Dance, Helena, Dance... |1/3|

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14 de Febrero 1998

Por fin...

Escogí esta fecha porque podía demostrarle cuanto le amo, claro que también podía escoger otro día, ¿pero qué mejor momento que San Valentín para darle el mejor regalo de todos? No había dudas sobre mi amor hacia ella, la amaba con locura, y la amo cada día más, pero sigo preguntándome ¿por qué? Por qué me ha elegido a mi y no a cualquier idiota del equipo de fútbol. Aun así la amo... ¿Y saben que es lo mejor de todo? Que ella me ama a mi...  eso es lo que ella dice.

La noche prometía ser perfecta, incluso parecía el mejor día de mi vida y esto ni siquiera comenzaba. Frotaba mis manos con nerviosismo como la primera vez que salimos... aunque eso fue hace ocho meses me sigo poniendo nervioso cuando la voy a ver y no es para menos, Helena es perfecta.

Ya quería verla, abrazarla... besarla y darle *ese* especial regalo.

No era un día como cualquier otro, era muy especial, por fin todo estaría bien.

Dios... Me siento tan afortunado, mi novia es la chica más popular de toda la maldita escuela, es hermosa, es sexy, ¡demonios! , ella es genial... Y es solo mía... mía ¿Y yo? Bueno yo solo soy un chico normal, pero soy suyo.

Helena, Helena... hasta tu nombre es perfecto y mis labios son felices al pronunciarlo, mi voz baila al rebote de cada sílaba. He-le-na ¿Podría ser eso más bello?

Ella, con quien puedo pasar horas hablando de cualquier estupidez sin que la conversación pierda sentido y jamás aburrirme, es simplemente la chica más genial del universo, es linda, tierna, hermosa. Sonreí.

Se muy bien qué es lo que he hecho para merecerme a alguien como Helena, por eso mismo lo repetiré tantas veces como sean posibles.

Hoy es uno de esos días.

Cada día existe la pregunta; ¿Qué encontró en mi? Mamá, esa estúpida... decía que yo era muy apuesto, si... la misma estúpida que dijo que yo era un niño llorón e inseguro. ¿Cómo le creería después de que me abandonó? Pero jamás me volverás a abandonar mami... jamás.

Sabía muy bien que las chicas hacían fila para meterse en mi cama o si quiera para que yo las volteara a ver y que no les importaba si yo solo las quisiera para un rato, ellas lo querían, me lo rogaban... Sé que no podía caminar por la calle sin recibir miradas coquetas y lujuriosas de todas las chicas, pero yo no me sentía así... Era... raro.
Sabía que llamaba bastante la atención de todas las chicas del colegio, pero no podía ni siquiera hablarles, me daba pavor... ¿Que seguiría después si decían "si"? Eso sería todo, se aburrirían de mi y se alejarían rompiéndome el corazón. Con Helena era diferente. Hoy sería diferente. Aunque todas esas chicas me miraran, aunque me tocaran yo era de Helena porque para su mala suerte yo no era como esos idiotas del equipo de fútbol, yo era el tipo de hombre "tímido" de una sola mujer y esa mujer era Helena... la que me volvía completamente loco.

Suspiré. Estaba muy enamorado, y como no sí ella era hermosa, su belleza era tan ilógica... ¡Y eso me enloquecía!

Ella estaba ahí, recargada en la puerta de la cafetería mirando la gente pasar con una tranquilidad. Una pequeña y disimulada sonrisa se encontraba en su rostro dándole esa vida característica que tenia. Seguro estaba pensando en mi, pero no tenía idea de lo que pasaría con ella misma horas después. Cariño, todo sea por nuestro amor...
Después de que la recogí en la cafetería, el punto donde siempre nos encontrábamos, donde la conocí... fuimos a una discoteca.

Habíamos pasado un buen momento ahí los dos juntos... divirtiéndonos bailando, pero me detuve. Ella bailaba al compás de la música mientras sonreía, Dios, era maravillosa. Su cabello rebotaba cada que sus tacones picaban el piso y podía sentir como el olor de su shampoo inundaba mi nariz, su risa me embriagaba para bien y sus ojos me llevaban a otro maldito mundo. Me animaba con la mano a seguir bailando junto a ella pero yo solo quería admirarle. Sus preciosos ojos verdes, esas pecas alrededor de su nariz, esos maravillosos hoyuelos. Los extrañaría.

Realmente no podía esperar llegar a casa y mostrarle todo... Por fin estaríamos juntos, ella me amaría por siempre.

Helena |Synyster Gates|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora