Madrid, 5 de Febrero del 2015
Es nuestra historia de amor, es vieja, pero es nuestra, solo nuestra y aunque el tiempo corra y se escape de nuestras frágiles manos, esa historia siempre se quedara en nuestras cabezas. Todo empezó una noche de invierno paseando por las viejas calles de Madrid, mis zapatos sonaban junto a los demás ciudadanos nocturnos de un sábado noche en la capital, salia del trabajo como camarera en un bar de las callejuelas de Gran Vía, eran aproximadamente las once de la noche, mi compañera me debía un turno y un par de horas, o sea, que se lo cobre ese 5 de Febrero. Caminaba hacia la calle principal cuando te vi, eras alto, moreno con ojos pardos, me mirabas entre la multitud curiosa mientras que yo hacia lo mismo algo más tímida, sonreíste hacia mi respuesta e intentaste llegar a mi, me asuste, créeme que me asuste mucho, tendría 25 años y un hombre quería llegar a mí con una sonrisa la cual me asustaba y me perdía al mismo tiempo. Camine más rápido según veía que te acercabas, me agarraste el brazo y ahí empezó todo. Y digo todo porque aunque solo fueran dos días de historia de amor, fue la única verdadera historia que jamás tuve. Créeme que prefiero esto que tuvimos que cualquier farsa que he vivido.
Me comiste la cabeza con el coqueteo, con las palabras que salían de tu boca, me llevaste a uno de los bares más famosos de Madrid, apenas nos terminamos nuestra copa, porque me contabas tantas cosas y yo a ti también, todo fue muy rápido, las palabras viajaban en el humo de los cigarrillos que quemábamos mientras nos conocíamos. Y aunque me dé toda la sensación de que te conocía solo sé que te llamabas Esteban y que vivías en la calle a la cual te envío esta carta. No sabes cuantas veces he soñado con enviarte esta carta, con contactar contigo, pero lo que hicimos estuvo tan mal visto en nuestros tiempos que apenas le dije nada a mi familia, ni mi difunto marido sabe de esto. Es 14 de Febrero y por primera vez voy a decir te quiero de una manera sincera y no artificial como he hecho todos estos años, Esteban te quiero, y me gustaría gritarlo tan alto que hasta los pájaros se asusten de mi alarido. Recuerdo como la última noche el 7 de Febrero consumamos nuestro amor en la habitación de la casa roja, la casa roja en la que vivías, me acuerdo de las tonterías que llevaron a ese gracioso mote que le pusimos a tu apartamento, te lo podría contar una vez más pero estoy segura de que te acuerdas perfectamente. Todavía huelo tu aroma en la ropa que solía llevar, te recuerdos en mis zapatos de tacón y contando lunares en mi espalda.
Todos estos años han sido bonitos, muy bonitos, he vivido al lado de mi marido y nuestros amigos momentos felices, pero aunque me duela decir esto, cambiaría cualquiera de esos momentos por un día mas contigo, solo un día mas me hacia falta, me dijiste te quiero la última vez que te fuiste y vi en tus ojos que fue verdadero, pero yo no lo hice, cerré la puerta mientras sonreía e intentaba recordar tu cara, mas no me hizo falta recuerdo cada centímetro de tu cuerpo como si fuera el mío.
¿Qué ha sido de tus años?, ¿de tus días y tus noches?, ¿de tus 14 de Febrero junto a otra mujer?, ¿qué ha sido de ti?, quiero verte, quiero hablar contigo, quiero enmendar mi error no quedándome contigo amor, mi único amor.
Respóndeme en cuanto puedas, y declárame tu amor,
pues sé que sientes lo que yo siento,
sé que aun recuerdas nuestro momento.
Te quiero.
Elisabeth
Madrid, 14 de Febrero de 2015
Buenos días,
lamento comunicarle que no soy Esteban, soy uno de sus hermanos, también lamento decirle que mi hermano murió el 10 de Febrero de ese mismo año. Se escapó del hospital con las fuerzas de un terremoto que siempre había poseído, gritando que simplemente quería pasear su ultima vez por su bello Madrid al que tanto amaba, desapareció por cuatro días y por fin sabemos dónde estuvo, mi hermano estaba muy enfermo de un cáncer que ahora mismo mis problemas de memoria no recuerdan lamentablemente, después de 4 o 5 días el cáncer de mi hermano se desarrolló mucho más rápido debido a algunas sustancias que mi moribundo hermano consumió en ya su lecho de muerte. En esos 4, o quizás 5 días, mi hermano no paraba de repetir tu nombre, sus únicas palabras,“mi único amor, Elisabeth”, hasta que el simplemente no pudo pronunciar nada más y solo llegaba a decir “Eli”, el solo tenía 27 años y fuiste su único amor, el único.
Te doy el pésame por su muerte y lamento, de nuevo, contarte esta triste historia que te relato en la carta. El té quería y te lo puedo asegurar, pues al final vuestro amor fue único entre el y tú, pues al final va a ser eterno como siempre debió ser
Un saludo del hermano de tu gran y único amor.
Gracias por compartir tu historia inconscientemente conmigo
Suerte en todo, adiós.
Carlos
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1er puesto Concurso Literario Carta de Amor del Instituto Gómez Moreno.
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Detrás de cada puerta...
KurzgeschichtenDetrás de cada puerta en el mundo hay una historia que esta por contar, nunca sabes que habrá ni que sera, la única información que tienes es esa gran puerta de madera. Varios relatos de varias puertas. Detrás de cada puerta, hay una historia que co...