Helena |Synyster Gates|

Scream My Darling |2/3|

Tocar y al mismo tiempo gozar de su cuerpo era realmente excitante, toda ella era un sin fin de emociones, pero ese olor... ese que ella desprendía y que se percibía tan fácilmente al estar los dos solos en una habitación pero no de esa manera, ya saben, teniendo sexo si no ella atada a una mesa de madera mientras gritaba, el miedo saliendo por sus poros... Eso no se podía comparar jamás y me mataba más que estar dentro de ella en un vaivén de emociones, haciendo el amor, y por eso mismo me encontraba aquí, recargado en la puerta del sótano por fuera.

Helena estaba allá abajo, esperándome, pero es que si bajaba y la miraba otro segundo más esto acabaría demasiado pronto y no debía ser así, debía disfrutar de éste romántico ritual que compartiría con ella, no acabarlo por la excitación que me provocaba.

Después de unos minutos de respirar tranquilamente sin pensar en Helena y lo que su temor provocaba en mi cuerpo bajé las escaleras pacíficamente pero al dar con el último escalón, mi cara fue un signo de interrogación. Ella no estaba ahí y ni en ningún otro lugar a la vista, las cuerdas con las que estaban atadas sus extremidades o al menos las que quedaban en ella estaban rasgadas y yacían abandonadas. No debí confiar en ella... ¿Cómo se te ocurrió amarrarla de esa estúpida manera tan delicada para no querer " lastimarla ", maldito idiota? No es que pudiera temerle a un cuerpo tan pequeño como el de Helena pero si huía de aquí esto acabaría y significaba que mentía sobre su amor hacia mí.

Una lágrima rodó por mi mejilla sin permiso, podía decir que todo yo en este momento era un sin fin de emociones, estaba abrumado por la excitación y la emoción que me provocaba este nuevo juego al que Helena quería jugar—. Me estas volviendo loco Helena, no sabes lo que significas para mi, y por eso mismo no sé porque te escondes. ¿Me estas escuchando?, ¡me vuelves loco! —reí como si no hubiera un mañana, como si me hubieran contado el mejor chiste de todos pero todo esto era gracias a ella, ella me ponía así—. Helena, sabes muy bien que aunque intentes luchar yo te arrastraré desde el silencio donde te escondes... —mi tono cambió a serio.

Miré a mí alrededor, cada detalle de la habitación para encontrarla con la mirada, pero no había nada a la vista pero eso no era problema alguno.

Aunque tuviera una venda en mis ojos podría saber donde se encontraba cada cosa en este, así que aunque Helena quisiera esconderse yo la encontraría. Caminé de un lado a otro buscándola, pero después de segundos me detuve. Para una persona normal la habitación estaría en completo silencio pero para mí no era así, solo tenía que callar las voces en mi cabeza que decían "Encuéntrala, acaba con esto de una puta vez" y escuchar atentamente lo que pasaba a mi alrededor, yo definitivamente no era una persona normal, escuchaba su respiración diciéndome "Aquí estoy amor mío, ahora podremos terminar con lo que hemos empezado" Me acerqué hasta donde ella me llamaba inconscientemente y bingo, el amor de mi vida estaba ahí, abrazada a sus piernas con el único brazo que le quedaba. Sus preciosos ojos verdes se abrieron al verme y comenzó a gritar, se levantó de ahí y dejó ver el cuchillo curvo que yo había dejado a lado suyo, amenazándome. Solo sonreí de lado, ésta chica me impresionaba cada vez más, luchaba por su vida y era algo que debía reconocerse pero no hoy. Simplemente no podía entender porque si ella había aceptado abiertamente el estar a mi lado ahora estaba huyendo y eso más que impresionarme me lastimaba el corazón.

—Querida —la miré tranquilamente—. Baja eso, te harás daño.

Negó con la cabeza mientras lagrimas salían de sus lindos ojos—. Brian, mi amor... —susurró—. No hagas esto, nos amamos ¿recuerdas? No necesitas esto para demostrarme tu amor —sonrió nerviosa como si creyera que tiene razón.

—No lo entiendes Helena... —me crucé de brazos mientras me acercaba a ella, podía notar como su cuerpo se tensaba cada que daba un paso, pero me detuvo con la misma mano con la que sostenía el cuchillo.