐚𝐬𝐢𝐚𝐝𝐨 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐦𝐢́.ᵐⁱⁿˢᵘⁿᵍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora